Karla Navarro/Agencia Informativa Conacyt/ Ensenada, Baja California.- El doctor Pierrick Fournier, especialista del Centro de Investigación Científica y de Educación Superior de Ensenada (CICESE), determinó una correlación entre la expresión de un gen y el desarrollo de metástasis —propagación del cáncer— a los huesos.
En entrevista con la Agencia Informativa Conacyt, el investigador y jefe del Departamento de Innovación Biomédica del CICESE expuso que sus estudios se enfocan en la diseminación de cánceres de mama y próstata hacia los huesos.
Explicó que gracias a las herramientas de la bioinformática, él y su equipo pudieron confirmar que entre menor expresión hay del gen denominado PMAP1, más se desarrolla la metástasis en los huesos.
“Gracias a las bases de datos en línea y con las herramientas modernas que tenemos para la parte de transcriptómica, genómica o secuenciación de última generación, pudimos ver en muestras de pacientes con cáncer de mama que los pacientes que tienen menos expresión de este gen desarrollan metástasis más rápidamente”, resaltó.
El factor TGF-beta
Pierrick Fournier detalló que el hueso es un tejido muy dinámico que está en constante remodelación, es decir, que nuestro esqueleto se adapta a las actividades físicas que tenemos cotidianamente y se mantiene un equilibrio entre la formación y la resorción ósea.
“Cuando llegan las células cancerosas, se rompe el equilibrio y muchas veces, por ejemplo, en cáncer de mama, hay más resorción de hueso y no es realmente que a las células cancerosas les guste inducir la destrucción, es que dentro del hueso hay muchos factores de crecimiento y uno de ellos es el TGF-beta (transforming growth factor beta)”, puntualizó.
Al liberarse la resorción ósea, el TGF-beta activará las células cancerosas que, a su vez, producirán más factores para inducir la resorción de hueso y crecer más, mientras que la proteína derivada del gen PMAP1 inhibirá la vía de señalización del TGF-beta dentro de las células cancerosas.
“Entonces cuando hay expresión de este gen, hay menos activación de esta vía de señalización y eso disminuye la adaptación de las células cancerosas al microambiente óseo; cuando hay menos expresión de este gen, hay más activación de esta vía de señalización y mejor crecimiento de células cancerosas en el hueso”, subrayó el especialista.
Fines terapéuticos
El doctor Fournier dio a conocer que su equipo de trabajo está interesado en estudiar las interacciones entre las células cancerosas y su microambiente.
Apuntó que, en los pacientes con cáncer, las células cancerosas están constantemente interactuando con las células normales del cuerpo y esas interacciones pueden ser positivas o negativas.
“A veces nuestras células normales van a luchar en contra de las células cancerosas, principalmente las células del sistema inmune, lo que es muy importante para intentar controlar el cáncer y para algunas estrategias terapéuticas, pero también las células cancerosas tienen herramientas para usar las células normales de nuestro cuerpo a su favor, para apoyar su crecimiento, para resistir a la respuesta inmune o para resistir a los tratamientos”, sostuvo.
Enfatizó que sus investigaciones tienen como último fin realizar aportaciones para mejorar los tratamientos actuales, es por ello que también tienen contemplado entablar colaboración con médicos, hospitales y clínicas para —eventualmente— trabajar con muestras de pacientes.
“No solamente necesitamos diagnosticar el cáncer más temprano, sino que necesitamos herramientas de pronóstico para realmente hacer la diferencia entre los cánceres agresivos y reconocer el cáncer indolente, que necesita un tipo diferente de tratamiento, y poder asegurarnos de que los pacientes reciben los mejores tratamientos para mejorar su calidad de vida”, concluyó.