Armería, Colima.- En el litoral colimense está en marcha el proyecto Mejoramiento de ambientes marinos en El Paraíso por medio de la implementación de arrecifes artificiales, que garantizan un mejor hábitat del fondo marino e impulsan el desarrollo de la maricultura.
La directora de acuacultura y pesca de la Secretaría de Desarrollo Rural (Seder) del gobierno del estado de Colima, Claudia Johana García Olea, señaló que los arrecifes artificiales son una medida de mitigación a los impactos ambientales ocasionados al ecosistema marino por las redes de arrastre y la sobrepesca con arte de pesca tradicional, por lo que son una opción ante la presión extractiva que se ejerce sobre los recursos marinos, que trae como consecuencia la disminución de la biodiversidad y alteración o destrucción de los hábitats.
“Desde hace varios años queríamos instalar arrecifes artificiales y para ello elaboramos un plan que involucrara no nada más los arrecifes, sino otros proyectos, a lo que llamamos el Plan para el Desarrollo de la Maricultura en el Estado de Colima (Plademec). Dentro de este se elaboró una manifestación de impacto ambiental, modalidad regional, que incluyó los arrecifes artificiales, el cultivo de peces u otros organismos en jaula, así como cultivos bentónicos o de fondo como ostión japonés (Crassostrea gigas), ostión de roca (Crassostrea iridescens), langostas y pepinos de mar (Isostichopus fuscus).
Indicó que el proyecto fue concebido en la zona costera denominada El Paraíso, en el municipio de Armería, a partir de las condiciones ambientales, desarrollo de tecnologías, factores sociales y económicos, así como las políticas públicas, con el fin de fortalecer el sector pesquero y acuícola y potenciar el aprovechamiento y uso de los recursos, bajo el marco de la sustentabilidad ambiental.
Estructuras en el mar
Mejoramiento de ambientes marinos en El Paraíso busca el establecimiento de una planicie arrecifal de fondo marino en 100 hectáreas, frente a la zona costera El Paraíso, en donde se vertieron 900 estructuras arrecifales, distribuidas en módulos georreferenciados, como herramientas de ordenación y protección, lo que propiciará un incremento de organismos susceptibles a la pesca comercial.
La ingeniera en biotecnología acuícola y maestra en ciencias del mar por la Universidad de Colima (Ucol) explicó que el proyecto consta de la instalación de 159 estructuras tipo domo utilizadas para la zona de crianza; 212 estructuras tipo pirámide destinadas para la zona de concentración y 529 estructuras tipo cubo pesquero para la zona de producción.
“Dependiendo de la profundidad y la forma, es el desarrollo de las especies. Los arrecifes menos profundos son los tipo domo, para el refugio de peces pequeños; las triangulares son zonas de reproducción, y las más profundas son las cuadradas, que son los cubos pesqueros, la zona en donde se podrá pescar próximamente”, detalló.
Claudia García Olea, especialista en el procesamiento de productos pesqueros y maricultura por la Universidad de Tokio, dijo que la Manifestación de Impacto Ambiental (MIA) fue autorizada por la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) en 2012 y que posteriormente llenaron el formato H para la Secretaría de Marina (Semar), que es una autorización de vertimiento de estructuras al mar.
Preservación del ecosistema marino
El proyecto, que es auspiciado por la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (Sagarpa) y la Comisión Nacional de Acuacultura y Pesca (Conapesca) a través del programa de apoyo a la inversión en equipamiento e infraestructura, tiene una inversión total de siete millones 126 mil pesos.
En 2015, luego de ser autorizado el proyecto, iniciaron con la construcción de los tres tipos de arrecifes artificiales, que fueron instalados o vertidos al mar en 2016.
“En Colima, los fondos marinos son totalmente arenosos, hay muy pocos espacios naturales rocosos, por eso la reproducción y las pesquerías son bajas porque los peces tienden a refugiarse en estas zonas donde hay piedras, por ello los arrecifes artificiales mejoran el hábitat porque se empiezan a poblar de algas, corales y otros organismos para formar un ecosistema marino”, resaltó Claudia García.
Mencionó que después de la instalación de las estructuras deben pasar entre ocho o doce meses para que en estas se lleve a cabo el repoblamiento de organismos vivos y pueda aprovecharse el recurso pesquero.
“En aproximadamente tres meses, los integrantes de la cooperativa Sociedad de Producción Pesquera de Armería podrán pescar con anzuelos en esta zona porque ellos gestionaron el proyecto”, especificó la experta en maricultura.
Los refugios artificiales, sembrados entre los 25 y 70 metros, además de incrementar la pesca y mejorar el hábitat, ayudan a otras cuestiones como disminución de oleaje.
“Colima fue pionero en el país en la instalación de arrecifes artificiales hace aproximadamente diez años por medio de un proyecto piloto y después se replicó este modelo en Jalisco y Michoacán, pero con fines turísticos”, comentó.
Claudia García señaló que la Seder colabora con el Instituto Nacional de Pesca (Inapesca) en el seguimiento del impacto ambiental.
La bióloga por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), Rosa María Guzmán Barrera, quien trabaja desde hace 20 años en el Centro Regional de Investigación Pesquera en Manzanillo (CRIP), tiene a su cargo el seguimiento ambiental y pesquero del proyecto en El Paraíso.
Rosa María Guzmán Barrera, especialista en lagunas costeras y arrecifes artificiales, con estudios de maestría en edafología, realiza muestreos mensuales en el parque de arrecifes artificiales para determinar las especies que están reproduciéndose en la zona, medir los parámetros de calidad del agua y estudiar el sedimento para conocer los organismos bentónicos que han ido colonizando las estructuras.
Impactos positivos
La investigadora aseguró que no han observado cambios en lo que se refiere a la calidad del agua y al sedimento, que es principalmente arenoso en esa zona, además de señalar que los resultados de la investigación los tendrán en septiembre de este año.
“Los impactos han sido positivos porque los arrecifes son zona de anidamiento y de protección, en este caso de las especies comerciales, que son nuestro objetivo”, afirmó.
Las principales especies que han encontrado son pintillo (Epinephelus analogus), que es el más abundante, baqueta (Epinephelus acanthistius), huachinango (Lutjanus peru) y lunarejo (Lutjanus guttatus).
“En las experiencias que hemos tenido en otros arrecifes en las costas de Colima, estos se han colonizado con pintillos, que son especies grandes, que generalmente se adueñan del hábitat. Mientras que los lunarejos y huachinangos se reproducen ahí, están un tiempo creciendo y alimentándose y muchas veces migran, es decir, estos organismos no permanecen mucho tiempo en la estructura, a diferencia de los pintillos”, comentó durante la entrevista.
La bióloga Lorena Alejandra García Olea dijo que para los pescadores es un proyecto de suma importancia porque ellos no corren riesgos en la pesca, ya que los arrecifes están colocados a un kilómetro y medio de la costa.
“Esta zona de El Paraíso era como un desierto y ahora ya hay muchos sitios de anidación y repoblación que antes no había porque en ese lugar no existen arrecifes naturales”, expuso.
Lorena García explicó que estos arrecifes, construidos con cemento resistente al agua y alto en silicatos, los cuales fueron autorizados por la Semar, permiten que se agreguen muchas especies porque el objetivo es contribuir a mejorar las condiciones de los pescadores ribereños, ya que se generan nuevos sitios de pesca que son más cercanos a la costa, lo que implica menos gastos y riesgos.
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