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Ruta Cultural. Once años de libros, artículos y continuamos (II). "La autopista del sur"

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Ruta Cultural

ONCE AÑOS DE LIBROS, ARTÍCULOS Y CONTINUAMOS. (II)
“La autopista del sur.”
Mtro. José Miguel Naranjo Ramírez.
El artículo que semana a semana se escribe se origina de la lectura de un libro, el método de selección de libros y autores puede variar según las circunstancias, ejemplos: un centenario, un cumpleaños, algún lamentable deceso, alguna fecha literaria importante (en marzo se celebra el mes internacional del teatro, en abril el mes internacional del libro), en general, el abanico de posibilidades es muy amplio y diverso, puntualizando que se abordan temas esencialmente literarios y filosóficos, esta selección de autores y libros está planificada con dos meses de anticipación de cada artículo publicado, créanme que sin esta organización sería casi imposible leer un libro semanalmente, la planificación me permite organizarme muy bien, esto implica avanzar con mucha anticipación las lecturas voluminosas, estudiar y analizar con calma las lecturas exigentes, compaginar la vida real que incluye familia, trabajo, reuniones, bohemias, buenos y malos momentos, con las varias horas que le dedico a la vida literaria, y hasta hoy puedo decir que estos once años han sido disfrutados, muy enriquecedores, mi universo se ha ensanchado un poco más, y modestamente trato de compartido con mis alumnos en las clases y con todos ustedes mediante la escritura, por eso sigamos disfrutando de la bella literatura.
La selección planificada y anticipada de cada libro leído y artículo escrito no le resta vigencia, relevancia u oportunidad. La buena literatura siempre tiene algo nuevo que enseñarnos, por eso un clásico nunca muere y lo leemos y releemos con gran deleite. En esta ocasión que estamos celebrando un año más de lecturas y escrituras acompañados por Julio Cortázar, me permitiré narrarles un cuento clásico de Cortázar titulado: “La autopista del sur”, con la especial característica que la historia narrada irá en dos tiempos y dos sentidos, la historia cortazariana mezclada con la historia naranjeada, es decir, las vivencias de la autopista del sur se empatarán con las vivencias de la COVID-19.
En la autopista del sur nos encontramos cerca de París, Francia, los personajes regresan a la ciudad luz y de pronto se ven obligados a detenerse por una larga fila de carros, las reflexiones y sensaciones son las comunes, esperemos que pronto se reactive la circulación, no creo tarde tanto, algún fuerte accidente, en el peor escenario no pasará de unas cuantas horas. Pasan las horas y empiezan a desesperase, salen de sus vehículos para estirarse, caminan un poco, saludan al vecino que está en su auto con clima escuchando música, otros juegan a los dados, una pareja de ancianos tranquilamente espera, llega el mediodía y el calor arrecia, toman agua, algún otro personaje les platica que fue un terrible accidente, se va y con las horas arriba otro y comenta que cayó un avión, llega la noche, algunos duermen incómodamente, al otro día despiertan con la esperanza que pronto se reanudará la circulación, pasan las horas, los días, sufren calor, después fríos, empiezan a tener sed, el agua se escasea, la comida también, no les queda más que interactuar entre ellos y organizarse para enfrentar y resolver sus necesidades, los noticieros les recuerda que viven en 1964 y les informa que las autoridades luchan por resolver el problema de la autopista y pronto regresarán a la normalidad.
MN supo con anticipación que el veinte de marzo de 2020 saldría de cuarentena para resguardarse de una pandemia llamada coronavirus, algunas personas utilizaban el término confinamiento, tanto cuarentena como confinamiento le resultaban palabras desagradables, ajenas. MN ni se preocupó, ni se inmutó, sólo pensó que era una buena oportunidad (tipo vacaciones de un mes) para encerrarse, leer mucho, ver cine, beber sin preocuparse por la levantada, hablarle a una amiga muy cercana y compartir momentos de pasión, entrega, y una vez relajados disfrutar de un buen vino, música, ver los paisajes desde su departamento. Al inicio todo parecía que efectivamente era un extraordinario mes de encierro, MN se levantaba a la hora que quería, se puso como reto ver una película diaria, vio: “Viridiana”, “La edad de oro”, de Luis Buñuel, “El cantante de Jazz” considerada la primera película sonora, “El artista” le pareció maravillosa, fenomenal, siguió el cine de Fellini, Pasolini, Tornatore, se encontró con el cine del polaco Kiesloswski y descubrió que sus películas son de culto, ese primer mes de confinamiento se redujo a cine, libros, música, vino, whisky, a veces solo, a veces acompañado por su amiga cercana, al virus no le temía porque prácticamente no salía.
