Patricia Aguilar Pardo/ Veracruz, Ver. 04 de enero del 2017.- Para producir maíz, los campesinos invierten en insumos, implementos agrícolas, fertilizantes, combustibles y el precio del grano está 30 por ciento más barato que el año pasado, por lo tanto, los productores no nos beneficiamos de ningún aumento al precio del kilogramo de tortilla cuyo incremento no está justificado. Señaló el presidente de la Unión Agrícola Estatal de Productores de Maíz (UNAEPROMA), José Ángel Contreras Carrera.
El dirigente de la UNAEPROMA, José Ángel Contreras, dijo que los campesinos reciben 3 pesos 30 centavos por cada kilo de maíz, y de cada kilo los molineros sacan un kilo 800 gramos, casi el doble y todavía venden hasta en 15 pesos el kilo de tortilla, lo que implica que para ellos si es negocio.
"Venimos a desmentir que sea un costo en el incremento del maíz, que es el insumo principal de la masa y la tortilla, lo que esté impactando en este momento en el precio. Todo lo contrario en este momento el precio del maíz está por debajo en un 15 o 20 por ciento por debajo del precio hace un año. No hay razón ni motivo para este incremento desde el punto de vista del consumo principal que es el maíz", externó.
Enfatizó que es injusto que los productores no reciban ni un solo peso por este incremento al kilogramo de tortilla.
"Los grandes perdedores somos los productores en promedio, nosotros vamos a recibir entre el 15 y 20 por ciento de lo que el consumidor paga por un producto derivado del campo, el otro 80 por ciento se queda en manos de los industriales".
Por último comentó que este recién iniciado 2018 muestra un panorama gris para los agricultores de maíz.
"Nosotros tenemos la expectativa de que nuevo gobierno sea mucho más sensible y realmente se de una importancia a la producción de maíz, que se haga la reforma al campo y se como que en el centro la importancia que tiene la producción de alimentos de este país y no seamos siempre a los que se nos cargue la mano", culminó.
Desmantelado y en malas condiciones, dejó Homero Gamboa el Palacio de Tlacotalpan
Published in EstatalFrancisco Javier Malaga Baxin/ Tlacotalpan, Ver.- El presidente municipal de Tlacotalpan Christian Romero Pérez lamentó que las anteriores autoridades municipales hayan desmantelado las instalaciones públicas del municipio como Palacio Municipal, Biblioteca, parques, museo entre otros. Aseguró que pase a las pésimas condiciones en que se recibieron los inmuebles la actual administración 2018-2021 ya se encuentra en acción para contrarrestar las demandas de la ciudadanía.
A pesar de ser considerados parte del Patrimonio Cultural de la Humanidad edificios históricos que hay y, dan servicio a la sociedad, han sido abandonados por las autoridades afectando al mantenimiento de los mismos lo cuales tienen filtraciones, decadencia en el servicio de electricidad y fueron desmantelados por la anterior administración, que dejó decenas de luminarias de parques y calles de la ciudad sin funcionamiento, como las condiciones pésimas de la unidad deportiva “Perla del Papaloapan”.
“En reuniones mi equipo de colaboración me ha reportado muchas necesidades para poder trabajar en condiciones óptimas que merece la ciudadanía para la atención, es lamentable que recibamos en condiciones muy difíciles los edificios de trabajo en condiciones pésimas en todos los sentidos inmobiliario y equipo, así como mantenimiento tras recién haber sido remodelado”.
Situación que impide realizar un buen trabajo de atención ciudadana con comodidad y recursos que faciliten el trato ciudadano. Sin embargó aseguró y puntualizó que las primeras acciones se están realizando limpiando, acomodando las áreas y espacios para brindar el mejor servicio a la sociedad, así como también se está reparando las instalaciones eléctricas para brindar mayor iluminación y conexiones para el trabajo.
“Recibimos tablones colocados arriba con blocks que aparentan ser escritorios secretariales o departamentos de área, faltan de conexiones eléctricas y de iluminación para la calidad para el uso de equipo de cómputo. Entre varias carencias básicas del secretariado, como papel, lapiceros, borradores, engrapadoras” Expresó el alcalde.
“Quiero acentuar qué vamos solucionar todos estos problemas con resultados que ayudarán a facilitar los servicios que brindamos, los tlacotalpeños merecemos el mejor trato por parte de nuestros representantes y tenemos que mejorar nuestro centro trabajo juntos para lograr servicios de calidad e inmediatos, no dejaré que siga cayendo la autoridad en Tlacotalpan, juntos seguiremos haciendo historia en eso tampoco les fallaré, unidos haremos historia.” finalizó.
Prosa aprisa
¿Asoma, por fin, un municipio de veras libre?
Arturo Reyes Isidoro
Hubo una época en México, en el siglo pasado, en el que por conflictos políticos entre alcaldes y el gobernador en turno se invocó mucho el espíritu del Artículo 115 Constitucional, que determina el Municipio Libre como la base de la división territorial y de la organización política y administrativa del Estado.
