Marytere Narváez/ Agencia Informativa Conacyt/Mérida, Yucatán.- Desde que era una niña, Guadalupe Beatriz Xoconostle Cázares tuvo la vocación de entender problemas biológicos. Hoy en día, es directora del Centro de Investigación Científica de Yucatán (CICY) durante el periodo 2018-2022.
“Cuando uno enseña a los niños con el método científico, que es algo que nos ayuda a entender un fenómeno, les damos mucho poder. Evita que crean en supersticiones. Las cosas mágicas. Cuando yo aterricé en un mundo lógico, hizo mi vida muy fácil. Con el pensamiento de que a toda acción corresponde una reacción, es que me empecé a interesar mucho en entender problemas biológicos”, expresó en entrevista para la Agencia Informativa Conacyt.
Se formó como bióloga en la Facultad de Ciencias de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y realizó una maestría en el Centro de Investigación y de Estudios Avanzados (Cinvestav) en la Ciudad de México, tras lo que encontró su verdadera pasión: las plantas. “Las plantas tienen mecanismos muy interesantes. Se comunican de una manera tan exitosa y hacen ecosistemas estables, yo quise entender un poco más de ellas”.
De la investigación básica a los problemas nacionales
Xoconostle Cázares ha dedicado gran parte de su vida a entender mecanísticamente procesos biológicos, para lo que realizó un doctorado en el Cinvestav, unidad Irapuato, y visitó varios países, donde encontró herramientas aplicables para sus investigaciones.
“Aunque mucho de mi pasión era tener buenas publicaciones, citas, estudiantes graduados —hasta obtuve unas portadas en revistas científicas, que eran un poco de mi orgullo—, salí de mi laboratorio y me topé con una realidad preocupante, consideré que mucho de lo que hacemos en el laboratorio está muy desligado de los problemas nacionales”.
Al darse cuenta de esto, llegó a su cubículo, quitó aquellas portadas de revistas científicas de su pared y empezó a buscar qué hacía falta para mejorar la manera en que se controlan plagas y enfermedades, la productividad en plantas y la conservación de la diversidad biológica, entre otros temas.
“La diversidad genética es lo que nos va a dar la resistencia en nuestros cultivos y debemos considerar que van a ir evolucionando sus plagas y enfermedades. Así empecé a identificar problemas, pero me dije, yo no soy ninguna experta en lo que está pasando afuera y no quiero descubrir el hilo negro. Pensando que, por ejemplo, esa mosquita que ahora yo veo cómo es un problema, en mi cubículo, no sé si realmente lo sea para el país. Entonces me acerqué al gobierno federal para pedir asesoría experta sobre problemas nacionales y ahí mi vida cambió”.
Por ello se acercó a los expertos del Servicio Nacional de Sanidad, Inocuidad y Calidad Agroalimentaria (Senasica), donde empezó a identificar qué problemas existían y cómo podía empezar a solucionarlos. “Me fascinó ver los retos nacionales, pues consideré que había muchas herramientas disponibles para abordarlos”.
Como bióloga con estudios en genética y nivel III del Sistema Nacional de Investigadores (SNI), para Xoconostle Cázares es importante entender que es necesario trabajar en equipo, que todos los integrantes son importantes y que hay que buscar a los expertos en cada tema.
“Quizá no es tan importante tener el conocimiento en la cabeza, sino buscar quién sí sabe hacer las cosas, identificar a quién le gusta trabajar en grupo e irnos a los grandes temas. A eso hay que sumar el ingenio mexicano. El mexicano tiene buena reputación a nivel nacional e internacional de que se adapta, busca e implementa”.
CICY, una oportunidad de oro para el mejoramiento genético
Como mejoradora genética en el tema agroalimentario, la investigadora vio como una oportunidad de oro poder integrarse al CICY, pues su vocación agrícola la había llevado desde hacía mucho tiempo a sitios alejados de la Ciudad de México. A esto se sumó la gran reputación de los investigadores del Centro, reconocidos nacional e internacionalmente, y que, al parecer de la investigadora, la península de Yucatán tiene retos agroalimentarios que debe abordar con biotecnología.
“Mérida es una ciudad muy importante e interesante, pero el sureste mexicano lo comprenden otras áreas que tienen menor desarrollo económico, que necesitan de desarrollos que ya son realidad en otras regiones del país”.
En sus palabras, Xoconostle Cázares se siente con un portafolio de sueños que van saliendo, uno por uno, y observando cómo pueden implementarse. “Muchas cosas ya están construidas. Tal vez se harán un poquito diferente a como lo aprendí en el centro del país, pero creo que podríamos conectar el sureste con desarrollos que ya se hacen en el resto del país, y después que nuestro sureste sea el referente nacional y, ¿por qué no?, también el internacional”.
Una directora al servicio de la investigación
Desde la creación del CICY, hace más de tres décadas, Beatriz Xoconostle Cázares se ha convertido en la primera mujer en ocupar su Dirección General. “Ocupar la Dirección General del CICY es —yo creo— un sueño independientemente del género. Poder estar coordinando todas las capacidades y estar impulsando nuevas es algo muy importante. Yo estoy acostumbrada a que las mujeres somos capaces de hacer muchas cosas”.
Henequén, producción de cocotero, agave, frijol, soya, chile, cultivos de la milpa tradicional, sistemas de generación de energía alternativa, materiales, cuidado del agua y conservación de la riqueza biológica son solo algunos de los temas que actualmente se desarrollan en el CICY y para los cuales Xoconostle Cázares espera contribuir positivamente.
“La Dirección General es un área de servicio para la investigación. Gestionarles a tiempo, buscar las oportunidades, abrir cooperaciones internacionales, buscar fondos no convencionales y que los investigadores hagan un impacto real con lo que ellos ya saben hacer, pero que quizá les faltaba un pasito, un tema de transferencia de tecnología, un contacto con la industria, un productor o un inversionista. Y esta es precisamente mi misión”, finalizó.