Ciudad de México.- El auge e interés por la robótica ha llevado a RobotiX a emprender un novedoso modelo educativo para la enseñanza de nuevas tecnologías a niños, niñas y jóvenes a través de RobotiX Faire, la Competencia Nacional de Robótica.
La idea nació cuando Roberto Saint Martin, presidente y fundador de RobotiX, realizó por primera vez una feria al término del ciclo escolar 2005-2006.
“Hicimos un evento con padres de familia para ver lo que había aprendido su hijo en la clase de robótica. Después de un año fue sorprendente ver cómo los niños podían programar un robot para que saliera de un laberinto, por ejemplo”.
En entrevista para la Agencia Informativa Conacyt, Saint Martin recuerda que las primeras ferias las organizaba en lugares pequeños, pero el creciente interés por la robótica y la numerosa participación de jóvenes competidores, pronto lo obligó a expandir el proyecto.
“Nuestro sueño era tener a varios equipos simultáneos compitiendo, y llegamos a tener hasta 300 competidores, lo que implicaba tener 300 pistas, 300 computadoras y hasta 300 jueces. En este sentido, RobotiX comenzó a crecer en escuelas privadas, pero queríamos que fuera un evento familiar y más divertido”.
Resaltó que buscaron expositores expertos en el tema para que impulsaran más a los niños e impartieran más actividades lúdicas en el marco de la competencia.
Pero en 2015, RobotiX creció a nivel nacional a través de la alianza con la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT) y los Puntos México Conectado (PMC), y fue cuando RobotiX Faire logró incorporarse en los 32 estados de la república.
“Desde ese año hacemos un RobotiX Faire Regional con los PMC, cada estado tiene sus propios equipos y entre ellos compiten para asistir a la etapa nacional. Además, desde 2017 hemos tenido la participación de escuelas públicas gracias a nuestros programas con la Secretaría de Educación Pública (SEP)”.
A 12 años de su creación, en la edición RobotiX Faire 2018, participaron un total de 40 mil competidores en las diferentes etapas escolares a nivel regional y estatal, de los cuales mil 800 llegaron a la gran final nacional en la Ciudad de México.
Saint Martin expresó que el espíritu de realizar la feria es combinar varias áreas que permitan a las familias adentrarse en las nuevas tecnologías; por una parte tiene las zonas de competencias, conferencistas, además de talleres y exhibiciones.
En esta edición estuvieron presentes la SCT, PMC, SEP, Fundación Robótica para la Educación, Universidad de Guadalajara, secretarías de Educación y Cultura del Estado de Sonora y Campeche, The LEGO Foundation, FIRST®, RadioShack, Zurich, Daimler México, Google, Museo de Memoria y Tolerancia, Papalote Museo del Niño, Profesor Chiflado, Barcel y Creativa Kids.
Tecnologías verdes
El 2018 marcó la edición número 12 de RobotiX Faire, donde se dieron cita más de seis mil personas para presenciar la competencia de más de mil 800 niños y jóvenes finalistas provenientes de toda la república mexicana.
Los competidores que participaron fueron de la Red Punto México Conectado de los 32 estados del país, escuelas públicas de la Ciudad de México, Campeche y Sonora, así como la red de escuelas de RobotiX.
La temática de este año fue “Tecnologías por el planeta”, la cual incentivó en los niños el rescate de animales endémicos de México que se encuentran en peligro de extinción.
“Nos llamó mucho la atención el tema porque justo en Stanford tuvimos una plática con un biólogo mexicano, que nos comentaba que estamos por vivir a nivel mundial la sexta extinción masiva, que es tan grande y tan importante como la extinción de los dinosaurios, desde su punto de vista. Es decir, se habla que 38 por ciento de los animales a nivel mundial está en peligro de extinción, es por ello que en esta feria de robótica invitamos a los niños a innovar para ayudar y lograr un país más sustentable y sostenible”.
En la competencia cada participante demuestra en un reto de programación las habilidades desarrolladas durante su curso.
Feria Nacional de Robótica
En el marco de RobotiX Faire 2018, se llevó a cabo la final de la cuarta Feria Nacional de Robótica de PMC, cuyo objetivo es emplear las nuevas tecnologías para brindar conocimientos y habilidades digitales útiles a la población.
