Armando Bonilla/ Ciudad de México/Agencia Informativa Conacyt.- La doctora Alejandra González Duarte Briseño, investigadora del Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición Salvador Zubirán (INCMNSZ) ha dedicado 10 años de su vida a investigar sobre la amiloidosis hereditaria, la cual es una afección que genera la formación de depósitos anormales de proteína (amiloide) en casi todos los tejidos del cuerpo, afectando principalmente el corazón, los nervios periféricos y el sistema gastrointestinal, según la enciclopedia médica MedlinePlus.
Al tratarse de una enfermedad rara, en México los casos son realmente pocos si se compara la cifra con la de otros padecimientos. De acuerdo con el sitio de Internet Amiloidosis en México, existen diversos tipos de amiloidosis hereditaria, entre ellas la asociada al TTR (transtiretina), apolipoproteínas (AI, AII, AIV), gelsolina, lisozima, fibrinógeno, cistatina C y otras un poco más raras. En el caso de México, el portal señala que la más frecuente es la generada por mutaciones en el gen TTR que se encuentra en el cromosoma 18.
En busca de una rara enfermedad en la población mexicana
Agencia Informativa Conacyt (AIC): ¿En qué consiste su línea de investigación?
Alejandra González Duarte Briseño (AGDB): El primer paso de esta línea de investigación consistió en detectar la presencia de la amiloidosis hereditaria en México. Se trata de una enfermedad muy rara, así que comenzamos con estudios genéticos en pacientes sospechosos para esta enfermedad.
Son sospechosas aquellas personas que llegan a desarrollar una polineuropatía progresiva, además de otros síntomas como diarrea incontrolable, pérdida de peso involuntaria, alteraciones autonómicas con disminución de la presión arterial y disfunción eréctil, entre otros síntomas.
Estos pacientes que tenían otros familiares con los mismos síntomas fueron convocados, se les solicitó a través de un consentimiento informado su permiso para incluirlos en un estudio cuyo objetivo fue detectar alguna mutación relacionada con la amiloidosis hereditaria.
De dicho estudio se desprendió que en México existen tres mutaciones distintas del gen TTR y, a la par, hemos logrado documentar al menos 140 casos que entran dentro de esas tres mutaciones.
AIC: ¿Cuáles han sido las etapas que atravesó la investigación hasta llegar a esos resultados?
AGDB: Todo empezó con la sospecha de que existía en nuestro país, así que nos dimos a la tarea de escribir un proyecto encaminado a obtener el financiamiento de las pruebas genéticas, mismas que actualmente no se realizan en México y las tenemos que enviar a Estados Unidos.
A ellos les mandamos el material y nos responden a través de un correo electrónico si existe o si se descarta alguna de las mutaciones detectadas en el gen TTR. En el inicio del proyecto sucedió también que existían dos pacientes más, de otros laboratorios, donde se confirma la misma mutación aun cuando no estaban relacionados entre sí.
En ese momento ampliamos la investigación para ver cuántos de los familiares del paciente podrían presentar la enfermedad. La siguiente etapa consistió en definir de dónde vienen los pacientes y en ella encontramos que la mayoría provienen de curso_we.pngGuerrero y Morelos, particularmente en Puente de Ixtla y sus alrededores.
Entretanto, la tercera mutación que hemos detectado en el país se encuentra en Guanajuato y aparentemente los pacientes son diferentes clínicamente, tienen manifestaciones diferentes e incluso los apellidos son distintos, lo que nos hace suponer que no hay relación directa entre los pacientes de Guanajuato como la que sí existe en Guerrero y Morelos.
Esa es una etapa, el diagnóstico de la enfermedad, y otra consistió en el estudio de la historia del padecimiento e identificar que los más jóvenes son los más afectados, es decir, la existencia de algo que se llama anticipación.
AIC: ¿Qué otros hallazgos ha arrojado la investigación y cuáles han sido los más relevantes a lo largo de todo el camino?
AGDB: El más importante, tomando como referencia el punto de partida del proyecto, es que sí existe la enfermedad en México, que hay presencia y que cuando aparece lo hace en gente joven, entre los 25 y 30 años de edad.
