Ruta Cultural
Revolución y Literatura (IV)
“El Siglo de las Luces”.
Mtro. José Miguel Naranjo Ramírez.
El siglo XVIII fue llamado “El Siglo de las Luces” porque en él se utilizó a plenitud la razón, se escribieron obras revolucionarias que defendían la libertad, la igualdad, propugnaban la abolición de la esclavitud, criticaban fuertemente a las dictaduras, las monarquías hereditarias, en esta época Montesquieu presentó la división de poderes como una nueva forma democrática de ejercer el poder, Rousseau señaló que el poder absoluto se encontraba en el pueblo al momento de elegir a sus gobernantes, Voltaire defendió la libertad de expresión como un derecho inalienable, en este ambiente de libertad, critica, debates, polémicas, se originaron movimientos que cambiaron al mundo siendo el de mayor influencia y trascendencia la Revolución Francesa de 1789, en la que se eliminó la esclavitud, se declararon los Derechos del Hombre y del Ciudadano, y se implementó el Gobierno Republicano y Democrático como la nueva forma de ejercer el poder.
Las ideas revolucionarias y libertarias de “El Siglo de las Luces”, influirán enormemente en nuestro continente, años después la mayoría de los países latinoamericanos lucharán por independizarse y adquirir un Gobierno propio, soberano, autónomo, regido por una Constitución política escrita, convirtiéndose la Constitución en la ley máxima, inviolable, y gobernados por autoridades electas democráticamente. Todo este contexto de ideas, hechos y repercusiones, lo escribió de manera genial el escritor cubano Alejo Carpentier en su novela más emblemática y reconocida a nivel mundial titulada precisamente: “El Siglo de las Luces”.
En esta magistral novela histórica, Alejo Carpentier narrará las influencias que tuvo la Revolución Francesa en todo el Caribe, la historia inicia allá por los años 1790 y concluirá aproximadamente en 1808 cuando empieza el declive del Emperador Francés Napoleón Bonaparte. “El Siglo de las Luces” es una novela total, la temática es inagotable, si bien los personajes son muy ubicables e inolvidables, la cantidad de acontecimientos, datos, escritos, ciudades, guerras, viajes, etc. son innumerables, realmente desde que se inicia la lectura de la obra claramente se percibe que estamos ante una novela maestra de la literatura universal, porque es histórica, culta, erudita, critica, en momentos con historias desgarradoras, con personajes épicos, trágicos, héroes y villanos, en general una estupenda manera de conocer la historia desde una visión novelada,
Todo inicia en la ciudad de la Habana, Cuba, con la muerte de Don Esteban, un rico comerciante que dejó con buena herencia a sus hijos Carlos, Sofía, y al sobrino Esteban quien fue criado como un hijo más. Los jóvenes crecieron en un ambiente cómodo, entregados a la lectura, a la música, poco o nada convivían con los ciudadanos de la Habana, su mundo estaba encerrado en su gran casa, rodeados de libros y prácticamente viviendo en su universo maravilloso.
Con la muerte del padre algunas cosas iban a cambiar, y más porque apareció en su vida un personaje llamado Víctor Hugues, (Fue un personaje real, histórico, polémico, quien gobernó algunas Islas del Caribe, como La Guadalupe, Cayena, entre otras.) Víctor Hugues es un personaje determinante en toda la larga historia, y considero que el objetivo central de Carpentier fue en gran medida presentarnos toda la historia partiendo de este personaje histórico, sin embargo, desde un gusto personal, estimo que Esteban y su prima Sofía (personajes ficticios) se encuentran en el papel protagónico a la par que Víctor Hugues, agregando que mi agrado por estos jóvenes consiste en que siempre fueron congruentes con sus principios e ideas revolucionarias, tal vez, ingenuas, pero honestas y congruentes.
