Agencia Informativa Conacyt/Ciudad de México.- La doctora Guadalupe López Rodríguez, de la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo (UAEH), identificó la presencia de metales dañinos en la sangre de niñas y niños pertenecientes a diversas comunidades en Hidalgo. Los resultados derivan en la incidencia de anemia, efectos adversos en órganos vitales y enfermedades terminales como cáncer.
Un grupo de científicos del área académica de nutrición de la UAEH realizó una investigación de campo donde se estudiaron alrededor de 900 menores de edad de 82 municipios del estado de Hidalgo, con la intención de determinar las causas que prevalecen en la anemia infantil.
Guadalupe López Rodríguez es doctora en nutrición y alimentos por la Universidad de Chile y académica en el Instituto de Ciencias de la Salud. Hace algunos años la investigadora en epidemiología nutricional se enfrentó con una serendipia científica poco afortunada que requiere ser foco de atención y estudio.
El trabajo de levantamiento de muestras tuvo como objetivo identificar desnutrición y carencias nutricionales en menores de edad. El trabajo de muestreo en las comunidades concluyó en 2011. Este proyecto de investigación pretendió y logró la identificación de nutrimentos para el tratamiento de la anemia. Se crearon programas institucionales y estatales con alta cobertura como NUTREH, priorizando en las regiones con mayor índice de desnutrición.
En la etapa de análisis del muestreo que realizaron los investigadores, los resultados concluyeron en el hallazgo fortuito de metales tóxicos presentes en la sangre de los niños.
Los resultados de la investigación se publicaron recientemente en la revista Environmental Monitoring and Assessment, bajo el título “Metales tóxicos en sangre y niveles de hemoglobina en niños mexicanos”. Este artículo es coautoría de sus colegas Marcos Galván, Marco González Unzaga, Juan Hernández Ávila y Mario Pérez Labra.
Metales encontrados y posibles causas
Guadalupe López y su equipo de investigación encontraron alrededor de doce metales distintos incluyendo arsénico, titanio, plomo, cadmio, vanadio y cromo.
El perfil de los metales varía dependiendo de la región, por ejemplo, en las zonas urbanas e industrializadas permea el plomo y el cadmio. Este sector de niñas y niños se encuentra en constante exposición a la contaminación ambiental como es el caso de Tepeji, donde se cultivan y comercializan alimentos que son irrigados con agua negra sin tratamiento y que, en la mayoría de ocasiones, proviene del río Tula donde muchos desechos industriales son vertidos en su afluente.
En el caso de las comunidades rurales o indígenas, se tiene mayor presencia de magnesio, arsénico y vanadio. Los infantes que pertenecen a las zonas más marginadas del estado consumen agua de afluentes no aprobadas por las agencias internas de regulación de agua. Para la mayoría, su fuente de consumo son los manantiales, ríos o pozos que la comunidad hace artesanalmente.
La experta en epidemiología nutricional afirmó que estas solo son hipótesis ya que en el estudio realizado no se ahondó en la fuente de exposición que posibilita la presencia de los metales en la sangre de los menores.
Consecuencias para la salud
Debido a que la motivación fundamental del trabajo de investigación era detectar las fuentes de prevalencia de anemia, se detectó que el arsénico y el titanio están relacionados con esta enfermedad.
Al momento de hacer una evaluación del efecto de los metales pesados sobre la cantidad de hemoglobina, se infirió que estos generan una hemólisis. En otras palabras, los metales son capaces de destruir el eritrocito por la poca hemoglobina que queda, situación que genera anemia.
“Los otros factores que son realmente hipótesis, solamente los podemos comentar con relación a los antecedentes. Sabemos por los estudios previos de diversos autores que existe un riesgo incrementado del desarrollo de enfermedades como cáncer y leucemia. También se puede presentar alguna insuficiencia en la función de órganos blanco en el almacenamiento de estos metales, tales como el hígado y el páncreas. Esto es solamente relacionado con las evidencias de otros artículos ya que no hicimos una evaluación del inicio de enfermedades en estos niños debido a que no era el objetivo primario de este trabajo”.
Otro de los datos que encontró la investigadora Guadalupe López es el incremento en la incidencia de cáncer gástrico y leucemia en zonas como Tula-Tepeji. Estas son coincidencias en la presencia de enfermedades mas no asociación directa ya que para esto es necesario realizar un estudio distinto.
La insuficiencia en los tratamientos para anemia
El supuesto más lógico, según Guadalupe López, es pensar que la anemia solo tiene correspondencia con la deficiencia de hierro en la sangre cuando, en realidad, este padecimiento también tiene vínculo con factores como el arsénico, el plomo y el titanio corriendo por las venas de cientos de niñas y niños hidalguenses. También, comenta la doctora, es muy probable que los adultos presenten los mismos índices.
Institucionalmente, la Secretaría de Salud tiene procedimientos para el tratamiento de la anemia, incluso, confirma Guadalupe López, ha trabajado mucho sobre el diagnóstico y tiene esquemas tradicionales de tratamiento que solo implican la suplementación alimenticia con hierro.
“Si yo tengo esquemas tradicionales de tratamiento con hierro en estos niños, no van a revertir jamás la anemia así demos veinte kilos de hierro. Esto es debido a que la causa o la etiología de la baja hemoglobina en sangre está relacionada con una hemólisis asociada a la presencia de un metal que está dañando directamente el eritrocito, que es la célula roja”.
La investigadora sostiene que la presencia de metales en la sangre de infantes es un hallazgo que debe ser considerado para no pretender que la anemia es de origen unicausal. Hay que tratarla desde diferentes puntos de vista y aprovechar que cada vez existen más estrategias para la prevención y el tratamiento de metales pesados en el cuerpo. Es necesario otro esquema de tratamiento que requiere que el tema se ponga sobre la mesa de asuntos primordiales en la agenda de políticas públicas.
Seguimiento responsable de la investigación
En este segundo semestre del año, la doctora Guadalupe López dará continuidad a la investigación con la intención de identificar la fuente contaminante de exposición en el municipio de Huehuetla. Junto con un grupo de estudiantes a su cargo, viajará a esta zona rural para tomar muestras de las afluentes de agua y de los sitios de sedimento donde cosechan alimentos como el maíz. Este trabajo de campo tendrá como fin dar seguimiento a la investigación que realizó hace años en 82 municipios. El muestreo se reduce a una sola localidad ya que no hay presupuesto ni iniciativa pública para explorar y desarrollar a profundidad este problema de salud social.
“Realmente al que le corresponde dar continuidad al trabajo y retomarlo es a las diferentes instancias del gobierno en colaboración con instituciones de educación superior. Hasta el momento, no hemos tenido ningún acercamiento para continuar o discutir los resultados. No hay dinero para que pueda tamizar a todos los municipios del estado, para eso se requiere una voluntad política que sume esfuerzos en cuanto a presupuesto”.
Este hallazgo científico significa la apertura de otros campos de estudio que tienen que ver con sectores como la medicina, la química, la política y la educación, a quienes les corresponde tomar la iniciativa para ayudar a la infancia hidalguense.