Puebla, Puebla.- En el Laboratorio de Biotecnología de Alimentos de la Universidad Popular Autónoma del Estado de Puebla (UPAEP), un equipo de especialistas desarrolló una bebida probiótica a base de agua miel que permite reducir en 90 por ciento los malestares asociados con el síndrome de intestino irritable. La doctora Beatriz Pérez Armendáriz, directora de la Facultad de Biotecnología de la UPAEP y líder de este proyecto, comentó en entrevista para la Agencia Informativa Conacyt que esta bebida es el resultado de las investigaciones que realizan para caracterizar microorganismos benéficos y patógenos en bebidas tradicionales como el pulque y el aguamiel de las regiones de Nanacamilpa y Zacatlán, pertenecientes a los estados de Tlaxcala y Puebla, respectivamente.
“En este proyecto trabajamos con alumnos de biotecnología, ellos hacen la caracterización microbiana y la asociación de estos microorganismos pero con propiedades funcionales. También en este proyecto colaboran estudiantes de nutrición, tanto de licenciatura como de maestría, y ellos trabajan las asociaciones de salud para tratar ciertas enfermedades digestivas como el intestino irritable”. Microorganismos benéficos La doctora Pérez Armendáriz destacó que aunque hay otras instituciones que realizan estudios de las características del pulque y el aguamiel, como la propia Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), lo que han observado es que la variedad de microorganismos está determinada por la región, sobre todo por los tipos de agave que se cultivan, además de que la presencia de estos microorganismos son, en su mayoría, benéficos, como los probióticos. “En la parte de biotecnología, lo que hemos encontrado tras realizar una identificación por técnicas moleculares sobre los microorganismos presentes en el aguamiel es que hay una presencia numerosa de microorganismos benéficos como son los probióticos”. A pesar de lo que a veces se dice sobre la forma de elaborar el pulque, lo que hemos encontrado a nivel laboratorio es que tiene una cantidad muy reducida de microorganismos patógenos —menos de uno por ciento—, a diferencia de los benéficos.
En cuanto a la bebida probiótica que han desarrollado a partir del aguamiel y que disminuye los síntomas del síndrome de intestino irritable, como inflamación, dolor abdominal y flatulencias, la doctora Pérez Armendáriz explicó que primero se frenó el proceso de fermentación del aguamiel a fin de modificar su composición alcohólica por una láctea. Para lograr esto, se empleó el método de nitrógeno líquido que a bajas temperaturas (-70 o -80 ºC) provoca que la actividad metabólica cese sin que los microorganismos mueran, es decir, solo los congela pero su riqueza permanece. “Llevamos frascos estériles y nitrógeno líquido con los productores de pulque, ellos nos dan la muestra e inmediatamente la congelamos con el nitrógeno que llevamos. Cuando llega a nuestro laboratorio, en la campana de flujo laminar, lo que procede es realizar las extracciones de colonias de ADN (ácido desoxirribonucleico) o el estudio de azúcares.
Lo que buscamos saber es qué microorganismos están presentes mediante diversas técnicas como secuenciación masiva, PCR (polymerase chain reaction o reacción en cadena de la polimerasa) en tiempo final o DGG que sirve para evaluar diferentes géneros de organismos. Posteriormente se adicionó al aguamiel un complejo de probióticos identificados molecularmente, en ellos destaca el microorganismo llamado Lactobacillus leichmannii; después se le añadieron algunas esencias de naranja, coco, para que se pareciera al placebo con el que se realizaron las pruebas a los pacientes. Pruebas clínicas La bebida desarrollada en el Laboratorio de Biotecnología presentó como parte de sus características un sabor ácido dulce por la presencia del ácido láctico y azúcares. Para realizar el experimento, se utilizó un grupo control al que se le dio la bebida a base de aguamiel y otro grupo al que se le suministró un placebo con características de color y sabor similares a la bebida a base de jugo de agave.
Posteriormente se midieron los criterios de ROMA III que indicaban en los pacientes las características propias del síndrome de intestino irritado como inflamación, flatulencia, dolores abdominales. La doctora Pérez Armendáriz y su equipo intervinieron y suministraron a uno de los equipos la bebida probiótica con una cantidad indicada de 1x10-6 microorganismos por mililitro, con una dosis diaria de 150 mililitros, tomada durante ocho semanas.
