Marytere Narváez/ Mérida, Yucatán. Agencia Informativa Conacyt.- Los centros históricos se constituyen como una pieza fundamental de los sistemas urbanos y, como tales, han estado sometidos a diversos procesos de transformación y de reinvención de sí mismos a lo largo de la historia. Para recuperar, sistematizar y analizar estas experiencias en conjunto con los nuevos conocimientos de modelos de gestión y políticas urbanas, se creó en 2016 la Red Temática Conacyt Centros Históricos de Ciudades Mexicanas.
En el marco de la Feria Internacional de la Lectura Yucatán (Filey) 2017, investigadores de esta Red Temática Conacyt presentaron el libro Conservación y desarrollo sustentable en Centros Históricos, que reúne un conjunto de artículos en los que se analizan y documentan nuevos modelos y procesos de gestión, conservación y rehabilitación de los centros históricos de diversos países de América Latina y España.
Entrevistada por la Agencia Informativa Conacyt, Alicia Ziccardi Contigiani, directora del Programa Universitario de Estudios sobre la Ciudad (PUEC) de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), señaló que el libro surgió como resultado de un seminario internacional organizado en 2015 por el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), el Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA), la UNAM y las autoridades del Centro Histórico de la Ciudad de México, “con la idea de resaltar uno de los temas fundamentales para la conservación de los centros históricos, que es el tema de las políticas y la gestión de este territorio”.
Para la investigadora adscrita con nivel III al Sistema Nacional de Investigadores (SNI), México cuenta con amplio número de ciudades reconocidas como Patrimonio de la Humanidad por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco, por su acrónimo en inglés) y numerosas ciudades con invaluable patrimonio cultural, por lo que es necesario garantizar la conservación de sus espacios fundacionales, los centros históricos.
“Para conservarlos hay que transformarlos, ponerlos en valor para que puedan conservarse en un contexto global de profundas transformaciones en todas las ciudades, y conservar el patrimonio tiene que ser a través de políticas públicas y políticas que incorporen la participación ciudadana”, apuntó.
Importancia de la planeación urbana participativa
En el artículo "Procesos y actores de la planeación participativa en centros históricos de ciudades mexicanas", Alicia Ziccardi analiza las experiencias de inclusión de la ciudadanía en las decisiones de los procesos de planeación urbana.
“Estos procesos son muy innovadores y se están realizando en los últimos años en México con una participación muy importante no solo de ciudadanos interesados en la conservación del patrimonio, sino de académicos involucrados que tienen no solamente una actividad de investigación sino un compromiso con la conservación de los centros”, apuntó.
La investigadora aborda esta temática desde la perspectiva de la planeación urbana de los centros históricos, que se distancia de una visión conservacionista y señala que para conservar es necesario innovar, transformar y dotar de funcionalidad los espacios para que puedan estar habitados.
“Uno de los grandes problemas de los centros históricos es el despoblamiento de los mismos, la mala calidad de las viviendas, los propietarios originales no realizan inversiones porque son alquileres que no están al día en el mercado y el deterioro urbano es muy marcado en muchas ciudades porque también hay procesos de degradación social que inciden en la vida de estos centros y que ponen en riesgo su propia existencia”, apuntó la investigadora.
De acuerdo con Alicia Ziccardi, en el contexto internacional y nacional actual, donde las transformaciones del suelo son una de las principales actividades para la obtención de ganancias y excedentes, los centros históricos han pasado a ser observados como espacios en los que la inversión puede obtener altas tasas de rentabilidad.
“La idea es que necesitamos transformarlos para garantizar el arraigo de la población original, generando empleos dignos, viviendas adecuadas y espacios públicos que garanticen la convivencia y la vida ciudadana en estos espacios que no son solamente de quienes ahí habitan, sino del conjunto de las sociedades y, por supuesto, también son reconocidos y valorados internacionalmente”, finalizó.