“En los PMC uno de los pilares que tenemos es la robótica, estamos haciendo promoción para la incorporación de la sociedad para que sea el tema principalmente de niños. Es por ello que el 24 de marzo se llevó a cabo la cuarta Feria Regional de Robótica en los 32 estados a través de los PMC”, comentó Javier Lizárraga Galindo, titular de la Coordinación de la Sociedad de la Información y el Conocimiento de la SCT.
Resaltó que es la única competencia de robótica a nivel nacional y es en conjunto con la empresa de RobotiX que, a su vez, tiene una alianza con la SEP, en donde participaron tres estados: Ciudad de México, Campeche y Sonora.
“Por el volumen de competidores esperados se convierte en la competencia de robótica más grande de Latinoamérica con casi 40 mil participantes”.
El desarrollo de la feria se realizó a través de los 32 PMC, posteriormente se llevó a cabo su competencia y la eliminación correspondiente, para que el día de la gran final (el 2 de junio de 2018) se definieran los ganadores (nueve por PMC y alrededor de 20 por parte de la SEP y RobotiX), quienes viajarán a Silicon Valley, en California, donde visitarán las empresas como Google, Stanford, así como la Administración Nacional de Aeronáutica y del Espacio (NASA, siglas en inglés de National Aeronautics and Space Administration), y conocer a emprendedores mexicanos y latinoamericanos que han logrado destacar en el mundo tecnológico.
Lizárraga Galindo expresó que “a cuatro años de su primera edición, la feria es un cambio cultural que estamos haciendo, porque anteriormente la robótica se veía como algo lúdico y de entretenimiento, hoy se ve como una práctica más común de la era digital que estamos viviendo como seres humanos”.
“La robótica está siendo parte de nuestra vida, porque la tecnología es una tendencia que va a cambiar la forma en que hacemos las cosas, ya vemos la implementación de la robótica en las áreas de economía, como manufactura, y donde hay bastantes robots. Se trata de incorporar más a la sociedad a esta nueva tendencia que es algo que está viviendo el mundo entero y que el gobierno de México hace estas iniciativas a través de los PMC”.
Actualmente en los PMC hay más de 600 mil socios que se han inscrito, la mayoría ha tomado cursos; en robótica han impartido más de 60 mil cursos para niños.
“Con este tipo de cursos los niños se vuelven más seguros, es otro tema que tratamos, el de inclusión, de equidad, en donde muchas niñas están participando. Hemos visto cómo las niñas se han ido incorporando a un área que no era para ellas, esto rompe los paradigmas e invita a las mujeres a estudiar este tipo de tecnología”, resaltó.
STEM y robótica
Por su parte, la SEP trabaja con el tema de igualdad con el movimiento STEM (Ciencia, Tecnología, Ingeniería y Matemáticas, por sus siglas en inglés) a través del programa Niñas STEM Pueden.
“Hemos avanzado a pasos más acelerados, con RobotiX estamos incorporando el programa de igualdad, buscando incorporar a más niñas a que participen, hemos descubierto que tenemos que trabajar mucho con los papás y los maestros, para que no haya estas barreras donde se diga que los robots son para los niños”, comentó en entrevista la doctora Irma Adriana Gómez Cavazos, oficial mayor en la SEP.
Destacó que la parte de robótica es muy interesante, por lo que han apoyado estos proyectos piloto en dos estados, Campeche y Sonora, y ver los resultados de cómo el uso de la tecnología vivencial mejora los aprendizajes de los niños.
“Estamos buscando que niños y niñas trabajen de manera natural y coordinados, que desde pequeños se les haga normal y que digan que puedan hacer eso, que no les dé pena decir las cosas, como que yo puedo armar un robot”.
La doctora destacó la labor que hace RobotiX con la feria, porque da visibilidad a la parte de medio ambiente, al entorno en que vivimos, pero lo une con algo creativo que te puede ayudar a resolver un problema.
Conacyt
Myriam Serrano/ Boca del Río, Ver., 11 de julio del 2018.- De las cinco plantas de tratamiento de aguas residuales que hay en el municipio de Boca del Río, solo una funciona al 100 %, reveló el director de la Compañía de Agua de Boca (CAB), Juan Mateos Íñiguez.
