Ciudad de México.- El Servicio de Ortopedia Pediátrica del Hospital "Dr. Victorio de la Fuente Narváez" del IMSS brinda un tratamiento eficaz a bebés que nacen con pie equinovaro aducto congénito (PEVAC), también conocido en Latinoamérica como pie Bott o pie Zambo, mediante la colocación de yesos seriados y una cirugía de mínima invasión, para alinear los pies y recuperar su flexibilidad.
El pie equinovaro es una de las malformaciones congénitas músculo esqueléticas más comunes (torcido hacia adentro, hacia abajo o hacia sí mismo), ocurre en el primer trimestre del desarrollo, se presenta en tres de cada mil nacidos vivos, y afecta a bebés de ambos sexos de manera similar.
El procedimiento médico inicia entre las dos y tres primeras semanas de vida del bebé y se realiza durante las siguientes seis a ocho semanas, con el cambio semanal de yesos para manejar la deformidad que afecta ambos pies.
La técnica de yesos es la opción número uno en el manejo de pie equinovaro con resultados exitosos y se utiliza desde hace más de 50 años a nivel mundial, explicó Juan Agustín Valcarce León, responsable de la Clínica de Yesos del Hospital de Ortopedia de la Unidad Médica de Alta Especialidad "Dr. Victorio de la Fuente Narváez" del Instituto Mexicano del Seguro Social.
Después de la primera fase de tratamiento se evalúa la mejoría de los pies del pequeño para continuar con la cirugía, la cual se aplica en 90 por ciento de los casos. Cosiste en hacer una incisión de dos a tres milímetros en el Tendón de Aquiles, que se regenera y cubre la nueva longitud del pie, agregó el especialista.
En el pasado se hacía una incisión grande en la parte interna del pie, para alargar las estructuras afectadas.
Los beneficios para el paciente son menos tiempo de hospitalización, resultados de buenos a excelentes a largo plazo, en comparación con el método tradicional, en que el paciente sufría más dolor, mayor rigidez y había necesidad de otras cirugías.
El doctor Valcarce León dijo que en la segunda etapa, el niño mantiene la corrección al usar una barra de acero con zapatos unidos a ella durante tres meses, día y noche, y después sólo en las noches, hasta cumplir cinco años de edad, para lograr un pie flexible y no doloroso, que les permite hacer una vida normal, con actividades físicas y deportivas.
Los pacientes continúan en vigilancia médica con una revisión anual hasta los 18 años de edad, generalmente no tienen que usar plantillas ni calzado ortopédico, ya que tienen los pies alineados, flexibles y con fuerza para realizar cualquier actividad.