Los niños que duermen entre seis y ocho horas al día son menos propensos a tener problemas de comportamiento e irritabilidad, por ello es importante que los padres ayuden a sus hijos a desarrollar buenos hábitos de sueño desde una edad temprana, explicó José Guadalupe Gutiérrez Márquez, titular de la Coordinación de Prevención y Atención a la Salud.
Dormir entre seis y ocho horas al día, establecer una hora fija para ir a la cama, evitar mirar televisión por periodos prolongados o escuchar música con alto volumen, así como mantener un ambiente constante durante la noche, son algunas recomendaciones para lograr una mejor calidad de sueño y con ello contribuir a un crecimiento sano de los niños, subrayó.
Comentó que al no lograr un sueño de calidad, los menores están expuestos a ser irritables, agresivos, con fatiga exagerada y a presentar somnolencia durante el día, lo que influye en falta de atención en sus actividades escolares y bajo rendimiento.
Dijo que de nada sirve dormir 12 o 15 horas si este sueño no es reparador, ni de buena calidad; las horas de sueño estarán determinadas de acuerdo con la edad y la exigencia que demandan las actividades diarias.
Aseguró que el sueño sano es esencial para la salud y el desarrollo del niño, ya que promueve el mantenerse alerta, tener buena memoria y comportarse mejor.
Mencionó que algunos desórdenes del sueño que deben ser identificados en los niños, son: pesadillas, terrores nocturnos, estrés o cambios de rutina diaria o forma de vida.
Otro trastorno es la apnea de sueño, periodo en el que ocurren pausas en la respiración, los niños habitualmente roncan, su sueño es inquieto y pueden manifestar somnolencia durante el día.
Asimismo, reiteró la importancia del sueño en los menores y destacó que dormir bien ayudará en su sano desarrollo, tanto físico como mental, por lo que es necesario que los padres vigilen de cerca posibles problemas que interfieran con este objetivo.