Ciudad de México.- Nunca se imaginó que sería científico y menos que estudiaría los planetas, pero una visita al planetario Luis Enrique Erro lo emocionó tanto, que supo que su destino estaría entre las estrellas.
Esto le sucedió a Luis Carlos Welbanks Camarena, joven científico mexicano que ahora, en la Universidad de Cambridge, Reino Unido, estudia los siete exoplanetas que recientemente fueron hallados.
Como Luis Carlos, existen muchas personas que se enamoraron del universo y de la ciencia luego de hacer un viaje a las estrellas en un planetario, quizá uno de los casos más famosos es el del científico estadounidense Neil deGrasse Tyson, quien también descubrió su vocación científica en un planetario.
Al año, casi 150 millones de personas visitan alguno de los cuatro mil 145 planetarios que hay en todo el mundo, de acuerdo con el estudio Tallying The World's Planetarium, realizado por Loch Ness Productions.
De esos cuatro mil 145 planetarios que hay en todo el planeta, en México existen 39 ubicados en casi todos los estados, según información publicada en la Gaceta Politécnica en la edición especial del 5 de junio de este año.
Festival Internacional de Planetarios
Para Aurelio Nuño, titular de la Secretaría de Educación Pública (SEP), los planetarios son de gran importancia para el país ya que son una fuente de innovación, difusión y divulgación de la ciencia.
Al ser los planetarios una buena herramienta para la comunicación pública de la ciencia, es necesario reflexionar sobre la situación actual y los desafíos de estos espacios en México.
Con el objetivo de hacer una exhaustiva revisión, expertos en el tema de todo el país y de diversas naciones se reunieron del 5 al 8 de junio en la Ciudad de México en el IV Festival de Planetarios.
En dicho festival, organizado por el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt), se ofrecieron alrededor de 20 actividades, entre conferencias, estrenos de proyecciones y talleres.
A este encuentro asistieron alrededor de 600 personas entre expertos, funcionarios, investigadores, estudiantes del IPN y público en general interesado en el desarrollo, funcionamiento y gestión de los planetarios.
Durante la ceremonia de inauguración, Enrique Cabrero Mendoza, director general del Conacyt, destacó que “los planetarios son un espacio que acerca el conocimiento a la sociedad; además de fungir como centro de intercambio de conocimientos y prácticas para toda la comunidad científica interesada en el tema”.
Un viaje a la historia de los planetarios
En dicho festival, los expertos hicieron un recorrido por la historia de planetarios y los presentaron como uno de los centros de divulgación científica más antiguos del mundo.
Se le atribuye a Arquímedes el mérito de contar con un primitivo planetario con el cual podía predecir el movimiento del sol y la luna; sin embargo, fue en 1923 que Walther Bauersfeld proyectó en la cúpula de la empresa Carl Zeiss, en Alemania, el primer espectáculo planetario en el mundo, según información publicada en la Gaceta Politécnica antes citada.
En un inicio se dedicaron a la divulgación de la astronomía y más recientemente a la exploración espacial; no obstante, con los avances de la tecnología digital, los planetarios se modernizaron para convertirse en espacios de divulgación de cualquier rama de la ciencia, la tecnología, el arte y el entretenimiento.
Justo este es uno de los retos que se planteó en el IV Festival de Planetarios, ¿cómo atraer a la audiencia a ver proyecciones de otras cosas que no sean solo estrellas y planetas, sino que se puedan aprovechar para mostrar cosas de salud, medio ambiente o arqueología?
El potencial educativo de los planetarios
Al ampliar las temáticas que se abordan en los planetarios, se potencia aún más el papel educativo de estos recintos, indicó Shawn Laatsch, director del Emera Astronomy Center and M. F. Jordan Planetarium, de la Universidad de Maine.
“Con la tecnología, los planetarios se han convertido en espacios donde se pueden estimular tus sentidos como no se puede hacer en un salón de clases, pero para que tengan un impacto educativo es necesario que la gente no solo se quede con la proyección, sino que haya expertos en el tema que se está proyectando para que atienda las dudas de los asistentes. Hay que llevar los planetarios a algo más allá del asombro, que sean algo que eduque y para ello es indispensable que la gente entre en contacto con los expertos”, aseguró Shawn Laatsch.
