Ciudad de México.- ¿Sabes cuántos metros se ha hundido la Ciudad de México en los últimos años? ¿Qué lugares son más propensos a sufrir agrietamientos? ¿Dónde existen riesgos de inundaciones? El Laboratorio de Geoinformática del Instituto de Ingeniería de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) es el encargado de realizar este tipo de estudios y brindar información para la toma de decisiones.
A cargo del doctor Gabriel Auvinet Guichard, el laboratorio inició sus actividades en 1992 con el objetivo de estudiar diversos aspectos de la problemática geotécnica de la cuenca de México: la estratigrafía del subsuelo, el hundimiento regional, el agrietamiento del suelo, las anomalías geotécnicas y la ubicación de galerías, cavernas y otras oquedades.
En entrevista con la Agencia Informativa Conacyt, Auvinet Guichard explicó que los 40 investigadores y estudiantes que forman parte del laboratorio han trabajado en elaborar mapas de riesgos geotécnicos y geoambientales cada vez más completos y extensos, así como en estudios locales de múltiples zonas de la cuenca de México.
“Nos dedicamos a recuperar información para integrar una base de datos que se refiere principalmente al subsuelo y a la configuración geográfica, topográfica y urbanística del Valle de México. Nosotros hacemos modelaciones numéricas, cálculos y verificamos diseños geotécnicos. Es un laboratorio que tiene un componente en investigación, pero también una parte muy importante de aplicaciones, de asesorías y de colaboración con proyectos nacionales”, señaló.
Definiendo el subsuelo a través de bases de datos
Edgar Méndez Sánchez, quien forma parte del equipo de investigadores del laboratorio, señaló en entrevista con la Agencia Informativa Conacyt que utilizan modelos numéricos mecánicos y de flujo de agua y que aplican las técnicas matemáticas de la geoestadística para sintetizar o resumir los big data o bases de datos.
“Hemos podido interpretar el espesor de los rellenos arqueológicos en la antigua traza de la Ciudad de México. Con ayuda de la geoestadística se pudieron determinar los elementos para elaborar mapas de contornos, pero además procedimos a graficarlos”, señaló.
De acuerdo con Edgar Méndez, la información puntual del subsuelo que guardan las bases de datos (más de 10 mil sondeos) es la que les permite hacer modelaciones de distribución espacial de cómo varían los espesores de los estratos y las propiedades del subsuelo.
Hundimientos en el Valle de México
En el Laboratorio de Geoinformática se ha estudiado también uno de los fenómenos que afectan a la Ciudad de México desde fines del siglo XIX y es considerado uno de los problemas más longevos de la urbe: el hundimiento.
Edgar Méndez detalló que el hundimiento del subsuelo de la capital mexicana está directamente relacionado con la explosión demográfica, cuando pobladores comenzaron a migrar del interior del país hacia la ahora Ciudad de México en busca de mayores oportunidades y, por consiguiente, aumentó la demanda de necesidades básicas como agua potable.
“Este fenómeno lo representamos con gráficas que indican el hundimiento en metros a través de los años y nos arrojan cómo se ha ido comportando el subsuelo. El hundimiento se relaciona con el volumen de agua que se ha extraído del subsuelo. Vemos que en el centro de la ciudad, el hundimiento acumulado desde 1862 llega a cerca de los 10 metros, pero que alcanza en algunas zonas hasta 14.5 metros”, señaló. De acuerdo con los estudios realizados, las zonas de mayor hundimiento en el Valle de México se encuentran en los alrededores de la calzada Ignacio Zaragoza, Ciudad Nezahualcóyotl y Chalco.
El doctor Gabriel Auvinet señaló que, a pesar de ser un fenómeno muy antiguo, el hundimiento sigue siendo muy vigente y preocupante. Mucha gente no conoce los niveles que ha alcanzado y considera el hundimiento más como una curiosidad que como un grave riesgo para la ciudad. “El hundimiento conduce a problemas como la deformación de las calles, daños a sistemas de transporte, drenaje y cimentaciones, formación de grietas y a inundaciones locales. Se ha podido vivir con los problemas que presenta la Ciudad de México, pero cada vez son más difíciles de controlar y es urgente buscar soluciones sobre cómo mitigarlos. En este momento en la universidad se están definiendo estrategias para enfrentar este problema en colaboración con organismos especializados”, detalló.
Actualmente existen tres organismos que miden el hundimiento, uno de ellos es el Sistema de Aguas de la Ciudad de México, otro es la Comisión Nacional del Agua (Conagua) y el tercero es la Comisión de Aguas del Estado de México. Según comenta el doctor Gabriel Auvinet, la información obtenida por estos diferentes organismos ha podido ser combinada y procesada a través del Sistema de Monitoreo de la Piezometría y de los Hundimientos Regionales de la Cuenca de México (Simoh) integrado por el Laboratorio de Geoinformática y las diferentes instituciones involucradas, lo que ha permitido elaborar mapas de hundimiento que resultarán de gran utilidad para la toma de decisiones.
Constante asesoramiento a instituciones
Entre los trabajos que ha realizado el equipo de investigación del laboratorio, se encuentran la evaluación de los riesgos geotécnicos en el Valle de México y la zonificación geotécnica para el Nuevo Reglamento de Construcciones para la Ciudad de México de 2017.
“Hay un contacto permanente con instituciones como la Conagua, la Comisión Federal de Electricidad, el gobierno de la Ciudad de México y Pemex”, señaló el doctor Gabriel Auvinet. Se ha prestado asesoría en temas como el seguimiento de los trabajos de los túneles Río de la Compañía y Emisor Oriente, el reencarpetamiento del Circuito Interior, la recimentación de la Línea A y el diseño de la nueva Línea 12 del Metro y del Nuevo Aeropuerto, entre otros.
Además, se ha estudiado el subsuelo de sitios ubicados en los estados de Veracruz, Tabasco, Querétaro, Yucatán, Puebla, Guerrero, Chiapas, Campeche, e incluso en las aguas profundas del golfo de México.
Conacyt