Esmeralda Hernández/ Veracruz, Ver.- La Delegación en Veracruz Norte del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) exhortó a las madres de lactantes a orientarse sobre la introducción de alimentos semisólidos en la dieta de los niños para su correcto desarrollo. Durante los primeros meses de vida, lo ideal es proporcionar solamente leche materna, sin dar ningún otro alimento, ni agua o té.
Después viene la ablactación o dietas complementarias, que es la introducción lenta y paulatina de nuevos alimentos en la ingesta de los lactantes; dicho proceso es parte fundamental para que los pequeños aprendan hábitos alimenticios sanos y equilibrados, explicó Diana Villalba Escobar, nutrióloga de la Unidad Médica Familiar (UMF) N° 57 del IMSS.
De acuerdo con la Norma Oficial Mexicana 043, la ablactación se puede introducir entre los cuatro y los seis meses de edad, pues se busca que el aparato digestivo del pequeño este fortalecido para la recepción de un alimento diferente a la leche.
En las guarderías del IMSS se aplican las dietas complementarias a partir del sexto mes de vida; se empieza con la primera dieta: ésta se divide en dos etapas, en las primeras dos semanas se introducen solamente verduras; mientras que en la tercera y cuarta semana se agregan las frutas; todo en papillas sin sal, azúcar o condimentos.
Asimismo, se recomienda empezar con las hidrataciones: una a media mañana y una a media tarde de aproximadamente una onza de agua natural; en esta fase, la comida es de dos tiempos sólo desayuno y almuerzo; que serán en pequeñas porciones y éstas deben ser suministradas, sin forzar al infante, dado que su organismo genera el estímulo de saciedad en el momento de cubrir sus necesidades energéticas.
A los siete meses se introducen los cereales como la avena, el trigo, la papa, el arroz y el elote; entre los ocho y nueve meses se empieza a ofrecer carnes blancas como el pollo, pero todavía en papilla, también en esta etapa comienza el consumo de brócoli y acelgas; la alimentación pasa a ser de tres tiempos, esto quiere decir, desayuno, almuerzo y cena.
Entre los 10 y 11 meses la dieta es transicional, que va a ser el cambio de un régimen de papilla a lo que es conocida como normal; es decir que ya es más elaborada y tiene características de alimentación completa.
Sin embargo, todavía se restringen alimentos atópicos (que podrían generar alergias), como suelen ser los cítricos, las leguminosas, carne de cerdo, atún, huevo y derivados de la leche, ya que estos alimentos deben darse hasta después del primer año de vida, explicó la nutrióloga Escobar Villalba.
Para finalizar, recomendó siempre ofrecer alimentos naturales a los pequeños, elaborados en casa, pues las papillas comerciales intensifican artificialmente color, olor, sabor y la textura es diferente y después será muy difícil que acepten verduras o frutas naturales.