Armando Bonilla/ Agencia Informativa Conacyt/ Ciudad de México.- Entre 10 y 14 por ciento de la población general de México padece tinnitus, también llamado acúfeno —sensación auditiva (zumbido) no provocada por un sonido exterior—, y hasta en dos por ciento es tan intenso que afecta significativamente la calidad de vida, señala el artículo “Calidad de vida en pacientes con acúfeno”, publicado en la revista médica Anales de Otorrinolaringología.
De acuerdo con Luz María Alonso Valerdi, profesora investigadora del Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey (ITESM), campus Monterrey, se trata de un mal que puede incluso detonar tendencias suicidas en quien lo padece. “Para cada paciente el acúfeno es diferente, para algunos pueden ser sonidos agudos, mientras que para otros incluso pueden emular los emitidos por la naturaleza (…) El problema es que el paciente lo escucha permanentemente y en la actualidad no se cuenta con una solución de tratamiento médico”.
Añadió que ante la ausencia de un tratamiento farmacológico para las personas que padecen ese mal, emprendió junto con su colega David Ibarra el proyecto de investigación “Evaluación electroencefalográfica de las terapias acústicas para el tratamiento del tinnitus crónico y refractario”, mediante el cual busca determinar el efecto que tienen las terapias acústicas para tratar el tinnitus. La Agencia Informativa Conacyt platicó en exclusiva con la investigadora que obtuvo una de las cinco becas L’Oréal-Unesco-AMC-Conacyt para Mujeres en la Ciencia 2017 gracias a ese proyecto.
Agencia Informativa Conacyt (AIC): ¿En qué consiste el proyecto?
Luz María Alonso Valerdi (LMAV): Va direccionado a evaluar el efecto que tienen las terapias acústicas para tratar el tinnitus, es decir, un síntoma que afecta en su mayoría a personas mayores de 50 años y que se caracteriza por escuchar un sonido o zumbido permanentemente sin que una fuente externa lo genere.
Esto sucede porque la corteza cerebral, por alguna razón, está trabajando cuando no debería trabajar y produce sonidos que se les considera como sonidos fantasmas, eso es lo que en términos simples provoca que las personas escuchen permanentemente un sonido, que para cada persona se percibe de diferente forma.
El problema se intensifica ya que no hay un tratamiento médico y el tinnitus deriva en problemas de sueño o concentración. En las noches a los pacientes les cuesta conciliar el sueño, o ni siquiera lo pueden conciliar, además también pueden tener problemas secundarios como vértigo.
La mayor parte de los pacientes que han llegado con nosotros nos cuenta problemas donde los neurólogos o los audiólogos prácticamente les han dicho que deben acostumbrarse a eso porque hasta la fecha no hay un remedio.
AIC: ¿Qué es lo que proponen como alternativa en su proyecto?
LMAV: Las terapias acústicas se han estado aplicando en otras partes del mundo como terapias alternativas, cuyo efecto aún es desconocido y como existen diferentes tipos de terapias, lo que nosotros estamos proponiendo es diseñar las terapias acústicas con base en el nivel de efectividad que llega a tener cada una de las terapias a nivel cortical.
Para eso, estamos estudiando los efectos de cinco terapias seleccionadas como las más óptimas a la fecha y estamos analizando los patrones electroencefalográficos que se generan en pacientes voluntarios durante un tratamiento de dos meses. A los pacientes se les solicita su audiometría y su acufenometría para que la terapia acústica asignada se ajuste al grado de audición de cada uno de sus oídos, y a la descripción del sonido que perciben.
El seguimiento de la terapia acústica asignada se realiza a través de la opinión del paciente y del registro de la actividad eléctrica que genera la corteza cerebral (estudio electroencefalográfico), para determinar exactamente qué es lo que pasa durante el proceso en el que nosotros intentamos rehabilitar a los pacientes.
Básicamente estamos tratando de hacer un algoritmo inteligente que con base en la descripción de la persona, es decir, su edad, su sexo, tiempo con el padecimiento, nivel de audición con que cuenta, de los estudios mismos de reacción a los estímulos auditivos que realizamos actualmente, nos permita caracterizar a cada paciente.
AIC: ¿Este trabajo iniciará con los fondos de las becas L’Oréal-Unesco o ya hay trabajo previo?
LMAV: Nosotros comenzamos a trabajar a principios de 2016, es decir, sumamos casi dos años con este proyecto y abrimos esta línea de trabajo gracias a intereses conjuntos entre el doctor David Ibarra y yo. Él es ingeniero acústico y durante su doctorado abordó temas relacionados con las terapias acústicas; y yo por mi parte había trabajado con señales electroencefalográficas asociadas a la actividad cortical.
AIC: ¿Cuáles son los pasos concretos que se darán gracias a la beca?
LMAV: En este momento nos encontramos terminando de reclutar pacientes, pacientes que padezcan tinnitus y que quieran apoyar con el proyecto, ya tenemos un gran número de voluntarios, pero estamos completando nuestra muestra, ya que tiene que ser grande y diversa para que nuestros resultados sean contundentes o por lo menos marquen una tendencia.
Nos encontramos al mismo tiempo trabajando en el análisis de todos estos patrones que registramos de los pacientes, incluso hemos comenzado a tener resultados preliminares. Estamos organizando debido a ello, eventos informativos para los pacientes que nos apoyan, a quienes les entregamos resultados preliminares.
A partir de la beca y en cuanto terminemos el registro de datos, aprovecharemos los recursos para comenzar el desarrollo de los algoritmos computacionales que vamos a aplicar para correlacionar los patrones, ya contamos con una base de datos muy extensa.
Hemos reclutado alrededor de 70 pacientes, cada uno con cuatro sesiones de registro, es decir, 280 registros electroencefalográficos y analizar uno por uno es sencillamente una tarea maratónica. Es en eso en lo que estamos, en el análisis de los datos y tratando de correlacionarlos estadísticamente para usar esa información en la formulación de algoritmos inteligentes.
AIC: ¿Por qué es relevante este trabajo?
LMAV: En primer lugar, porque las terapias acústicas pueden tener efectos muy beneficiosos y no se limitan al acúfeno, podrían utilizarse para mitigar el cansancio o incluso podrían tener efecto en padecimientos neurodegenerativos; no obstante, eso aún solo es una propuesta que hace falta estudiar a profundidad.