Ruta Cultural
Eurípides en el mes internacional del Teatro (V)
“Ifigenia entre los Tauros.”
Mtro. José Miguel Naranjo Ramírez.
El matrimonio de Agamenón y Clitemnestra procreó a sus hijos; Ifigenia, Electra, Orestes y Crisótemis. De esta trágica familia hasta las obras anteriormente comentadas sabemos que Clitemnestra asesinó a su esposo apoyada por su amante Egisto y se quedaron con el trono de Argos, esto provocó que a Orestes milagrosamente le salvaran la vida llevándoselo a vivir como exiliado y que Electra vivió en la misma casa de su madre casi como esclava, e incluso, Eurípides en sus tragedias sostiene que Electra fue casada con un campesino para que no tuviera hijos de alto linaje que aspiraran al trono. Así pasaron varios años y como no hay mal que dure cien años ni nadie que lo soporte, Orestes regresó a vengar la muerte de su padre y con la ayuda de su hermana Electra asesinó a Egisto y a su propia madre Clitemnestra.
La venganza de Orestes en algunos casos fue apoyada y dirigida por los dioses, esto lo podemos corroborar en la pieza de Esquilo titulada: “Coéforas” , asimismo lo manifiesta Sófocles en su obra: “Electra” . En el caso de la pieza de Eurípides los dioses intervienen poco, es la pura voluntad de Electra y Orestes la que los llevó a cometer semejante acto de represalia. Es en este proceso de venganza cuando conocemos que Clitemnestra decidió asesinar a su esposo Agamenón por varios motivos, siendo el más importante el siguiente: resulta que Agamenón antes de partir a la guerra de Troya, por supuestas sugerencias de un adivino llamado Calcante, decidió ofrecer la vida de su hija Ifigenia como sacrificio a los dioses y con este acto llegar pronto a Troya y ganar la guerra. Clitemnestra murió pensando que su hija Ifigenia fue asesinada por su propio padre, cosa que el lector descubrirá en la siguiente obra titulada: “Ifigenia entre los Tauros” que no fue así.
En esta pieza queda claro que Agamenón siempre creyó que sacrificó a su hija, por lo tanto, el odio que siente su esposa por él no cambia y es comprensible, ambos creyeron que el sacrificio se ejecutó tal cual. Empero, momentos antes de que la joven fuera sacrificada intervino la diosa Ártemis y esta entregó en holocausto a una cierva en el lugar de Ifigenia. Aquí se comprende el titulo de la presente pieza, es decir, Ifigenia vive entre los Tauros y se encuentra como sacerdotisa del templo de Ártemis, allí lleva gran parte de su vida sin saber qué pasó con su familia, con la guerra de Troya, con sus hermanos Orestes, Electra, con Aquiles quien era su prometido.
Ahora bien, al momento que Orestes asesinó a su madre, Esquilo nos enseña a través de su tragedia: “Euménides” el juicio que se llevó a cabo para que Orestes fuera perdonado por las Erinias, almas vengadoras. De las tragedias que nos llegaron de Sófocles no sabemos nada sobre el futuro de Orestes después del asesinato vengativo que cometió. Eurípides cerrará este ciclo trágico de esta familia llevándonos al pueblo de los Tauros, no solo porque allí vive Ifigenia, sino porque Orestes ha llegado a este pueblo, está detenido y el Rey ha ordenado que lo sacrifiquen.
Lo anterior el lector lo podrá comprender al saber que en el pueblo de los Tauros tienen la costumbre de que cualquier extranjero que llegue es apresado y sacrificado. Orestes fue a ese bárbaro pueblo por instrucciones del dios Apolo debido a que las Erinias andan en busca de Orestes para asesinarlo y así vengar la muerte que éste le dio a su propia madre. Apolo aunque es un dios poderoso sabe que estas vengadoras mujeres no dejarán tranquilo a Orestes mientras este no ejecute el siguiente acto: Orestes debe ir al pueblo de los Tauros y tratar de raptar la imagen de la diosa Ártemis, empresa muy difícil de lograr, y hay algo más, recordemos que la sacerdotisa del templo donde se encuentra la diosa es la misma Ifigenia, hermana de Orestes, claro, ellos no se conocen, porque cuando Ifigenia iba a ser sacrificada por su padre, Orestes eres un niño que todavía amamantaban. Por si faltara algo, el lector debe conocer que la función principal que tenía Ifigenia era realizar el proceso de sacrificio de los extranjeros, esto implica que tendrá que ejecutar la muerte de su hermano Orestes...hasta aquí la obra está a plenitud en su desarrollo.
Cuando Orestes llega como prisionero al templo y es entrevistado por Ifigenia, ella al enterarse que es de origen griego le pregunta respecto a la recién concluida guerra de Troya y sobre muchos personajes, lo interroga sobre Aquiles y se entera que su prometido ha muerto, cuando Orestes le narra el desenlace de Agamenón y Clitemnestra, Ifigenia queda horrorizada, aquí el personaje empieza a notar algo anormal en la actitud de Ifigenia: “Orestes: - ¿Quién es esta joven? Porque nos ha interrogado en griego por los sufrimientos de Troya y el regreso de los aqueos; por Calcante, el entendido en aves de agüero, y por el nombre de Aquiles. Como lamentaba también el desventurado Agamenón y me preguntaba por su esposa e hijos. Esta extranjera procede de allí, es argiva. No habría enviado una tablilla ni trataría de saber si Argos se encuentra bien, como quien tiene algo en común.”
Las platicas entre los desconocidos hermanos continuaba y Orestes le confesó a Ifigenia que el final de Clitemnestra fue peor, ya que le quitó la vida su propio hijo. Ifigenia se impresionó ante tal confesión y este es el momento donde Eurípides utiliza el recurso literario conocido como anagnórisis, es decir, el reconocimiento de los personajes en una obra dramática que provocará el desenlace de la trama, y el desenlace es con un final feliz, porque al reconocerse los hermanos no solo se ponen felices, por supuesto que al instante planearon escapar con la estatua de la diosa para que ambos regresaran a su tierra natal y por fin la estirpe de Agamenón pudiera ser un poco feliz en la tierra, ya en la parte final por fin Eurípides hace ingresar a la diosa Atenea y esta deidad ayuda a los hermanos a escapar del pueblo de los Tauros y todo indica que con tal acto Orestes ha cumplido sus penas y podrá vivir tranquilo cerca de sus hermana.
Así hemos llegado al final de este mes dedicado a conmemorar el 27 de marzo como el día internacional del teatro. Se cierra el telón.
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