Los resultados, aseguró la doctora Pérez Armendáriz, quien es miembro nivel I del Sistema Nacional de Investigadores (SNI), demostraron una recuperación en los pacientes con síntomas propios al síndrome de intestino irritable. “Después de que se dieron las bebidas probióticas, observamos mejoría en distintos aspectos como inflamación o dolores abdominales, consistencia de heces, entre otros, rangos que fueron medidos con criterios cualitativos, por ejemplo encontramos una mejoría de nueve en una escala de uno a 10, mientras que antes los pacientes experimentaron un rango de dos a tres”.
Una gran diversidad por explorar La doctora Pérez Armendáriz reconoce que el pulque tiene una gran diversidad de microorganismos, de ahí su interés en probar si existe un equilibrio de microorganismos benéficos que no permiten la formación de otros microorganismos patógenos para el hombre, algo que a su consideración brinda un gran potencial en materia de investigación. “En otras parte del mundo ya se reconoce la riqueza de los probióticos. Existen en quesos fermentados, sobre todo en la zona de Europa Oriental. Ellos saben que estos productos se asocian con un buen estado de salud, con un índice de masa corporal adecuado y con la longevidad.
Así que ellos en lugar de rechazar o relegar el consumo de sus quesos tradicionales, lo que hacen es revalorarlos y darles reconocimiento a través de técnicas moleculares. Lo que nosotros pensamos es que no sabemos qué tanto nos ofrece el pulque, y en lugar de eso los mexicanos rechazamos el consumo de este tipo de bebidas ancestrales, en vez de conocer e investigar todo lo que nos puede aportar”. ¿Cómo se produce el aguamiel? Jesús Becerra Fernández es parte de la tercera generación en su familia dedicada al cultivo, cuidado y producción de aguamiel y pulque. Desde niño observó a su padre, don Senobio Becerra García, y a su abuelo trabajar con el maguey y producir una de las bebidas más antiguas y tradicionales de México: el pulque.
En entrevista para la Agencia Informativa Conacyt, el señor Jesús Becerra explicó el proceso que siguen desde hace más de 50 años y que se apega a las formas tradicionales de producción de esta milenaria bebida. La familia Becerra actualmente cuenta con unas ocho hectáreas de tierra dedicada al cultivo del maguey pulquero (Agave salmiana), perteneciente a la familia Agavaceae, una especie endémica de México y que predomina en las regiones de Nanacamilpa, Calpulalpan, Sanctorum, Hueyotlipan, entre otros municipios del estado de Tlaxcala.
El proceso inicia cuando se trasplanta el maguey al lugar donde se llevará a cabo su explotación, esto sucede cuando alcanzan un promedio de 40 a 50 centímetros de altura. Ahí se dejará crecer hasta que llegue su maduración o plenitud de vida, para esto se necesitan de 12 a 13 años. Una vez transcurrido este tiempo, se selecciona el ejemplar para que se realice la extracción del área donde nace el cogollo y la yema vegetativa, antes de la floración. Estas dos partes se cortan y posteriormente por medio del raspado o desgaste de esta zona se forma una cavidad en el centro, de donde saldrá el aguamiel. “Lo que hacemos es lo que los productores conocemos como 'capar' al maguey, es decir, se retira la parte central de la planta, lo que se conoce como meyolote y con una herramienta llamada quebrador se hace palanca en el centro hasta que se quiebra el meyolote para poder extraer el huevo del maguey, por eso decimos que capamos al maguey.
Este huevo viene siendo su corazón y al retirarlo se evita que el maguey siga creciendo. Una vez que se capó se deja añejar el maguey un promedio de seis a nueve meses; transcurrido ese tiempo se pica para iniciar el raspado en el centro y obtener el aguamiel”, detalla el señor Jesús Becerra. La técnica del raspado se realiza dos veces al día, por la mañana y en la tarde. En promedio se recolectan de cinco a siete litros de aguamiel por maguey, por periodo de raspado, es decir, se puede llegar a extraer hasta 14 litros diarios de aguamiel; aunque esto depende del ejemplar y de las condiciones climáticas, ya que en época de calor, el maguey produce menos líquido pues lo retiene para sobrevivir.
