Esmeralda Hernández / Xalapa, Ver.- Las medidas preventivas para evitar enfermedades crónicas como es el cáncer cérvico-uterino o de mama son fundamentales para que las mujeres conserven su salud, sin embargo, existe otro tipo de males de los que debe estar alerta, informó el ginecólogo Vicente Espinosa Rico, titular de la Jefatura de Prestaciones Médicas del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) en Veracruz Norte.
Razón por la que en los módulos del Programa PrevenIMSS se brinda orientación de acuerdo con el historial clínico de cada mujer sobre riesgos de salud, a los que está expuesta durante las diferentes etapas de su vida, señaló el especialista.
Explicó que la salud de la mujer debe cuidarse desde recién nacida; y es que las malformaciones congénitas en el sistema nervioso central, riñones, corazón, así como del tubo digestivo, son otros padecimientos frecuentes.
Ante esto, la prueba de tamiz neonatal como medida de prevención es fundamental. Durante la infancia, señaló, las infecciones en vías urinarias son un problema común que de no atenderse con oportunidad en su clínica familiar, puede traer como consecuencia insuficiencia renal y con ello, efectos secundarios que alteran su calidad de vida.
En la etapa adolescente, indicó, es importante recurrir a las unidades médicas para conocer las acciones preventivas sobre enfermedades de transmisión sexual, embarazos no deseados, alcoholismo, drogadicción y desórdenes alimenticios.
El especialista recomendó que al llegar a la maternidad se debe acudir a los servicios de Ginecología del IMSS, lo que le permitirá prevenir preeclampsia, hemorragias e infecciones para llevar una gestación sin riesgos.
Espinosa Rico consideró que durante la edad adulta, además de estar en constante revisión para detectar padecimientos como el cáncer, también se debe evitar sobrepeso, obesidad y enfermedades crónicas como diabetes mellitus, hipertensión y problemas de tiroides o inmunológicos.
De igual modo, insistió en que desde la niñez se opte por un estilo de vida saludable, en el que una alimentación balanceada, actividad física diaria, o algún deporte, y la higiene sean hábitos fortalecidos que generarán mejores condiciones para lograr una vejez con calidad.