León, Guanajuato a 10 de octubre de 2022.- En el marco del 2do Simposio Internacional de Seguridad Privada y Protección Civil y en torno a la Importancia de la Seguridad Privada para la industria de Guanajuato, el Lic. Raúl Sapién Santos, presidente del Consejo Nacional de Seguridad Privada (CNSP), afirmó que el estado de Guanajuato ocupa una prevalencia del 2.7% de victimización a diferentes entidades económicas y la extorsión es el delito que lo representa como la “cifra negra” en la entidad.
“La extorsión es el delito que representa hoy en Guanajuato una cifra negra sumamente importante, las empresas de seguridad privada tenemos que participar con las autoridades en beneficio de las carpetas de investigación”, dijo.
Sapién resaltó que Guanajuato ha sido un estado señalado y estigmatizado por la ola de violencia y diversos homicidios que se han presentado los últimos días, pero los resultados que presenta recientemente el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) sobre la prevalencia delictiva a unidades económicas, señala que han tenido una importante baja a nivel nacional en el sector económico, comparando el 2019 contra 2021.
En este sentido, “nuestras acciones se enfocan en hacer un match entre lo público y lo privado, en términos de la Ley General de Seguridad Privada, debemos combatir actos de corrupción y extorsión en las fuentes industriales”, recalcó.
Comentó que es necesario coadyuvar con las autoridades para realizar las carpetas de investigación, ya que solo así se otorgarán garantías a las víctimas, pues éstas últimas deciden no denunciar y no existen por lo tanto investigaciones que persigan y castiguen los delitos.
“Desafortunadamente, el 91% de casos de extorsión se llevó a cabo por llamadas telefónicas, tenemos que ver con gobiernos estatales los registros de estas líneas telefónicas a través de las cuales se llevan a cabo estos delitos de extorsión. Buscaremos medidas preventivas, un canal de prevención. Es importante cerrar las puertas a empresas irregulares de seguridad privada pero no podemos continuar sin una adecuada política pública donde se tengan todas las garantías”, señaló.
El presidente del CNSP agregó que es urgente la regularización de las empresas privadas a través de la homologación de la Ley General de Seguridad Privada para disminuir actos delictivos y la propagación de más empresas irregulares, afirmó que el Consejo Nacional de Seguridad Priva (CNSP) tiene toda la disposición para colaborar con las autoridades, generando un canal de comunicación e información.
“Queremos dignificar la seguridad privada, generemos canales de denuncia para las empresas que no quieren regularizarse, eso se verá retribuido en beneficio del estado, de nuestros elementos y de la ciudadanía para recuperar la seguridad de nuestro México”, concluyó.
Padres de familia bloquean carril de Ejército Mexicano, piden reparar puente peatonal
Published in LocalAlejandro Ávila/Boca del Río, Ver.- A primera hora de este lunes 10 de octubre, padres de familia bloquearon la avenida Ejército Mexicano solicitando la reparación y habilitación del puente peatonal que se ubica a la altura del mercadito de "La Boticaria".
Es de recordar que, hace unas semanas dicho puente peatonal por clausurado debido a que la estructura representaba un riesgo para la población por las malas condiciones en las que se encuentra; sin embargo, desde entonces para los estudiantes de las diversas escuelas que se ubican alrededor y para todo aquel que cruza esta importante vialidad de la ciudad, representa un riesgo ante la cantidad y el exceso de velocidad en que circulan los automovilistas.
El señor Jorge Alvarado, quien diariamente acude a dejar a su hijo a la escuela primaria 'Alejandro Molina' que se ubica en la zona, dijo que en diversas ocasiones han estado a punto de atropellar a menores y temen que ocurra un accidente fatal.
Jorge Alvarado comentó que cruzar esta vía se ha convertido en un 'deporte extremo' pues la única manera de hacerlo es 'corriendo'.
"Sí ustedes vienen a la hora pico de salida de los estudiantes, el oficial que muy amablemente han tenido el apoyo de tránsito con nosotros, nos pasan a los estudiantes, pero no es el caso, estamos interrumpiendo la libre vialidad del conductor y pues nosotros queremos un puente para que los estudiantes puedan pasar, hace algunos días, mérito nos llevan unos estudiantes un vehículo, entonces a quién vamos a echar la culpa si hay un atropellamiento vial de algún estudiante, nosotros lo que queremos es que el actual gobierno municipal nos escuche y anos atienda y sino nos puede atender que nos diga, yo se que el señor gobernador se atiende al ciudadano (...) parece autopista, además estamos contando aquí casi 6 mil alumnos"
En la zona se ubican por lo menos 5 escuelas entre primarias, secundarias y bachilleratos, por lo que consideran de vital importancia la funcionalidad del puente peatonal.
SURSUM CORDA. Ten misericordia de mí, ¡Señor! Mira, no te escondo mis heridas
Published in EditorialSURSUM CORDA
Ten misericordia de mí, ¡Señor! Mira, no te escondo mis heridas
Pbro. José Juan Sánchez Jácome
La Biblia nos permite explicar el don de la fe de una manera que es accesible a todos. La Sagrada Escritura no ofrece demostraciones y explicaciones intelectuales, sino que a partir de la vida de los pueblos y las personas van saliendo los elementos y características, explicaciones vivas de las cosas de Dios.
Dentro de todos los textos que en la Biblia tienen el potencial de abrirnos maravillados al don de la fe, consideremos para nuestro propósito los elementos que van apareciendo en el evangelio de la curación de los diez leprosos (Lc 17, 11-19).