En cuanto al tiempo de vida de un maguey que ya produce aguamiel, este puede variar de cinco a siete meses. El pulque, una bebida viva Una vez obtenido el aguamiel, se transporta en castañas para después depositarlo en recipientes llamados tinacales. Para lograr producir el pulque, se recurre a una cepa o “semilla”, que no es más que un brebaje de bacterias y levaduras propias de la fermentación del aguamiel. “Lo más preciado o valioso que tenemos en el tinacal es la 'semilla'; a una cantidad de cinco a seis litros de semilla se le suministra un promedio de un litro de aguamiel por la mañana y otro litro por la tarde, de forma paulatina.
Ahí se deja unas horas de reposo hasta llegar a los 20 litros de compuesto; después se hace lo que conocemos como el primer corte, que es básicamente quitar la mitad de la semilla que se introdujo para pasarla a otro recipiente de aguamiel para que también sea alimentado con la semilla, y así sucesivamente con todos los barriles que tenemos, es un método de alimentación parecido al que se hace con los búlgaros. Así se produce el pulque natural”. “El pulque es una bebida viva, por eso sería muy difícil exportarla o venderla en lugares más lejanos. Es una bebida complicada, pero legendaria y aunque no es muy valorada, la gente debería saber que se realiza con cuidado e higiene y que para poder producir un vaso de pulque a nosotros nos cuesta mucho trabajo y tiempo”.
Comprometidos con la conservación Jesús Becerra reconoce que hasta hace unos años, la empresa de su familia, conocida como Grupo Pulmex, desconocía la existencia del murciélago pulquero, el cual se alimenta del polen de las flores del maguey, pero fue gracias al doctor Rodrigo Medellín Legorreta, mejor conocido como “el Batman mexicano”, que tomaron conciencia y desde hace unos años se comprometieron a trabajar con él y dejar que en cinco por ciento de su plantación crezca la flor para que el murciélago se alimente y además polinice diversos árboles frutales y extermine plagas que afectan los cultivos de maíz y frijol. “Nosotros hemos tomado mucha conciencia sobre la labor que realiza el murciélago que depende de ese polen para poder sobrevivir, de hecho, ahora sabemos que 65 por ciento de la polinización del maguey lo realiza el murciélago y nosotros como pulqueros desconocíamos la gran afectación que estábamos haciendo, entonces por eso nos comprometimos a dejar que cinco por ciento de nuestra plantación de maguey llegue a producir el jiote que permite que la flor crezca”.
El aguamiel también se toma como bebida refrescante, atole y con ella se puede producir miel para ser usada como endulzante y golosina. Tanto en forma de aguamiel como de pulque, se le considera bebida con propiedades alimenticias por sus azúcares, aminoácidos esenciales y vitaminas. En cuanto a la variedad del pulque, este puede servirse natural o curado, una preparación que se mezcla con pulpa de alguna fruta o fruto seco, entre sus variedades destacan los curados de piña, coco, pistache, piñón, durazno, jitomate, mango.
Características del síndrome del intestino irritable
Se presenta con mayor frecuencia en las mujeres que en los varones. Suele aparecer antes de los 35 años y disminuye su incidencia a partir de los 60 años.
Síntomas
Dolor abdominal: localizado en la parte inferior del abdomen, es un dolor opresivo de intensidad moderada.
Alteraciones del ritmo intestinal: predominio del estreñimiento o de la diarrea, o de forma alterna diarrea-estreñimiento.
Flatulencias: distensión abdominal, es referida como "exceso de gases".
Inflamación abdominal.
Mocosidad en las deposiciones.