Víctor llegó a la casa de los jóvenes días después de la muerte de Don Esteban, Alejo Carpentier nos lo presenta de la siguiente manera: “Era un hombre sin años –acaso tenía treinta, acaso cuarenta, acaso muchos menos –, de rostro detenido en la inalterabilidad que comunican a todo semblante los surcos prematuros marcados en la frente y las mejillas por la movilidad de una fisonomía adiestrada en pasar bruscamente –y esto se vería desde las primeras palabras – de una extrema tensión a la pasividad voluntariosa y dura, que reflejaba un dominante afán de imponer pareceres y convicciones. Por lo demás, su cutis muy curtido por el sol, el pelo peinado a la despeinada, según la moda nueva, completaban una saludable y recia estampa. Sus ropas ceñían demasiado un torso corpulento y dos brazos hinchados de músculos, bien llevados por solidas piernas, seguras en el andar. El personaje tenia empaque propio, pero, de primer intento, lo mismo podía suscitar la simpatía que la aversión. (Tales gañanes –pensó Sofía –sólo pueden golpear una casa cuando quieren entrar en ella.)”
Víctor era de origen francés, tenía ideas revolucionarias, cuando empezó a convivir con los hermanos prácticamente vivía en la casa de ellos. Víctor en esos años ejercía la masonería, ferviente lector de filosofía, literatura, había sido un gran viajero y debido al comercio era un hombre rico y respetado en Puerto Príncipe, Haití. Al poco tiempo de estar conviviendo con Carlos, Sofía y Esteban, se vieron obligados a escapar porque fueron denunciados de Masones, revoltosos y traidores a las ideas coloniales, aquí empezará una larga, pero muy larga historia. Sofía vivirá felices momentos íntimos con Víctor, este escapará con Esteban y se establecerán en París, Sofía se queda con su hermano Carlos en la Habana, el joven Esteban viajará y es participe directo de La Revolución Francesa ya sea en Paris, en España, y con el paso de los años y el triunfo de la Revolución, Víctor Hugues será el encargado de traer las ideas revolucionaria y cambiantes a los pueblos caribeños.
Cuando Víctor regresa al Caribe con la intención de implementar las ideas libertarias e igualitarias de la Revolución, imprimir la Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano, Esteban sabía que Víctor había cambiado mucho, que en sus inicios fue un hombre revolucionario, pero, que al final siempre terminaba conduciéndose y dirigiéndose como los acontecimientos lo requerían sin importar principio alguno, por eso cuando llegaron a la Isla La Guadalupe, Alejo Carpentier nos cuenta:
“Víctor Hugues, se hizo entregar por los tipógrafos varios centenares de carteles impresos durante la travesía, en espesos caracteres entintados, donde se ostentaba el texto del Decreto 16 Pluvioso, que proclamaba la abolición de la esclavitud y la igualdad de derechos otorgados a todos los habitantes de la Isla, sin distinción de raza ni estado. Luego cruzó el combés con paso firme, y, acercándose a la guillotina, hizo volar la funda alquitranada que la cubría, haciéndola aparecer, por primera vez, desnuda y bien filosa la cuchilla, a la luz del sol. Luciendo todos los distintivos de su Autoridad, inmóvil, pétreo, con la mano derecha apoyada en los montantes de la Máquina, Víctor Hugues se había transformado, repentinamente en una Alegoría. Con la Libertad, llegaba la primera guillotina al Nuevo Mundo.”
Al final, Esteban desilusionado y decepcionado del resultado obtenido por la Revolución y la barbarie cometidas por sus hacedores, regresó a la Habana, le contó todo a Sofía, pero a ella no le interesa lo narrado por Esteban, la pasión y el deseo hacen que Sofía emprenda un viaje en busca del hombre amado, añorado, el que la hizo sentir pasión, deseos, su primer reencuentro con Víctor es intenso, ardiente, desenfrenado, la historia completa es fascinante, pero le recuerdo que Sofía era una mujer que tenía, fe, ideas e ideales, pasión, amor, anhelos de vivir, y a su manera vivió, que las personas (excepto Esteban) no estuvieran a su altura, fue la tragedia de sus circunstancias.
En cuanto al hecho histórico, la enseñanza consiste en recordarnos que la División de Poderes, las Instituciones Democráticas, el Estado de Derecho, el Constitucionalismo, la Libertad de expresión, de pensamiento, por frágiles que sean, son derechos indiscutibles y debemos cuidarlos y defenderlos a toda costa, y comprender que ningún hombre por bueno y noble que parezca o quiera parecer, puede estar por encima de ellas, sino lo evitamos, seremos corresponsables de permitir voluntariamente la llegada al poder de los modernos Robespierre´s, Napoleones, Víctor Hugues, de hecho no estamos muy lejos de ello…
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