Conversatorio
El General Heriberto Jara Corona en el 50 aniversario de la Revolución Rusa de 1917-1967
Ángel Rafael Martínez Alarcón.
El pasado 9 de noviembre del año en curso, dicté la conferencia “La presencia de la URSS en Xalapa, en el centenario de la Revolución Bolchevique” Cfr: https://www.youtube.com/watch?v=V22SwxdW68w&t=75s en la sala de Cabildo del Honorable Ayuntamiento Constitucional de Xalapa , y gracias al cronista oficial Vicente Espino-Jara. Entre las ideas pendientes en la conferencia, de los pocos revolucionario mexicanos, que supo la importancia en su momento de la Revolución de Octubre, encabezada por Vladimir I. Ulianov, Lenin, (1870-1924) el constitucionalista de 1917, ex gobernador de Veracruz, primer secretario de Marina, el Gral. Heriberto Jara Corona,(1879-1968) quien fuera premio internacional Lenin por la Paz en 1950, en los últimos años de la administración de José Stalin, (1878-1953).
Uno de los pocos proyectos editoriales dedicados a la ciudad de Xalapa, lo fundó el licenciado Gerardo García H, en 1953; la revista veracruzana Xalapa: síntesis de evocaciones provinciales, una publicación bimestral, que sirvió para la difundir de la historia local así como los más diversos tópicos de la realidad estatal, nacional como internacional. Con varias décadas de circulación, informando puntualmente. Cabe destacar que el Lic. Gerardo García, hijo del constitucionalista, él coronel Adolfo G García, (1877-1957). Diputado constituyente por el distrito de Jalacingo, Ver; en 1916-1917.
En número 178, correspondiente al año de 1967 y mes de octubre, nos encontramos un número monográfico, con temas como un poema al asesinato de Ernesto “Che” Guevara, y par de artículos relativos del medio siglo de la Revolución de Octubre en el antiguo imperio ruso. Me llamó mucho la atención el segundo, bajo la firma de Heriberto Jara Corona, pero además encontramos varios materiales firmados por el ex gobernador de Veracruz 1924-1927. A continuación el texto, publicado hace 50 años:
Mensaje al Heroico Pueblo Soviético--Por Heriberto Jara. Con motivo del próximo cincuentenario de la gran revolución rusa, envió mis entusiastas felicitaciones al pueblo soviético por la consolidación de si movimiento libertario y por su progreso alcanzado en todas las ramas de la ciencia y el arte; en la primera, hasta llegar a descubrimientos asombrosos.
Su desarrollo, es integral; desde las heladas tierras de Múrmansk y Arcángel en el segundo circulo polar ártico, y de Siberia oriental, hasta las de Kora Kum, en el Sur, entre el Caspio y el Armu Daria, abrasadoras en el verano, y de este a oeste; desde Kanchatka hasta Briansk, hoy erguida y floreciente, y ayer, en la 2ª. Guerra mundial, en un mar de sangre.
En cincuenta años, que para la historia de los pueblos son minutos, el esfuerzo incansable del pueblo soviético, si convicción de que trabaja para el bienestar de el mismo, ha hecho que sobre la devastación de la guerra, los campos estén en pleno cultivo empleando mejores procedimientos para el mejor aprovechamiento de la tierra y hacerla producir en calidad y abundancia, cereales, legumbres y frutas.
Un plan económico bien calculado, ha hecho que en caso de emergencia, cada republica componente de la URSS, se baste a si misma; así, la industria tanto pesada como la ligera, no esta concentrada en determinada zona, por populosa que sea, si no hábilmente distribuida; lo mismo que los centros científicos y culturales y, en fin, cuanto se relaciona con la vida moderna.
Todavía sin acabar de remover sus escombros, la URSS, ante la amenaza manifiesta u oculta de los enemigos de la liberación de los pueblos, de los opresores y explotadores de siempre, tuvo que emprender la fabricación de bombas atómicas y termonucleares, y otros instrumentos de pavorosa destrucción, todo de costo fantástico que resta millones que bien harían para el mayor bienestar del pueblo soviético.
Nosotros, partidarios de la paz, deseamos que la carrera armamentista cese de verdad; porque muchos son los prejuicios que están sufriendo hasta los pueblos que no están en ella. Y que cese, no proponiendo la no proliferación de las armas de destrucción en masa, por que esto, aunque se realice, no resuelve nada; deja vivo el serio problema, la amenaza de muerte para la humanidad.
Si sinceramente se quiere acabar con la amenaza y que el mundo entre de lleno a la paz que reclama, destrúyase todo el arsenal terrorífico que ha ido aumentando en la infernal carrera, y aprovéchese para el bien del hombre los componentes de esas armas.
La demás, no pasa de ser pura ilusión… En: Revista Xalapa, Año XVI. Núm. 178, 31 de octubre de 1967, 7-9 pp.