En la autopista del sur se encuentran muchos personajes, algunos toman mayor relevancia que otros, de ninguno sabemos su nombre. Julio Cortázar no los va presentando por la marca de su carro, “La pareja del Mercedes, las monjas del 44, el Ingeniero del 44, la muchacha del Dauphine, el americano del Porsche”, los de mayor relevancia son el Ingeniero y la muchacha del Dauphine. Los días pasaban y todos seguían detenidos en la autopista, padecían hambre, calor, se organizaron para cooperarse y tratar de conseguir alimentos en las rancherías que pudieran estar cerca de la autopista, los dueños de esas tierras no les quisieron vender, un hombre de desesperación se suicidó dejando una carta para una mujer, una ancianita enfermó, el Ingeniero y la muchacha del Dauphine se sentían muy incomodos por el olor de sus axilas, un vecino del Ingeniero cortejaba a la muchacha del Dauphine, al final, después de varias noches esta bella chica terminó en el vehículo del Ingeniero sintiéndose acompañada, protegida, y, sobre todo, robándole a la vida lo único que podemos robarle, momentos de amor, pasión, entrega, deseos.
Pasó el mes de confinamiento y MN empezó a percibir que esta pandemia del coronavirus podría llevarse unos días más, la rutina del agradable encierro seguía, no obstante, un pequeño sentimiento de preocupación empezó a rondar a MN. El ocho de abril de ese 2020 llegó a vivir al departamento de manera permanente en lo que regresaban a la normalidad la cercana amiga de MN, la compañía se convirtió en un verdadero disfrute, hacían el amor a todas horas, en todas partes, comían, dormían, vieron la trilogía de “El padrino”, disfrutaron las cinco horas de “Los Miserables” de Víctor Hugo protagonizada por Gérard Depardieu, la cercana amiga de MN llamada Rosy quedó deslumbrada ante “Cinema Paradiso” de Tornatore, enamorada de “Érase una vez en américa” de Sergio Leone, leyó de manera completa “Cien años de soledad”, Stanley Kubrick hizo viajar a la pareja por Irlanda, Inglaterra y Alemania a través de su inmortal “Barry Lyndon”, posteriormente MN y Rosy viajaron a Dinamarca y acompañaron al afortunado y al mismo tiempo traumado “Pedro el afortunado”, los días pasaban y ni los sentían, la anormalidad se estaba convirtiendo en una nueva y bella normalidad para ellos.
Días pasaron y los personajes de la autopista del sur no se preocupaban y aparentemente no se desesperaban por regresar a la normalidad, la muchacha del Dauphine y el Ingeniero disfrutaban de su amor, por supuesto que en esa pequeña sociedad había gente solidaria, otras mezquinas, la viejita que había enfermado murió, hubo momentos de desesperación, angustias, pero aun en el peor momento los personajes sabían que algún día la circulación se reactivaría y llegarían a París, la ciudad luz, la capital del mundo, de la moda, la ciudad de la elegancia, del eterno romanticismo. MN seguía encerrado cuidándose de la pandemia y leía “La autopista del sur” de Cortázar, de momento, los coches empiezan a circular, todos quedan perplejos, no creen que sea real, la muchacha del Dauphine avanza, al lado va el Ingeniero en su coche, se observan y sonríen, el Ingeniero reflexiona sobre lo que nacerá de ese embotellamiento en la autopista, lo acepta, lo ve normal, quiere llegar a París para disfrutar de la muchacha del Dauphine en una cama limpia, bañarse con agua caliente, empero, de pronto observa un avanzar y avanzar de vehículos, él acelera pero en su carril la circulación es tan lenta que no logra ver a la muchacha del Dauphine, el Ingeniero se desespera, no puede comprender porque tanto apuro, ve autos donde nadie se conoce, donde nadie voltea a verlo, van muy rápido viendo hacia adelante, hacia adelante, muy rápido, muy aprisa, nadie voltea, nadie lo conoce.
MN terminó de leer el cuento, sabe que la historia es un cuento de ficción, también sabe que el acuerdo inicial con su amada Rosy consistió en que al pasar la pandemia ella regresaría a su casa. MN luego, luego, se preguntó: ¿Podría reactivarme y vivir mi vida sin ella? La circulación se normalizó en la autopista del sur y el Ingeniero sufría porque sentía que perdía a la muchacha del Dauphine, manejaba desesperado porque sabía que en la autopista se conocieron ellos dos y tenía que alcanzarla porque pronto serían tres. MN y Rosy también lo saben...esa bella creación se llamará Grecia o José Miguel.

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Twitter@MiguelNaranjo80
Facebook: Jose Miguel Naranjo Ramirez.

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