"La que hemos rehabilitado y esta funcionando bien, es la planta de Costa de Oro (...) y hay las otras plantas que por alguna otra razón, o quedaron sin terminar o en un momento dado quedaron fuera de operación como fue la Planta Carranza, que después del huracán Karl en 2010 quedó fuera de operación".
Mencionó que realizan estudios al resto de las plantas de tratamiento para evaluar los trabajos que requieren para ponerlas en operación así como el presupuesto.
Dijo desconocer cuándo podrían operar al cien, ya que en el caso de la Planta de la Tampiquera esta no fue terminada, por lo que realizan estudios para concluirla; "lo que si hemos hecho es comenzar la rehabilitación de todo lo que llamamos el pre tratamiento, para mejorar la calidad del agua".
Reconoció, "actualmente sin tratar no se va ningún agua, siempre hay un pre tratamiento, pero digamos al 100 por 100 se esta tratando alrededor de un 40 %".
Morelia, Michoacán.- Al ir cayendo la noche, el sol comienza su viaje al inframundo, si en el camino se tropieza, el mundo entero tiembla con él. La sangre del sacrificio humano es el jarabe para fortalecer el espíritu del dios Sol. Los nahuas aprendieron a medir la intensidad de sus tropiezos con una escala sísmica de glifos, que precede a la escala de intensidades de Mercalli.
El doctor Víctor Hugo Garduño Monroy, adscrito al Instituto de Investigaciones en Ciencias de la Tierra de la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo (UMSNH) y miembro nivel III del Sistema Nacional de Investigadores (SNI), ha realizado un estudio que permite interpretar el Códice Telleriano Remensis para conocer la escala sísmica que desarrollaron con números mayas y símbolos de los efectos.
En la América precolombina, las culturas utilizaban códices para registrar los acontecimientos cotidianos. Son estos los que han permitido que los investigadores estudien el pasado para conocer la vida y dinámicas de nuestros antepasados.
Garduño Monroy aprendió a utilizar las técnicas de la paleosismología en el Servicio Geológico de Estados Unidos (USGS, por sus siglas en inglés). En la falla de La Calavera descubrió que los lagos podían ser el escenario para conocer los sismos del pasado, debido a que el movimiento hace que la tierra se sedimente creando estructuras particulares de licuefacción o de colapsos subacuáticos.
"Eso me hizo preguntarme que si en el pasado había lagos, sismos y presencia humana, ¿no habrían sentido los sismos y los habrían registrado en sus diarios de acontecimientos que son los códices?".
Los 12 sismos en el Códice Telleriano Remensis
Es por eso que el investigador comenzó a mirar algunos de los códices que sobrevivieron a la destrucción de los españoles que los consideraron una forma de idolatría. Uno de los más importantes es el Códice Telleriano Remensis, escrito en el siglo XVI, donde se encuentran representaciones de eventos naturales como el clima, erupciones volcánicas y los sismos.
Los códices eran elaborados por los tlacuilos, personas con un amplio conocimiento de la naturaleza, biodiversidad, guerras y problemas sociales. Los tlacuilos asistían a la escuela azteca llamada calmécac, donde aprendían a representar detalles de eventos naturales y sociales en los códices, que dibujaban sobre piel de ciervo, papel amate, algodón y papel hecho a base de pencas de maguey.
"El Códice Telleriano Remensis fue producido en el siglo XVI en México. Su nombre fue establecido por el notable naturalista alemán Alexander von Humboldt en referencia a Charles-Maurice Le Tellier, arzobispo de Reims, quien poseía el manuscrito a finales del siglo XVII. La primera publicación de este códice la hizo Lord Kingsborough en 1840, la cual resultó una edición deficiente en sus dibujos y escritura", expone en su investigación.
Los códices han sido utilizados por los antropólogos principalmente para estudiar los acontecimientos políticos, religiosos y sociales; sin embargo, Garduño Monroy propone que el Códice Telleriano Remensis intenta comunicar una interpretación de los sismos a través de los efectos.
