Francisco Moisés García / Ciudad de México. 31 de marzo de 2017.- “¿Por qué diversificar la matriz de producción energética? Desafortunadamente nuestro país se rige bajo una economía petrolizada, donde alrededor de 90 por ciento de la energía es obtenida de fuentes no renovables, motivo suficiente para empezar a tener alternativas de fuentes renovables”, explicó la doctora Georgina Sandoval Fabián, quien forma parte del Centro Mexicano de Innovación en Bioenergía en Biodiesel (Cemie-Bio)
La investigadora añadió que una mayor diversificación en la producción de energía también tendría un impacto importante en garantizar la soberanía energética mexicana, en la reducción de los costos de energía eléctrica y combustibles, así como en la reducción del impacto ambiental que su producción conlleva, como la emisión de gases de efecto invernadero.
Bajo el marco del Students Energy Summit 2017 a celebrarse del 13 al 18 de junio en Mérida, Yucatán, se llevó a cabo en el Auditorio Alfonso Caso en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) el simposio Innovación & Energía: Retos y Oportunidades para el Futuro, en donde se realizó una serie de mesas redondas que incluyeron temas como aprovechamiento y desarrollo de tecnología para la generación de energía desde fuentes eólicas, solares, oceánicas, geotérmicas y bioenergía.
En entrevista para la Agencia Informativa Conacyt, la doctora Karla Cedano Villavicencio, secretaria de Gestión Tecnológica y Vinculación del Instituto de Energías Renovables de la UNAM, afirmó respecto a la energía solar que "todavía nos falta tener una industria robusta en toda la cadena de valor, aún no tenemos fuerza en temas desde la manufactura, el diseño o el mantenimiento, nos hace falta mucho, es una industria que prácticamente está naciendo en México”.
Actualmente ya existen empresas dedicadas al ramo de producción de energía eléctrica a través de medios solares, producción de calor para procesos industriales y aprovechamiento de calor solar para fines domésticos, como el calentamiento de agua, pero apenas se dan los primeros pasos en su consolidación como un sector energético nacional.
En materia de generación eólica, actualmente en México hay una capacidad instalada para generar cerca de tres mil megawatts de energía eléctrica anual a través de este tipo de generadores, y para 2020 se espera incrementar esta cifra a 13 mil o 14 mil megawatts, de acuerdo con el doctor José Manuel Franco Nava, responsable técnico del Cemie-Eólico.
“El ritmo de innovación mundial en cuanto a energías limpias no nos va a ayudar a superar los retos del cambio climático, necesitamos que las tecnologías de energías renovables sean más económicas y tengan una mayor capacidad de despliegue para reducir significativamente las emisiones de contaminantes”, expuso Carlos Ortiz Gómez, director general de Investigación, Desarrollo de Tecnología y Formación de Recursos Humanos de la Secretaría de Energía (Sener).
Como solución a esta problemática, Ortiz Gómez expuso que durante la administración de Barak Obama, en Estados Unidos, se propuso la iniciativa Mission Innovation, donde se invitó a varios países a asumir el compromiso de duplicar colaborativamente la inversión en investigación y desarrollo de estas tecnologías.
México es uno de los países que asumieron este compromiso, en el que además de participar instituciones gubernamentales en la investigación básica, también participan entidades privadas, quienes crearon la Breakthrough Energy Coalition para asegurar el despliegue de las tecnologías que se desarrollen.
Con un alarmante 92 por ciento de la producción mundial de dióxido de carbono (CO2) proveniente de la quema de combustibles fósiles, la búsqueda y consolidación de fuentes alternativas y limpias de producción de energía son tareas fundamentales en la lucha contra el cambio climático, coincidieron los especialistas.
Agencia Informativa Conacyt