Mérida, Yucatán. 8 de mayo de 2017 .- La Reserva de la Biosfera Los Petenes se ubica en la costa oeste de la península de Yucatán, en el estado de Campeche. Entre esta y la Reserva de la Biosfera Ría Celestún, situada en el estado de Yucatán, existen varias comunidades mayas que aprovechan animales silvestres y plantas de uso tradicional con diferentes propósitos sociales. Con la finalidad de definir planes participativos de manejo y conservación en estas áreas naturales protegidas, investigadores del Centro de Investigación y de Estudios Avanzados del Instituto Politécnico Nacional (Cinvestav IPN), unidad Mérida, desarrollaron un diagnóstico ecológico y social sobre las actuales prácticas de aprovechamiento de fauna silvestre en el ámbito de las comunidades aledañas a la Reserva de la Biosfera de Los Petenes, que contó con financiamiento de los Fondos Mixtos (Fomix) del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt) y el gobierno del estado de Campeche.
En entrevista para la Agencia Informativa Conacyt, Salvador Montiel Ortega, investigador del Departamento de Ecología Humana del Cinvestav, señaló que el estudio se realizó de octubre 2005 a 2007 y permitió caracterizar el aprovechamiento de la fauna en esta región, “teniendo la premisa de que si nosotros podíamos hacer un diagnóstico mucho más detallado para comprender las prácticas tradicionales, podíamos incidir en el manejo de estos recursos. Si algo se ha reconocido actualmente es que uno no puede manejar algo que no conoce”, indicó.
Reservas de la biosfera, conservación y desarrollo social De acuerdo con el investigador adscrito con nivel I al Sistema Nacional de Investigadores (SNI), conservar la biodiversidad natural en conjunto con el capital social y cultural es una de las grandes problemáticas que se enfrentan en el mundo y, particularmente, en los países megadiversos como México.
Entre las principales estrategias de conservación a nivel mundial, las áreas protegidas destacan como unas de las plataformas más extendidas para hacer conservación. Estas se han implementado en México desde las últimas décadas y se aspira a cubrir alrededor de 15 por ciento del territorio nacional bajo el concepto de área protegida. “Dentro de este concepto hay varias modalidades y una de ellas —que justamente va de la mano con esta forma de conservación inclusiva de la sociedad— es la reserva de biosfera”, apuntó Montiel Ortega.
De acuerdo con el investigador, la reserva de la biosfera es una modalidad de las áreas protegidas y, por definición, busca promover la conservación y el desarrollo en conjunto con las poblaciones humanas que están dentro de esas áreas. “La reserva de la biosfera es un concepto mexicano que hemos exportado al mundo.
Ahora hay una red de áreas de reservas de la biosfera a nivel global y lo que hemos hecho nosotros es tratar de hacer funcionar estas reservas”, resaltó. La reserva de la biosfera representa actualmente la figura de conservación más socialmente incluyente, pues busca incluir a las poblaciones locales en las estrategias de conservación, pero plantea como desafío conocer cómo se puede lograr que participen de manera activa y eficiente en estos procesos. Reserva de Los Petenes, laboratorio natural En México, muchas de las reservas de la biosfera se crean no necesariamente en las áreas más conservadas sino en aquellas que pueden tener un gran deterioro ambiental y albergan muchas actividades humanas de poblaciones que habitan en su interior, lo que plantea que su manejo sea problemático.
La Reserva de Los Petenes alberga uno de los humedales costeros más importantes de Mesoamérica y tiene la singularidad de que no aloja asentamientos humanos dentro de los límites de su polígono, pues las 19 comunidades mayas a su alrededor están situadas a lo largo del sector oeste de la reserva, pero tienen una fuerte interacción socioecológica con esta. “Hacen pesca artesanal dentro de la reserva y aprovechan distintos recursos porque muchos de sus ejidos están dentro de la reserva, pero no el asentamiento humano sino el área ejidal, entonces tienen una estrecha relación.
Tan es así que el plan de manejo de la Reserva de Los Petenes reconoce precisamente como poblaciones dentro de la zona de influencia a estas 19 localidades”, apuntó. Para el investigador, esto significó no solo un tema de interés global como lo son las formas de apropiación tradicionales de la fauna y sus impactos sobre el medio ambiente, sino que además tenían la oportunidad de contar como modelo de estudio con un sistema natural que les permitía observar cómo el aprovechamiento de los recursos estaba relacionado con un manejo de los mismos en el contexto del área protegida.
