Verenise Sánchez/Agencia Informativa Conacyt/Ciudad de México.- Luis y Salvador son hijos de migrantes mexicanos, nacieron en California, Estados Unidos, por cuestiones personales ellos y su familia tuvieron que migrar a Morelos, México.
Luis tiene 17 años y Salvador 16, desde hace cinco años viven en México y desde entonces su vida cambió por completo, no se han podido acoplar a su nuevo entorno, a la nueva cultura, educación, compañeros y profesores.
Este cambio ha mermado el nivel educativo de Luis y Salvador, ellos ya no quieren asistir a la escuela porque experimentan un rechazo explícito por parte de algunos maestros, expresaron.
Como ellos, casi un millón de menores regresaron a México entre 2005 y 2010, de acuerdo con información del Censo de Población y Vivienda 2010 y otros estudios reportados en el artículo “Bienvenido a la escuela”: experiencias escolares de alumnos transnacionales en Morelos, México, realizado por la doctora Betsabé Román González, investigadora del Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey (ITESM).
En entrevista con la Agencia Informativa Conacyt, la especialista indicó que en México hay muy pocos estudios que abordan la perspectiva de los niños y jóvenes cuando migran, o mejor conocidos como alumnos transnacionales. Generalmente los estudios que abordan temas sobre la niñez migrante en México centran su atención en temas de políticas públicas.
Por tal motivo, Betsabé Román desde hace varios años se dedica a estudiar el fenómeno de la migración pero desde la perspectiva de los alumnos transnacionales, ya que los niños experimentan la migración de una manera diferente, “viven rupturas lingüísticas, académicas y sociales cuando llegan a un nuevo país y a un nuevo sistema educativo”.
Estas rupturas provocan, entre otras cosas, la deserción escolar, lo cual se vuelve un aspecto catastrófico para el país, ya que México se pierde de su talento y la posibilidad de potenciar su fuerza laboral altamente capacitada, indicó la especialista.
Lo que hizo Betsabé Román fue documentar, describir, clasificar y analizar las estrategias de integración escolar y social de alumnos transnacionales en escuelas mexicanas.
Esto con el objetivo de analizar las trayectorias escolares en ambos países, observar las dinámicas de inclusión/exclusión dentro de las aulas y producir historias de vida que hicieran hincapié en la narrativa de los niños y adolescentes.
En términos metodológicos, “esta investigación se concibió longitudinalmente, al acompañar los casos seleccionados durante tres años y medio, y multisituadamente, pues implicó la visita de escuelas y comunidades en Estados Unidos y México, cuando los niños y adolescentes migraban de nuevo a Estados Unidos o a otras regiones de México”, explicó.
Luego de esta investigación, lo que encontró la especialista fue que “el sistema educativo mexicano no está capacitado para incluir a los alumnos transnacionales en sus aulas, porque este los excluye y rechaza”.
Una de las primeras experiencias negativas que viven las familias con sus hijos empieza durante los procedimientos administrativos en las oficinas de la Secretaría de Educación Pública (SEP) del estado a donde llegan.
“Desafortunadamente, no hay protocolos de bienvenida ni de seguimiento para los niños migrantes y sus familias. En las visitas que hemos realizado en Morelos, son las madres las encargadas de hacer los primeros trámites y quienes nos cuentan el proceso para la inscripción, revalidación y seguimiento del recorrido escolar de sus hijos; por lo general, sus experiencias de índole administrativo han sido de desagrado y enojo, y nos han reportado que en las escuelas hay poca o nula información sobre los trámites para alumnos transnacionales”.
De acuerdo con las mamás, los directores desconocen los protocolos de inscripción para alumnos transnacionales, cargan con estigmas negativos sobre personas migrantes y en palabras de una de ellas: “Rechazan a los niños y no los inscriben. Nos dicen que no se puede porque no tienen boletas mexicanas, ni siquiera nos dicen a dónde ir o qué hacer”, explicó Betsabé Román.