"La intensidad de un sismo es una descripción cualitativa de los efectos. En esta descripción interviene la percepción de las personas, así como los daños materiales sufridos a causa del fenómeno".
El Códice Telleriano Remensis describe 12 eventos sísmicos importantes que se representan con dos símbolos: tlali, que es la tierra, y ollin que es el movimiento, juntos forman el tlalollin. Este símbolo para representar los sismos ya era conocido; sin embargo, lo que suma el investigador es que además de la representación de los efectos de los sismos, los nahuas también generaron una escala de intensidad sísmica.
Representación de los sismos con el símbolo combinado Tlalli-Ollin. El sismo está representado en este dibujo del códice Magliabechiano, donde se ve una escena de sacrificio y una pirámide y banderín en movimiento (sismo).
Escala sísmica náhuatl que se equipara a las modernas
El símbolo tlalollin había sido atribuido a parcelas de tierra, pero Garduño Monroy propone con su investigación que se trata de barras de intensidad de los sismos. Señala que fueron Rojas et al., en 1987, los primeros en sugerir que el glifo tlalollin podría estar relacionado con la intensidad de los terremotos.
"La primera barra tiene un valor de cinco, me sorprendí de llegar a esa conclusión porque significa que los nahuas comprendieron que no valía la pena medir sismos menores a cinco porque son prácticamente imperceptibles, así es como se mide en los laboratorios".
Las barras que siguen tienen un valor de uno, por lo que al observarlas podemos conocer la intensidad de los 12 sismos que están registrados en el códice. "Esta idea se fortalece si se observa la descripción cualitativa de los efectos, ya que corresponden con la intensidad. Esto se concluye desde un enfoque geocientífico".
El glifo del tlalollin que correspondía a las parcelas, ahora parece estar diciendo más, el doctor lo propone así porque las barras eran utilizadas por los mayas como símbolos numéricos, y es una numeración que se expandió por las culturas.
Relación de los 12 terremotos registrados en el códice Telleriano Remensis. Incluye el glifo de sismo (tlatollin) e indicaciones de efectos colaterales y la intensidad equivalente en la escala ESI 2007 sugerida por la cantidad de barras (o tlallis) en cada glifo."Esta forma de representar los sismos sorprende, ya que si se coloca al lado de una de las más utilizadas en la actualidad, Environmental Seismic Intensity (ESI) 2007, se observan muchas similitudes, desde la forma de medir la intensidad hasta el efecto que se atribuye a esa intensidad, es decir, cómo las personas podrían percibir el sismo, si con el movimiento de los árboles, con derrumbes, las migraciones, entre otros".
La escala mide la intensidad de V a VIII. "Adicionalmente, este trabajo propone una posible interpretación de los diferentes símbolos de sismos y de sus efectos de acuerdo con lo que se puede interpretar en el Códice Telleriano Remensis. Bajo esta idea, en este códice se habría utilizado una escala de intensidad sísmica de origen precolombino".
El doctor explica —mientras muestra esta imagen de los 12 sismos que se encuentran registrados en el Códice Telleriano Remensis— que se puede observar la intensidad del sismo, los efectos, el año en que ocurrió y comparar estos datos con la escala ESI 2007.
"El sismo cinco que ocurrió en 1425 se ve representado con el símbolo de la muerte; el sismo ocho, de intensidad VII, muestra que hubo movimiento de los árboles, y es así como se describen estos sismos en la escala ESI 2007".
También se puede ver que uno de los sismos más fuertes que se presentaron fue el 12 en 1547 ocasionando importantes migraciones en la zona, por una intensidad percibida de X que en ESI 2007 se equipara con un sismo de VIII en intensidad. "Sin embargo, no se sabe más de este sismo porque sucedió en pleno tiempo de conquista, donde se quemaron muchos registros".
El ojo de las horas
"Es muy interesante observar que dentro del ollin cambian los colores y las formas, específicamente en el centro se ve una forma de ojo que a veces está abierto y otras cerrado, hemos interpretado ese símbolo proponiendo que los nahuas lo utilizaron para describir la hora en que ocurrió el sismo".