Esta tendencia ya la hacen diversos planetarios en países como Estados Unidos, Alemania, Japón y Sudáfrica. Por ejemplo, en el Planetario Adler, ubicado en Chicago, hay un laboratorio y los astrónomos que trabajan en ese laboratorio son los que resuelven dudas de las proyecciones y explican un poco de la labor que se hace en su laboratorio.
Planetarios para la investigación
Si los planetarios contaran con laboratorios, se podrían convertir no solo en un lugar de recreación o educación para los niños, sino también un espacio para los científicos.
Actualmente los planetarios más avanzados del mundo utilizan un software que de origen fue desarrollado para planetarios, pero también se puede emplear para analizar detalles del fondo del mar, de las colisiones de partículas o misiones espaciales, así lo muestra el artículo Planetariums — not just for kids, publicado recientemente en la revista Nature.
En dicho texto, el científico Tom Kwasnitschka, del GEOMAR Centro Helmholtz de Investigación del Océano Kiel, indicó que “el software escrito originalmente para espectáculos educativos en el planetario está siendo utilizado por la NASA para revisar las misiones espaciales y para ayudar a las previsiones de 'clima espacial'”.
Por tal razón, universidades y centros de investigación ya están invirtiendo en los planetarios como una herramienta para la investigación. Por ejemplo, la actualización digital del Planetario Iziko, en Ciudad del Cabo, la cual costó dos millones de dólares, fue financiada por un museo y las universidades locales, con la expectativa de que también servirá como un centro para los investigadores.
Asimismo, el European Southern Observatory Supernova Planetarium, en Munich, Alemania, está concebido como una herramienta más para la investigación.
Políticas públicas en pro de los planetarios
Debido a que los planetarios han demostrado ser una excelente herramienta para la educación, la comunicación pública de la ciencia y más recientemente para la investigación, la presente administración federal le ha apostado como nunca antes a los planetarios.
Actualmente el Conacyt cuenta con una convocatoria anual en la que apoya proyectos de comunicación pública de la ciencia, entre ella, los planetarios, así algunos de estos espacios han podido remodelarse y adquirir la tecnología necesaria para ofrecer una mejor experiencia.
Karla Peregrina Oropeza, presidenta de la Asociación Mexicana de Planetarios y directora del planetario de Cancún, destacó que “Conacyt ha hecho un gran esfuerzo para impulsar la creación o actualización de los planetarios en México y la producción de materiales para planetarios”.
Desafíos de los planetarios mexicanos
Uno de los principales retos de los planetarios en México son los recursos económicos para construir o modernizar estos espacios, manifestó Peregrina Oropeza.
Destacó que si bien no son tan costosos como otras estrategias de comunicación de la ciencia o de educación, sobre todo si se toma en cuenta el impacto y el alcance, sí se requiere de una cantidad considerable. Por ejemplo, comentó que los dos planetarios que se inauguraron en 2015 en Quintana Roo tuvieron una inversión aproximada de entre 40 y 60 millones de pesos.
Otro de los desafíos que enfrentan estos espacios es que en México no hay la cantidad suficiente de personas altamente capacitadas en comunicación pública de la ciencia, especializados en discursos audiovisuales para planetarios.
Quizás los retos económicos que enfrentan los planetarios en México se podrían solventar si se involucra a la iniciativa privada, tal y como lo han hecho diversos museos como Papalote Museo del Niño, en los que invitan a una marca a patrocinar un espacio a cambio de darle presencia en su espacio.
Respecto al desafío de los especialistas, como en muchas otras áreas del conocimiento, apenas están en formación, pero en los próximos años se verán los resultados de las nuevas generaciones.
De hecho ya se están cosechando algunos frutos, ya se estrenaron algunas producciones mexicanas, por ejemplo la proyección Arqueoastronomía maya: Observadores del Universo, del Cha'an Ka'an Planetario de Cozumel, que se presentó el pasado marzo, ya fue solicitado en Chile y próximamente se presentará en Japón.
Conacyt