En la vida de fe se da, en primer lugar, una especie de intuición. Los leprosos intuyen que Jesús es el Salvador, que puede hacer maravillas en su vida. También nosotros, sin tener todos los conocimientos y todos los elementos a la mano, sin embargo, tenemos una intuición; es la intuición que da la fe la que nos lleva a Dios, la que nos hace sentirnos aceptados y socorridos por Dios.
Uno intuye que aquí está Dios, que tiene una respuesta a todas nuestras inquietudes, que puede sacarnos de los problemas que estamos viviendo. La intuición que experimentamos no se debe a que seamos muy inteligentes o muy capaces, sino que es una característica de la fe. Cómo vivimos, cómo experimentamos, cómo explicamos la fe, en primer lugar, a través de esa intuición como la que tienen los leprosos.
Uno intuye que la vida cobrará un sentido en la presencia de Dios, que en la presencia de Dios no hay imposibles y que eso que no hemos encontrado en tantos lugares, en la presencia de Dios será posible conseguirlo, porque esa es una de las cualidades de la fe, la intuición que uno tiene de que si estamos con Dios estamos en buenas manos, estamos en el lugar correcto, como la petición que le hacen los leprosos a Jesucristo.
La intuición es el primer elemento para explicar la dinámica de la fe, como la que nosotros -sin nuestras capacidades, sino como una cualidad de la fe- hemos desarrollado.
En segundo lugar, la fe muchas veces se expresa a través de un grito. Ojalá nuestra vida fuera tranquila y arreglada, y que la fe fuera pura cosa de oraciones y sentimientos, pero la fe no es así. La fe se expresa a veces como un grito desde lo más hondo del corazón. Los problemas de la vida y hasta la desesperación nos hace gritar a Dios; cuando incluso hemos querido hacer bien las cosas, la fe es muchas veces gritarle a Dios. No es una súplica tranquila, no es una petición reposada, sino un grito desesperado que sale del alma, como el grito de los diez leprosos: “¡Jesús, maestro, ten compasión de nosotros!”
Hay una súplica a través de un grito para que uno quede seguro que Dios no solo escucha, sino que se da cuenta de la angustia que hay en el corazón. ¿Por qué gritamos? No porque Dios sea sordo, sino para que además de escuchar la súplica concreta se dé cuenta de la angustia que hay en el corazón. Así se siente en la oración de San Agustín: «Ten misericordia de mí, ¡Señor! Mira, no te escondo mis heridas. Tú eres el médico, yo soy el enfermo; tú eres misericordioso, yo miserable» (Confesiones, X, 39).
En tercer lugar, la fe es obediencia. En la fe basta la palabra del Señor, basta lo que Él pida. Los leprosos piden ser curados y Jesús les dice: “Vayan a presentarse a los sacerdotes”, y ellos obedecieron. Jesús no les pidió cosas raras, no les dijo que hicieran un rito y realizaran una cosa extraña en particular; no les dijo que hicieran una oración con determinadas características, sino que Jesús actúa conforme a lo que sucede en esos casos y los manda con los sacerdotes.
La fe es obediencia; cuando es sincera nuestra súplica, cuando tenemos ganas de superar los problemas, cuando por la intuición que tenemos sabemos que lo que Dios dice nunca es un desperdicio, la fe se convierte en obediencia: lo que diga Dios, aunque nos parezca ordinario e intrascendente, pero lo que diga y lo que pida Dios eso es lo único que se necesita, porque no es tanto lo que uno hace, sino la obediencia que le debemos a Dios.
Cuando estás en un proceso de vida cristiana, cuando quieres saber lo que Dios te pide, no esperes cosas raras, como de repente sucede en otros lugares: haz una oración con determinadas características, utiliza este color, envía ángeles, usa estos aceites. Como son cosas novedosas y extravagantes uno cae en la trampa.
Pero cuando la fe es obediencia, no importa cuando nos parezca una cosa burda, ordinaria e intrascendente lo que se pide, cuando no nos parezca emocionante lo que se pide, porque si viene de Dios no hay desperdicio y por eso en la fe se pone a prueba la obediencia del creyente.
Finalmente, la fe que en las primeras etapas comienza con un grito termina con un grito, porque cómo callar el amor, cómo no ser agradecido cuando Dios toca el corazón, cómo no dar las gracias cuando Dios ha respondido a tantas necesidades. Se trata de algo que no se puede guardar y callar y aunque no toda le gente sea así, por lo menos uno de los diez leprosos fue agradecido; no le cabía la emoción y el amor en su corazón y por eso regresó con Jesús para darle gracias.
La fe es un grito de alabanza, de gratitud, de reconocimiento a la gloria de Dios. A partir de estas cuatro características podemos revisar nuestro propio itinerario de fe. Cómo vivimos la fe, cómo explicamos la fe que Dios nos ha concedido, cómo vamos fortaleciendo este proceso de fe, para que viendo la experiencia de los leprosos tengamos en cuenta estos cuatro elementos: la fe es intuición, la fe es un grito desgarrador, la fe es obediencia y la fe es un grito de gratitud y reconocimiento de la gloria de Dios.
Que no nos falten estas características en nuestra vida de fe para que cuando con muchas ganas le gritamos a Dios nuestra necesidad, también con muchas ganas le gritemos nuestro cariño y gratitud cuando nos bendice de muchas maneras en la vida.
Dice Fray Nelson que: “El que más reconoce su necesidad y el que menos cree merecer el remedio es quien mejor y más pronto ve la mano de Dios y la agradece. Y lo opuesto también es verdad: quien se considera muy fuerte o quien tiene asumido que se lo merece todo no encuentra apenas de qué dar gracias”.
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