El doctor señala que en el Códice Telleriano Remensis se observan unas variaciones en los colores del ollin y en el círculo central del glifo, este último se estima que es un ojo del dios del Sol, Tonatiuh, y que cuando este se dibuja abierto el terremoto habría ocurrido durante el día y viceversa.
Relación entre tralli (barra) e intensidad.Los eventos sísmicos, señala el investigador, guardan una relación muy cercana con el sol para las culturas prehispánicas. En Mesoamérica se medían por soles, generalmente eran atribuidos a mensajes de los dioses sobre los periodos solares.
"El quinto sol es el que acabó en 2012, la terminación de un sol representa el fin de un ciclo, sea un movimiento social, una guerra o un fenómeno de la naturaleza".
Los ollines contienen una gran cantidad de simbolismos que se continúan investigando. Uno de los factores que llama la atención del investigador es que en algunos de los 12 sismos registrados aparecen más de un ollin, que podría estar relacionado con la percepción de réplicas del sismo principal.
También se observa la posición en que son colocados los ollines sobre las barras, el doctor se encuentra actualmente investigando si podría representar la localización del sismo, sea en las capas superficiales de la tierra o en capas profundas. "Podría ofrecer indicios sobre la profundidad del sismo o la lejanía del epicentro. Por ejemplo, ollinesubicados en el interior de varias barras podrían representar eventos sísmicos de alta intensidad con efectos secundarios muy severos".
No fue el río, fue un sismo
Representación en el códice Telleriano Remensis de un terremoto ocurrido en 1507. El flujo de agua con piedras (un probable derrumbe) causó la muerte por ahogamiento de 2000 guerreros.Ha sido muy estudiado por los arqueólogos la muerte de aproximadamente dos mil guerreros mixtecos en el río Tuzac en 1507. Había sido históricamente atribuido a un ahogamiento; sin embargo, las investigaciones del doctor Víctor Hugo Garduño indican que en realidad se trató del sismo seis, cuya intensidad fue de VIII.
Un grupo de guerreros caminaba en el curso de un río y sobre las faldas de un monte, la tierra comenzó a temblar provocando un deslave. Entre el lodo, las piedras y el agua, los guerreros fueron conducidos al río que los aprisionaría para siempre.
La narrativa de los hechos cambia según los ojos del observador, es por eso que Víctor Hugo Garduño ha querido poner sobre los fenómenos del pasado los ojos de la geociencia, para aportar elementos que den un mejor entendimiento de lo que pasó.
"No era posible asumir la muerte de tantos guerreros a un suceso aislado, como el ahogamiento, tuvo que haber algo que condicionara a tantos a ese desenlace".
La arqueosismología
El doctor refiere que uno de los problemas en México es que se quiere estudiar el sismo desde la instrumentación, con sismógrafos, hardware y software; sin embargo, son herramientas que no se encuentran disponibles tan fácilmente. Para que esa limitante no impida la investigación, el doctor encontró que existen investigadores que abordan desde la paleosismografía y la arqueosismología, donde el rango de tiempo es más amplio, de cientos y miles de años.
Técnicas que implican mucho trabajo de campo, pero que permiten abordar los sucesos del pasado para conocer eventos sísmicos e interpretarlos, con este método se pueden hacer inventarios, cálculos de magnitudes y recurrencias, es decir, parámetros neurálgicos en la sismología.
"Con la arqueosismología se puede hacer un inventario de los sismos, saber cuáles son, cuándo ocurrieron, cuántos fueron. Implica acudir a los documentos, códices, sitios arqueológicos y encontrar evidencias técnicas parasísmicas".
Así ocurrió en Mitla, Oaxaca, donde se encuentra la segunda ciudad antigua más importante del valle de Oaxaca. Al doctor le sorprendió que hubiera solamente cinco pirámides considerando la relevancia de la zona arqueológica para la cultura. Con sus investigaciones, encontró que hubo un gran derrumbe y afirma que la mitad de las ruinas de Mitla se podrían encontrar debajo de la lengua del gran derrumbe.
La arqueosismología ha permitido que se interpreten los códices para conocer que hace más de 800 años nuestros antepasados ya tenían una escala sísmica que les posibilitaba medir la intensidad de los sismos. Esta escala permite observar el entendimiento que tenían las culturas precolombinas de los fenómenos naturales.
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