“Esto se constituyó como un laboratorio natural donde no solamente podíamos intentar responder preguntas del ámbito del manejo sino también de la dinámica de las poblaciones ambientales”, apuntó. Fragmentación natural del hábitat, oportunidad de estudio El nombre de la Reserva de los Petenes se debe a que alberga dentro de su polígono terrestre islas forestales que se han desarrollado naturalmente, es decir, estas islas que tienen la apariencia de fragmentos no son el resultado de la pérdida de hábitat como ocurre en muchos fragmentos en el país, sino que son el resultado de procesos geomorfológicos que han propiciado el crecimiento de la vegetación.
La reserva es un paisaje donde la selva está fragmentada de manera natural, por lo que este gran laboratorio permitía a los investigadores poner a prueba varias hipótesis acerca de los efectos de la fragmentación del hábitat sobre poblaciones de plantas y animales que ahí habitan. “Pensemos este ecosistema como un rompecabezas, en un continuo de selva vamos quitando piezas de rompecabezas y los remanentes son los fragmentos. Esto tiene el gran problema de que no sabemos si lo que queda ahí en las piezas del rompecabezas está respondiendo a la pérdida de fichas o a las características de lo que está ahí adentro.
Entonces es muy probable que la pérdida de hábitat esté haciendo cambios en las poblaciones que ahí están”, señaló el investigador. A diferencia de esto, al rompecabezas de la Reserva de Los Petenes ya le faltaban fichas, pero estas fueron apareciendo no como resultado de la pérdida, sino como un ecosistema fragmentado natural, por lo que las poblaciones animales y vegetales han enfrentado esta fragmentación como parte de sus estrategias de vida. “Como no son exclusivas de este humedal, podemos comparar, por ejemplo, las respuestas de la fauna de una especie que habita en petenes con las respuestas de esa misma especie que habita en fragmentos derivados por las actividades humanas. Podemos ver qué tanto afecta, cómo responden las poblaciones a una condición de fragmentación per se y a una de fragmentación por procesos antropogénicos”, señaló.
Laecbio Desde 2008, el Laboratorio de Ecología y Conservación de la Biodiversidad (Laecbio) se ha dedicado a estudiar los procesos sociales asociados al aprovechamiento de fauna, conjuntamente con otros procesos naturales de sitios como la Reserva de Los Petenes que permiten conocer las respuestas de las especies animales en el ecosistema de petenes. “Más que un espacio, Laecbio es un concepto vinculado directamente al Departamento de Ecología Humana y que permite integrar varios intereses de estudio, tanto en el ámbito ecológico como en el social. Justamente este laboratorio se deriva de un programa de investigación que tengo en el departamento y que he denominado Ecología, uso y conservación de fauna silvestre”, apuntó.
Zacatecas, Zacatecas. 8 de mayo de 2017 .- Reparo es un producto regenerador celular para plantas desarrollado por un equipo de investigadores del Centro de Innovación de la empresa mexicana Mezclas y Fertilizantes, S. A. de C. V. (Mezfer), con financiamiento del Programa de Estímulos a la Innovación (PEI) del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt) en sus ediciones 2014 y 2015.
Este producto de uso agrícola fue hecho en colaboración con investigadores del Instituto Tecnológico de Tlajomulco (ITT) —que forma parte del Tecnológico Nacional de México (Tecnm)— y el Centro de Investigación y de Estudios Avanzados del Instituto Politécnico Nacional (Cinvestav), unidad Irapuato. Generado principalmente con extractos de sábila, Reparo es utilizado para la protección de los cultivos y la biorremediación del suelo.
En la producción agrícola, el uso de Reparo puede revertir los daños causados por estrés abiótico —sequía, salinidad, temperaturas extremas, contaminación del suelo, tratamiento por productos químicos—, además de fortalecer las raíces de plántulas trasplantadas y aumentar el porcentaje general del rendimiento en los cultivos. En el marco del XXIX Congreso Nacional de la Asociación Mexicana de Directivos de la Investigación Aplicada y el Desarrollo Tecnológico (Adiat) 2017, el producto Reparo obtuvo el primer lugar en el Premio Adiat a la Innovación Tecnológica 2017, en la categoría de Grandes Empresas.
