Ruta Cultural
MAURICIO BEUCHOT, 7O AÑOS.
“Los derechos humanos y su fundamentación filosófica.”
Mtro. José Miguel Naranjo Ramírez.
¿Los derechos humanos existen a partir de una ley escrita? o ¿Son derechos inherentes al hombre y su existencia no dependen de la prescripción en una ley? ¿Cuáles son los derechos humanos indiscutibles que tiene el hombre? Estas y otras interrogantes son planteadas por el filósofo mexicano Mauricio Beuchot, quien es un connotado intelectual, especialista en el campo de la semiótica, creador de una abundante obra filosófica y filológica, el maestro Beuchot se encuentra cumpliendo setenta años de edad y es considerado como uno de los filósofos más influyentes en Hispanoamérica, por tal motivo, nos acercaremos a conocer su pensamiento a través de su libro titulado: “Los derechos humanos y su fundamentación filosófica.”
Intentemos pensar, yo al momento de escribir y usted al leer, para ello me hago el siguiente cuestionamiento: ¿Podremos nombrar algunos derechos humanos fundamentales del hombre?, mi respuesta es sí, escribiré los que considero elementales: Derecho a la vida, la libertad (aquí ya empieza a ser complejo, porque por ejemplo una libertad absoluta nos puede llevar a la anarquía, regresaremos al tema), la igualdad, y concluyo (por ahora) con uno más complejo pero vital para lograr la igualdad y la libertad, como es la democracia, sí, afirmo que la democracia es un derecho humano esencial, ahora bien, ya tenemos los elementos centrales de nuestro pensamiento, ahora vayamos a reflexionarlos y tratar de fundamentarlos.
El derecho a la vida salvo posiciones muy minoritarias no provoca controversia alguna, el hombre moderno y civilizado (principalmente el occidental) reconoce que nadie tiene el derecho de quitar la vida a otro hombre, los casos que se siguen discutiendo son las penas de muerte, (pocos países la utilizan) y recientemente está muy fuerte la discusión sobre el tema del aborto, los que están a favor señalan que es un derecho elegir si se desea o no procrear, otros agregan que mientras no sea un ser nacido no es sujeto de derecho, y naturalmente los que están en contra del aborto sostienen que desde el momento de la concepción es un ser con derechos y el aborto es un asesinato, independiente a esta discusión que no es menor y requiere ser tratada ampliamente, no queda la menor duda que el derecho humano a la vida en el sentido tradicional, es un derecho indiscutible, incuestionable e incluso está protegido por la declaración universal de los derechos humanos.
La libertad es un derecho que se adquirió con la evolución de las sociedades, recordemos que en la edad antigua la esclavitud era una institución legalmente instituida, genios como Platón y Aristóteles abordaron el tema, sin embargo, con el paso de los años, y, sobre todo, por el uso de la razón critica, analítica, creadora, en una palabra, por el uso de la recta razón, el hombre pensante fue explicando y fundamentando que el hombre aun teniendo el derecho a la vida garantizado, sino es un hombre libre, es como si no viviera, a partir de luchar por esa libertad esencial para poder vivir, fueron derribándose tiranías, se destruyeron esas sociedades cerradas, dogmáticas e intolerantes que imponían al hombre no sólo la esclavitud, además, le imponían la forma de pensar, conducirse, hablar, etc.
Luego entonces, la libertad si bien es un derecho esencial en el hombre, hoy considerado innato, es importante no olvidar que es un derecho ganado, un derecho que debemos cuidar, luchar por su vigencia, con el paso de los años en la consolidación de este derecho surgieron otros problemas, ejemplo es que el uso excesivo e incontrolable de esa libertad, trajo caos, desorden, anarquías, y allí empezó la discusión de los límites a la libertad, porque sin esos límites la vida en sociedad (inevitable), casi se antoja invivible, para regir y regular ese límite nació la ley, el Estado, y también el tema de la igualdad.
Si la ley va a ordenar, regir, estructurar nuestra vida en sociedad, forzosamente se tiene que partir del respeto a la libertad (limitada), dentro de un marco de igualdad generalizada, es decir, pierdo algunas libertades para vivir y convivir con la sociedad, pero esa ley debe ser igual para todos, sino sería casi imposible la aceptación de la misma o viviríamos inconformes por las inequidades y desigualdades que la ley provoca. Sabemos que la igualdad total es imposible y si se pudiera aplicar sería injusta, porque al no ser todos iguales, ¿Cómo otorgar los mismos beneficios al que trabaja y al que no lo hace? Aquí tendríamos que entrar al estudio de las virtudes, la equidad, y tratar de buscar el equilibrio, lo más equitativo, y aunque seguramente no resultará una fórmula perfecta, el objetivo es lograr evitar una desigualdad radical.
Hasta aquí tenemos tres derechos humanos fundamentales, a estos les incluimos el nacimiento del Estado y la ley para regular la libertad y evitar la enorme desigualdad, y precisamente aquí aparece la democracia como un derecho humano del hombre moderno, porque la democracia pura evita las tiranías, las dictaduras, y la democracia clásica no tan sólo otorga poder de decisión a las mayorías, sino que ya sea a través de una República Presidencial, Monarquía Parlamentaria o Constitucional, o un sistema Semipresidencialista, la democracia diseñó al interior de las diversas formas de Estado y de Gobierno, instituciones que tratan de garantizar los derechos humanos fundamentales del hombre, ejemplos: la constitución, la división de poderes, la libertad de expresión, de pensamiento, de crítica, la democracia tiene como principio la tolerancia, y todos estos conceptos e instituciones que los vemos muy teóricos y politológicos, no deberían ser para el hombre moderno sólo conceptos, porque en la realidad práctica son acciones sociales, políticas, económicas, educacionales, etc. por lo expresado, todos tienen el derecho de creer y defender las formas que más les agrade para vivir en sociedad, pero siempre desde un actuar tolerante, la democracia no es un concepto izquierdista o derechista, socialista o capitalista, la democracia bien pensada, diseñada, es un concepto del hombre moderno libre, tolerante, civilizado, pensante y consciente que con virtudes y defectos, es el camino por donde debemos de transitar.
Hasta esta parte del artículo el lector podría preguntarme, y, ¿Dónde quedó el pensamiento de Mauricio Beuchot? Mi primera respuesta es que un verdadero filósofo nos pone a pensar a nosotros mismos, el maestro Beuchot lo logró en mi escritura del presente artículo, aun así, por si hay dudas de la importancia de conocer la fundamentación filosófica de los derechos humanos, Mauricio Beuchot en su libro: “Los derechos humanos y su fundamentación filosófica” nos recuerda:
“Igualmente, anima a estos derechos fundamentales la idea de que, aunque cuando los acepten positivamente algunas legislaciones, no dependen, para su existencia, del reconocimiento de los países; están por encima de su positivación. Además, se ve que han sido concebidos con un carácter necesario y universal, más dependiente de la ética y la axiología que del derecho mismo. Más aún, con arreglo a ellos se podrá decir si un régimen y una legislación positiva son justos o se oponen al ideal de la justicia. Precisamente esos derechos humanos, aunque no estuvieran positivados, serían los que permitirían a los hombres levantarse en contra de la tiranía que los oprimiera.”
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