Lo alarmante de ello es que se trata de una enfermedad muy progresiva y los pacientes van pasando de los pocos síntomas a la incapacidad total y hasta llegar a la muerte dentro de los primeros diez años después de que se diagnosticó el primer síntoma.
También, por alguna razón que no entendemos, descubrimos que los hombres están más afectados que las mujeres, pese a que se trata de una enfermedad que en teoría debería estar equilibrada entre ambos géneros. Entre los hallazgos más relevantes, se encuentra también el desarrollo de tres líneas para el tratamiento.
El tratamiento: de los protocolos médicos a los trasplantes dominó
AIC: ¿Cuáles son esas tres líneas de tratamiento?
AGDB: Hay pacientes que pueden llegar a ser candidatos a un trasplante de hígado y de hecho ya hemos trasplantado a cuatro pacientes y lo hemos hecho a través de trasplantes dominó, es decir, el hígado que reciben los pacientes proviene de un cadáver, pero ellos, a su vez —los pacientes—, le pueden donar el hígado a otras personas que tengan la necesidad. Ello ha significado toda una revolución en el hospital.
Aquellos pacientes que ya no son candidatos al trasplante, les estamos aplicando un tratamiento a través de dos protocolos de medicamentos, uno que yo conseguí al pedirlo como apoyo a la investigación, gracias a lo que actualmente brindamos atención a 30 pacientes.
La tercera opción es un medicamento para pacientes más avanzados en el desarrollo de la enfermedad, se trata de un medicamento de investigación, experimental, que se aplica vía intravenosa y que cuenta con su propio protocolo.
AIC: ¿Cuál es el estatus de estos tratamientos?
AGDB: Aún es pronto para hablar de resultados porque los tres tratamientos se encuentran en una etapa inicial, por ejemplo, el protocolo que se aplica a los 30 pacientes apenas arrancó en noviembre (2016); no obstante, lo que sí puedo precisar es que estamos aplicando tratamientos que se encuentran entre los más altos estándares a nivel mundial.
En el caso del tratamiento para los 30 pacientes, contamos con un proyecto que nos permitirá suministrar el medicamento por espacio de dos años, que será cuando acabe el proyecto y podamos medir algunos resultados. En el caso del tratamiento con el medicamento de investigación, es ciego y los resultados dependerán de la investigación de la farmacéutica.
Entretanto, en cuanto a los trasplantes dominó, el hígado de los pacientes con amiloidosis cuenta con una mutación genética que hace que ese hígado, de todas las proteínas que desarrolla, una está mutada y, por lo tanto, es potencialmente capaz de producir amiloide; no obstante, se trata de órganos de chicos muy jóvenes, que es el perfil necesario para hacer dominó, donde el resto de las funciones son perfectas.
Entonces, ante la pobre cultura de donación de órganos en México, identificamos pacientes en edad avanzada con un pronóstico muy malo, por ejemplo, pueden morir en tan solo unos meses, se opta por este tipo de terapéutica, es decir, donarles un órgano sano que no desarrollará enfermedad en un lapso menor de 20 años.
Para escoger al candidato ideal, es necesario considerar a candidatos con más de 60 años, porque si llegaran a desarrollar amiloidosis, que sí es una posibilidad, no pase en un lapso menor de 20 años. En consecuencia, vivirán con un hígado sano en el cual no se manifestará la enfermedad antes de que el receptor llegue a los 80 años como mínimo, una expectativa de vida muy buena para un paciente que había sido diagnosticado previamente con tan solo unos meses más de vida.
Esos pacientes que recibieron el hígado proveniente de pacientes con amiloidosis, automáticamente se incorporan a la lista de pacientes que debo vigilar como parte del proyecto, lo que realizo de manera anual para verificar que no inicien los síntomas de la enfermedad.
Este es un tratamiento novedoso, implementado de manera exclusiva para pacientes con amiloidosis hereditaria.
AIC: ¿De dónde provienen los recursos para esta investigación?
AGDB: Básicamente la investigación se ha realizado a través del hospital y en el caso de las pruebas genéticas para detectar las mutaciones en el gen TTR, se realizaron a través de un convenio con el laboratorio involucrado, cuyo interés es investigar esta rara enfermedad. Ellos, hasta la fecha, nos siguen apoyando con las pruebas genéticas en los pacientes que son candidatos.