Por la Mtra. Atziri Arroyo Ruiz, Profesora Base de la Facultad de Psicología de la UAG
GUADALAJARA, JAL.- El regreso a una rutina que creíamos olvidada, pero que ya es una realidad, es que los niños vuelven a las aulas. Es muy fácil cambiar la página del ajetreo del tiempo de escuela a vacaciones, pero no viceversa, y este proceso puede llegar a ser un tanto complicado para padres, alumnos y profesores.
Aquí les comparto cómo funciona el cerebro en esta situación y algunas recomendaciones que se pueden seguir para hacer más llevadera la temida "vuelta a la rutina".
• Poco a poco: Es normal no querer que las vacaciones terminen; sin embargo, debemos tener en cuenta que el esfuerzo que todos ponemos en la educación de un individuo algún día rendirá fruto, no obstante, esperar la recompensa a largo plazo puede ser cansado para todas las partes.
Desde la perspectiva del cerebro, la realidad es que a nuestro sistema límbico no le fascinan las esperas tan largas, por ello algo que podría funcionar es ir aprendiendo a disfrutar los logros a corto plazo.
• Disfruta: Claramente sería más llevadero e incluso motivante para los estudiantes disfrutar los pequeños grandes logros, como la finalización de un bimestre o de una evaluación parcial, y aunque el logro no se disfruta igual que la culminación de un curso, gozar estas experiencias nos regala un poco de dopamina que ayuda a nuestro cerebro a mantenerse interesado, contento y motivado. Además, en algo sencillo de lograr, ir por un helado al fin de la semana de exámenes puede marcar esta diferencia.
• Actúa rápido: Otra cosa que influye en el proceso de adaptación es lo rápido que hacemos el cambio, si nos desvelamos hasta la última noche de domingo antes de clases, retomar la rutina nos tendrá cansados, así que la idea es hacerlo gradual. A lo mejor resulta aburrido irnos a dormir temprano desde una semana antes de comenzar las clases, entonces en vez de reducirle horas al tiempo irse a la cama, podemos irlo haciendo por lapsos de 15 minutos, por ejemplo, si me acuesto a las 12 y luego tendré que hacerlo a las 10, empiezo por 11:45, luego 11: 30 y así sucesivamente.
• Mantenerse calmado: De la misma manera hay que tener en cuenta que al cerebro le gusta la certeza, pues lo hace sentirse confiado, por lo que una recomendación para los profesores es comenzar con cosas sencillas que piensen que todos o la mayoría de los alumnos van a dominar. Comenzar por actividades y contenidos sencillos para luego aumentar la dificultad de manera gradual ayudará a que los alumnos se enganchen mejor al trabajo. Incluir elementos que les resulten familiares también funciona.
• Vete con tus amigos: Tener amigos cercanos y convivir con ellos ayuda a aumentar nuestra secreción de oxitocina en el cerebro, en otras palabras, tener a los amigos cerca reduce la experiencia de estrés, por lo que se recomienda fortalecer la convivencia y las relaciones sociales en la escuela, esto incluso puede hacernos más productivos sin perder de vista el papel de la disciplina.
• Comer bien: Por último, hay alimentos que ayudan al cerebro a rendir mejor en la escuela y sería adecuado tenerlos presentes en la lonchera en la justa medida. Algunos de ellos son los frutos rojos, el aceite de olivo, las nueces de la india, las almendras, las uvas, algo de carbohidrato en forma de pan o tortilla y proteína animal en forma de huevo, leche, pescado e incluso un poco de carne como jamón o res.
La idea es echar mano de estas recomendaciones para tener un regreso a clases más llevadero y productivo para todos, un poco de ayuda no nos viene mal.