En entrevista exclusiva con la Agencia Informativa Conacyt, la doctora Beatriz Flores Samaniego, directora del Centro de Innovación de la empresa Mezfer y líder del desarrollo de Reparo, explicó algunas de las funciones de este producto que actualmente ya se comercializa en diversos estados de México y en Panamá, aunque se pretende exportar a más países en el extranjero. Agencia Informativa Conacyt (AIC): ¿Por qué se eligió el extracto de sábila para la regeneración celular de las plantas? Beatriz Flores Samaniego (BFS): Estamos realizando un esfuerzo por aumentar el uso de productos orgánicos para ir sustituyendo los agroquímicos y hemos desarrollado líneas de investigación que buscan utilizar plantas silvestres o fácilmente cultivables, principalmente mexicanas, que puedan ayudar al aumento y protección de la producción agrícola.
Hemos reconocido que la sábila es una planta muy benéfica en diversos aspectos, por ejemplo, para regenerar el tejido celular de la piel humana; por esta razón decidimos estudiarla y evaluarla como regeneradora de tejido celular vegetal y cerciorarnos de que su uso es también benéfico para las plantas. No encontramos antecedentes en la bibliografía sobre este hecho, por lo que fue un gran reto invertir tiempo y dinero para corroborar estas funciones del extracto de sábila en las plantas. AIC: ¿Cómo fue este proceso de evaluación del efecto del extracto de sábila en las plantas? BFS: Empezamos en 2014 con el diseño de protocolos experimentales que nos permitieran comprobar esta hipótesis y los aplicamos a nivel laboratorio.
En 2015 utilizamos estos resultados en invernadero y campo. Estos estudios nos permitieron demostrar que el extracto ofrece protección y regeneración celular a la planta, además de cumplir una función como biorremediador en los suelos. Finalmente, llegamos a la formulación de este producto para proteger los cultivos cuando se encuentran en situaciones de estrés abiótico.
Cumple un papel importante, pues 80 por ciento de las tierras sembradas en México son de temporal, por lo que dependen de las lluvias y un auxiliar como Reparo puede prevenir los daños ocasionados a los cultivos por las sequías. AIC: ¿Cuál sería la importancia de aplicar este producto en los cultivos agrícolas? BFS: 80 por ciento de las tierras sembradas en México son de tipo temporal, lo que significa que dependen de la precipitación pluvial; si esta se atrasa, el cultivo se ve afectado y disminuye la productividad. Dependiendo del tipo de cultivo y problema serán los resultados obtenidos con Reparo. Como ejemplos, tenemos el caso de un productor en San Luis Potosí en donde se atrasaron las lluvias en un cañaveral de cuatro hectáreas.
En una hectárea se aplicó Reparo y finalmente tuvo 20 por ciento más de productividad que en el resto. Para ellos, esta cantidad representa la recuperación de cantidades altamente significativas de dinero. Otro ejemplo es que en un suelo contaminado con atrazina —herbicida muy utilizado que contamina y disminuye la fertilidad del suelo—, sembramos frijol y hubo una germinación de 0.05 por ciento, prácticamente ninguna semilla germinó.
Cuando tratamos ese suelo con Reparo, registramos 80 por ciento de germinación de las semillas, por lo que sabemos que se corrigió el problema del suelo. Hay muchas zonas del país en donde la gente cree que ya no puede sembrar y se puede biorremediar el suelo con este producto. Originaria del estado de Guanajuato, Beatriz Flores Samaniego estudió la licenciatura en química en la Facultad de Química de la Universidad de Guanajuato. Estudió su maestría y doctorado en investigación biomédica básica en la Universidad Nacional Autónoma de México. Posteriormente cursó un doctorado en ciencias con especialidad en microbiología en la Universidad Autónoma de Nuevo León e hizo su trabajo experimental de este curso en el Centro de Investigación y de Estudios Avanzados del Instituto Politécnico Nacional, unidad Irapuato. Actualmente se desempeña como directora e investigadora del Centro de Innovación de la empresa Mezfer, situada en Celaya, Guanajuato.
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