Karina de la Paz Reyes Díaz/ UV/ Xalapa, Ver.- La Unidad de Servicios Bibliotecarios y de Información (USBI) de la Universidad Veracruzana (UV) fue sede de la primera edición de este año del Festival “¡Viva! Vainilla”. Académicos destacaron la urgencia por difundir en el país el consumo de esta especie, pues ante la falta de regulación en el mercado ha sido desplazada por la de origen sintético, que es cancerígena.
La inauguración fue encabezada por Ángel Trigos Landa, director general de Investigaciones; Domingo Canales Espinosa, director general del Área Académica de Ciencias Biológicas y Agropecuarias; Citlalli López Binnqüist, coordinadora del Centro de Investigaciones Tropicales; Clementina Barrera Bernal, directora de la Facultad de Biología, y Rebeca Menchaca García, coordinadora del Orquidario UV.
Trigos Landa, Canales Espinosa y López Binnqüist subrayaron el destacado papel que la UV tiene en materia de investigación de la vainilla, así como de la vinculación con otras instituciones del país y el extranjero –como el Centre de Coopération Internationale en Recherche Agronomique pour le Développement, en la Isla de la Reunión, Francia–, productores y el sector empresarial.
Además del reto que significa para esta casa de estudios ser líder en materia de investigación, pues “la vainilla no es un cultivo local, es global, el detalle es que nosotros somos los dueños de la parte etnobotánica, y ése es el compromiso que los mexicanos y veracruzanos debemos tener en cuenta”, subrayó el Ángel Trigos.
El Festiva “¡Viva! Vainilla”, que se desarrolló el lunes 19 de febrero, consistió en seis ponencias, un taller y una expo venta de productos derivados de ésta, como perfume, extracto, aguardiente y café –ambos con un toque del fruto de esta orquídea–, además de plantas.
Vainilla natural, anticancerígena; vainilla artificial, cancerígena
La conferencia que abrió las actividades llevó por título “Importancia y usos de la vainilla en México”, a cargo de Rebeca Menchaca, quien remarcó que la intención de este festival es difundir en el país el consumo de vainilla natural.
Brevemente habló de esta orquídea tropical, cuyo fruto tiene múltiples beneficios y usos. Asimismo, destacó que la diferencia de México con el resto de los países es que hay referencias históricas que constatan el uso de la vainilla desde la época precolombina.
“Quizá extensivamente se llegue a encontrar vainilla (en varias partes del mundo), pero el registro de uso prehispánico lo tenemos nosotros. Se dice que era usada de muchas formas, principalmente para heridas infectadas, la histeria, el dolor de cabeza, en el parto; también se dice que era utilizada como moneda de cambio y como pago de tributo de los totonacos hacia los aztecas.”
Además de la importancia histórica, hubo una época en que México era el único productor y exportador del mundo, pero la situación cambió sobre todo porque hay un elemento clave que propició su desplazamiento: la introducción en el mercado de la vainilla sintética.
Menchaca García precisó investigaciones que destacan el perjuicio que implica el consumo de vainilla sintética; una de ellas fue la de Pedro Valle Vega, académico del Departamento de Alimentos y Biotecnología de la Facultad de Química de la Universidad Nacional Autónoma de México, de quien presentó un fragmento textual:
“Probablemente uno de los saborizantes más empleados es la vainillina, la cual suple la escasez de vainilla natural. Al no existir una gran disponibilidad de vainilla se ha recurrido al uso de cumarinas que imparten un sabor semejante a la vainilla, sin embargo se emplean como raticidas por ser anticoagulantes y por las lesiones que causan en el hígado, razón por la cual se ha prohibido su uso en alimentos. En el Colegio de Farmacia de la Universidad de Texas, en Austin, se detectó cumarina en aproximadamente 90 por ciento de extractos de vainilla consumidos en México (Sullivan, 1981), lo cual puede representar además de las implicaciones toxicológicas, un posible fraude o un desconocimiento total por parte de algunos fabricantes.”
La académica de la UV remarcó que ésa es la razón por la cual desarrollan este tipo de actividades académicas que promocionan el consumo de vainilla natural; es más, “hay trucos para poder vender la vainilla sintética por la natural”.
Lamentó que la cumarina se encuentre a menudo en sustitutos artificiales de vainilla, pese a que fue prohibida en numerosos países como aditivo alimenticio desde la segunda mitad del siglo XX.
Es más, dijo que la vainilla sintética se puede producir de todo deshecho de celulosa, incluso de los de las vacas. A manera de verificar tal señalamiento, precisó que la científica Mayu Yamamoto ganó el Premio Ignobel (parodia estadounidense del Premio Nobel), por su método para extraer esencia de vainillina -así se nombra a la sintética- de los desechos de las vacas.
Pero mientras la vainillina sintética tiene cumarina, que es cancerígena, la investigadora de la UV insistió en remarcar que la vainilla natural es anticancerígena, antioxidante, previene apnea del recién nacido (muerte de cuna), funciona como aromaterapia contra la depresión, terapia contra las adicciones, intensificador del sabor de alimentos y es antimicrobiana.
La difusión de las bondades de la vainilla continuará en 2018 por parte del Orquidario de la UV, pues se tienen planeadas dos ediciones más del Festival “¡Viva! Vainilla”, una en la Universidad Autónoma de Chapingo y otra en el Instituto Tecnológico de Tuxtepec, en Oaxaca.