Claroscuros
Ya es Claudia, pero...
José Luis Ortega Vidal
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Anoche, Claudia Sheinbaum recibió el nombramiento formal como coordinadora de la defensa de la 4T o Cuarta Transformación, eufemismo de la pre-precandidatura presidencial de su partido MORENA y aliados, el PVEM y el PT.
Reportes periodísticos destacaron la ausencia de Adán Augusto López Hernández en el acto presidido por Alfonso Durazo y Mario Delgado, presidente del Consejo Nacional y líder del partido guinda, respectivamente.
En el marco de la ceremonia, Claudia Sheinbaum anunció próxima gira por el país con el propósito de promover la unidad de su partido e invitar a no militantes de MORENA para sumarse a lo que -dijo- será el segundo piso de la transformación.
Horas antes, la virtual candidata al relevo del presidente Andrés Manuel López Obrador, comentó que Marcelo Ebrard -su rival más fuerte en la encuesta de la cual surgió su nombramiento- le ha respondido a un mensaje personal vía celular.
Ebrard anunció el pasado miércoles su retiro de la contienda interna de MORENA y amenazó con su salida del partido.
Este lunes, de acuerdo a palabras del propio Marcelo, se reunirá con su equipo de trabajo y tomarán el camino a seguir.
Fuera de MORENA, al ex canciller mexicano sólo le queda la opción de Movimiento Ciudadano para confirmar la aparición en la boleta presidencial del 2024 que anunció a media semana.
Claudia Sheinbaum no reveló la respuesta de Marcelo Ebrard y se limitó a la escueta reiteración de mantener la mano extendida.
Parte de las reglas en la lucha interna del partido guinda por la candidatura presidencial incluyó posiciones para el segundo y tercer lugar.
A Ebrard le correspondería ser jefe en el Senado, pero ha sido que no aceptará ni un cargo en el gabinete.
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Claudia Sheinbaum se alzó con un triunfo de 39 % en las preferencias de los encuestados contra un 26 % de Marcelo Ebrard.
Las quejas de quien obtuvo el segundo lugar giran en torno a irregularidades en el proceso, particularmente a la intromisión del aparato de gobierno en manos de AMLO, para favorecer a la triunfadora, quien siempre ha sido su favorita de acuerdo a lo expuesto por periodistas, analistas y observadores políticos.
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El sábado hubo versiones periodísticas a nivel nacional, en el sentido de que Adán Augusto López Hernández, ex secretario de Gobernación y quien obtuvo un lejano tercer lugar en la encuesta, sería coordinador de campaña de Claudia Sheinbaum.
Nada se ha confirmado al respecto.
Otra versión, ubica al también ex gobernador de Tabasco como próximo líder nacional de MORENA en lugar de Mario Delgado.
Hasta el momento todos son rumores.
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Conocido el nombre de la candidata, es natural el surgimiento de olas entre figuras y grupos de poder que buscarán durante días, semanas, meses, las posiciones a repartirse en el gigantesco proceso electoral del 2024, cuando se disputarán la presidencia de la República, 9 gubernaturas, 128 senadurías, 500 diputaciones federales, cientos de diputaciones locales y miles de cargos edilicios.
Desde el jueves, cuando Andrés Manuel López Obrador le entregó el bastón de mando, Claudia Sheinbaum luce con un perfil moderado, firme, muy cuidadoso en sus palabras y actos.
Frente a quienes encabezan olas y ante miles de interpretaciones ventiladas en medios de comunicación, sólo ha ocurrido un hecho concreto ligado a ella: la renuncia de Omar García Harfuch a la secretaría de Seguridad de la Ciudad de México.
Ese movimiento es muy claro, García Harfuch es el candidato de Claudia Sheinbaum para buscar desde MORENA la jefatura de gobierno en la capital del país.
Más allá del show montado con el referido bastón de mando, el tema de fondo es la entrega del poder y la libertad de acción en la práctica y desde ya, por parte de López Obrador a la llamada corcholata ganadora.
Si el presidente respeta su palabra, si saca a Claudia de la jaula de oro donde la ha mantenido durante cinco años, si la respalda con asesoría y da la orden al aparato de Estado en sus manos para impulsarla al triunfo, si la respeta...
Si AMLO realiza lo anterior, pero al mismo tiempo pone en manos de Claudia Sheiunbam el poder real para nombrar candidatos a gobernadores, a senadores, a diputados federales... Las manos libres para ubicar a gente de su absoluta confianza en la coordinación y manejo de su campaña...
Si la de Claudia es la última palabra para dialogar con firmeza ante sectores empresariales, fuerzas armadas, medios de comunicación, sindicatos, iglesias, grupos sociales minoritarios...
Si le permite la construcción de un discurso propio, leal a la 4T sí, pero discurso claudista, donde pueda abrirse escuchar a sectores de la sociedad en luto, dañada, dolida por las desapariciones, la violencia galopante, las muertes desde el deterioro grave del sector salud, las zonas donde conviven Estados paralelos: el oficial y el criminal...
Si ocurre lo anterior entonces sí habríamos atestiguado la entrega de un mando, del poder real en la búsqueda de una transición donde AMLO mostraría la inteligente humildad histórica que no le hemos conocido nunca...
Y en tal caso, Claudia tendría que demostrar quién es la verdadera Sheinbaum, de qué está hecha la candidata que por sí misma enfrenta el compromiso ético de quitarse el membrete lastimoso de la corcholata.
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Ya veremos...
Como también sabremos sobre Marcelo Ebrard y las consecuencias de su decisión de cara al escenario político del país y el destino de su propia dignidad...
CONTINUARÁ