Ruta Cultural
A QUINIENTOS AÑOS DE LA REFORMA PROTESTANTE (II).
“La ética protestante y el espíritu del capitalismo.”
Mtro. José Miguel Naranjo Ramírez.
Los principios y postulados centrales que se plantearon en la Reforma Protestante a inicios del siglo XVI, tendrán con el transcurso de los años muchas repercusiones políticas, sociales y económicas. Con la Reforma nacieron nuevos dogmas e incluso dentro del propio movimiento reformista se dieron fuertes divisiones en la forma de ver e interpretar sus creencias religiosas. Lo anterior lo podremos conocer de manera profunda en un ensayo clásico y referente de la sociología moderna titulado: “La ética protestante y el espíritu del capitalismo”, escrito por el destacado sociólogo y politólogo alemán Max Weber.
Los ensayos de Weber fueron publicados en los años 1904-1905, originalmente llevaron el título de: “Recopilación de ensayos sobre sociología de la religión”, en 1930 a través de una traducción del sociólogo Talcott Parsons, se publicaron bajo el título que hoy son conocidos y leídos. En estos magistrales estudios, Max Weber presenta el argumento de que la ética del protestantismo tendrá una enorme influencia en el desarrollo del espíritu del capitalismo, aclarando que el capitalismo es un fenómeno anterior a la Reforma, pero que una vez consolidado el movimiento protestante éste influirá de manera puntual en el sistema económico, y para tratar de comprender lo esencial de la tesis Weberiana desarrollaré algunos puntos claves de los ensayos.
Partiendo de la Reforma Protestante como un hecho de trascendencia y repercusiones históricas comprobables, Max weber en un amplio ensayo dividido en dos partes desarrolla de manera clara una gran variedad de temas dentro de la Reforma, para al final plantearnos su tesis central. Weber explica las diversas confesiones y movimientos que nacieron a raíz de la reforma luterana, los ejemplos los encontraremos en las iglesias metodistas, el movimiento pietista, los calvinistas, los anabaptistas, los presbiterianos, los puritanos, etc. El sociólogo alemán explica el nacimiento de cada movimiento y sus doctrinas centrales.
El movimiento reformista parte de las tesis planteadas por Martín Lutero, éste Monge agustino representa la cúspide del movimiento, sin embargo, Juan Calvino con el paso de los años resultó tener una gran influencia teórica y práctica en las ideas reformistas, el tema central calvinista es el de la predestinación de las almas: “Dios es un ser omnipotente y omnisciente que ya sabe de antemano quienes en este mundo se salvarán y quienes están condenados a ser reos del fuego eterno; no podemos saber con certeza si estamos dentro de los predestinados a la salvación, pero sí podemos minimizar las señales externas que nos identificaran como predestinados a la condenación. Debemos trabajar en este mundo tanto para aliviar la angustia de nuestra posible condena, como para que los frutos de nuestro trabajo sirvan de ofrenda para glorificar al señor.”
Esta interpretación calvinista se apartaba de los principios esenciales de la doctrina cristiana la cual enseña que todo aquel que cree será salvo, lo anterior implica que seguimos viviendo en el tiempo de la gracia, no obstante, aunque hoy nos parezcan las ideas calvinistas alejadas del fundamento bíblico, en su momento tuvieron un enorme impacto, para Weber éste es un hecho clave donde se empieza a desarrollar una ética sobre el trabajo, y por supuesto que aquí cambian algunos conceptos básicos del dogmatismo tradicional, el cual antes de la reforma nos alejaba del mundo y con los nuevos postulados ahora nos reclamaba una acción dentro de él.
Por lo antes planteado, en la mentalidad y en la conducta de los reformados existió un cambio total, antes de la Reforma los creyentes tradicionalistas trabajan para obtener lo esencial y vivían día a día, les enseñaron que a éste mundo material sólo se venía de paso y no había que aferrarse a él. Los reformistas calvinistas en cambió sabían que éste mundo finito no ofrece la salvación, pero que Dios es el creador de todas las cosas y si bien no saben si son los elegidos o no, lo mínimo a que estaban obligados era a ser en la tierra buenos cristianos, y cumplir con el designio que Dios había asignado a cada hombre, el tema central fue trabajar.
“De ahí la primera nota definitoria derivada de la doctrina de la predestinación calvinista orientada hacia el ascetismo. Pero éste es intramundano, porque reclama una acción dentro del mundo, y no un rechazo o una huida frente a él. Nuestra conducta debe ser la de trabajar mucho, ahorrar nuestras ganancias, y no gastarlas en bienes suntuarios o en lujos, porque eso podría ser una señal inequívoca de estar predestinados a la perdición. En todo caso, nuestros ahorros deben invertirse en obras que sirvan para honrar y enaltecer la gloria del señor. Hasta aquí el primer paso de la compresión hermenéutica de la mentalidad del tipo ideal del calvinismo puritano del siglo XVII.”
A partir de lo planteado, Max Weber afirma que con esta nueva forma de pensar y conducirse se originó una influencia ética sobre un espíritu llamado trabajo, mientras el creyente tradicional vivía llorando porque creía ciegamente en la promesa que luego recibiría consolación, el creyente reformado esperaba esa consolación, pero trabaja duro para vivir mejor mientras el otro reino llegaba, sin olvidar que en el dogma calvinista el otro reino no lo teníamos seguro ni por la fe, ni por las obras, ni por el trabajo, Dios como ser todopoderoso era el único que decidía quien sí y quien no era salvado, por lo tanto, al no saber si se era elegido, lo único que se podría hacer era trabajar y vivir bien como cristianos y de aquí se desprende el desarrollo central de la tesis de Max Weber consistente en: “Rastrear la influencia de ciertos ideales religiosos en la formación de una mentalidad económica.”
En la actualidad la tesis calvinista perdió valor en el sentido de que la salvación es por fe y no por predestinación, pero lo que ya no cambió fue el espíritu de trabajar y vivir bien en éste mundo, sobre todo porque no está peleado el bienestar social con la vida espiritual, además, la tesis nos enseña que no todo sistema económico se basa en estructuras y superestructuras, también las ideas y la ética de una sociedad determinan la económica capitalista mundial.
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