Puede que esté de sobra mencionar que el primer ayuntamiento de México, el de la Villa Rica de la Vera Cruz, fue fundado el 2 de abril de 1519 por Hernán Cortés, por lo que es una de las más antiguas instituciones del continente americano.
En el mismo puerto jarocho donde había instalado su gobierno junto con todo su gabinete, Venustiano Carranza expidió un decreto en diciembre de 1914 estableciendo la libertad municipal como institución constitucional, y en consecuencia promulgó la Ley del Municipio Libre el día 25 de ese mes y año. Esa Ley es el antecedente del actual Artículo 115 Constitucional, que reconoció a los municipios como la base de nuestra organización política, otorgándoles la autonomía que no tenían, ahogados por el centralismo federal.
Casi dos años después, reunido el Congreso Constituyente, el 1 de diciembre de 1916 don Venustiano destacó que el Municipio Independiente era una de las grandes conquistas de la Revolución, que no sólo daba independencia económica al municipio “puesto que tendrá fondos y recursos propios para la atención de todas las necesidades, sustrayéndose así a la voracidad insaciable que de ordinario han demostrado los gobernadores, y una buena Ley Electoral que tendrá a éstos completamente alejados del voto público y que castigue, con severidad, toda tentativa de violarlo”.
El prócer de Cuatro Ciénegas ya alertaba y estaba preocupado, cómo se advierte, por la ingerencia de los gobernadores en la administración de los municipios. La historia nos enseña que el ideal de autonomía de Carranza nunca se cumplió en los hechos porque los gobernadores siempre ejercieron el control de los municipios empezando por imponer a los candidatos a presidentes municipales según su conveniencia, bloqueándoles la entrega de recursos si no se sometían a sus órdenes, o de plano destituyéndolos (haciéndolos a que pidieran licencia para separarse del cargo) si se rebelaban.
Me pregunto y pregunto si más de un siglo después, en Veracruz cuna del municipio libre, estamos en la antesala, a punto de ver cumplido el anhelo de Carranza de tener un municipio auténticamente libre. Puede que sí.
Xalapa se convirtió el pasado lunes en la primera capital de un Estado del país en ser gobernada por un simpatizante de Movimiento de Regeneración Nacional (Morena), el partido más nuevo del país, constituido apenas en 2014 luego de que en 2011 había nacido como una asociación civil a iniciativa de Andrés Manuel López Obrador.
Es cierto que ya antes la oposición había gobernado la capital del Estado, pero había sido, por decirlo de alguna manera, una “oposición institucional”, surgida del desprendimiento de algún grupo del PRI, que terminaba entendiéndose, negociando y cayendo en las mismas prácticas del priismo. Y como decía Duarte, no pasaba nada.
Las circunstancias modificaron los escenarios. En 2016 ganó la gubernatura el yunismo panista, azul, que no el PAN, cuyo titular Miguel Ángel Yunes Linares no tardó en sacar al priista que lleva dentro y prácticamente Veracruz cayó en las mismas prácticas o en algunas peores que las ejercidas por sus antecesores, sus hermanos de origen, de sangre, con el mismo ADN tricolor.
En 2017 ganó la capital del Estado el movimiento social de izquierda convertido en partido, que amenaza en serio (aunque yo, como Santo Tomás, hasta no ver no creer) con acabar con el establishment, el poder establecido que han usufructuado lo mismo priistas que panistas, y si el nuevo alcalde Hipólito Rodríguez Herrero cumple todo lo que ha ofrecido entonces lo que tendremos será una verdadera revolución política aunque, por fortuna, espero que no sea de otra forma si es que se da, pacífica.
La base de esa revolución estaría en la independencia para actuar de la nueva autoridad municipal, con plena autonomía y no sometida a los intereses del gobernador, entre quienes ya hubo escarceos de enfrentamiento por el tema del manejo de la seguridad pública del municipio (menciono a Xalapa por ser el más emblemático dado que la ciudad es el asiento de los tres Poderes y la capital de Veracruz, aunque Morena gobierna ahora otros importantes municipios como Coatzacoalcos, Poza Rica y Minatitlán).
Una nueva punta del iceberg de lo que podría venir asomó en la conformación de las comisiones de los ediles del Ayuntamiento xalapeño, porque los de Morena quedaron al frente en 21 de las 29 comisiones, lo que causó la inconformidad de perredistas y panistas que chillaron y acusaron de “secuestro” al alcalde, y desde el Congreso local proclamaron la “ley del embudo” (lo ancho pa’ ellos y lo angosto pa’uno), demandando un “principio de igualdad” que ellos mismos no han practicado, como lo demostró el agandalle por el cual retuvieron con chicanadas legaloides la Junta de Coordinación Política.
Aun cuando el gobernador Miguel Ángel Yunes Linares asistió a la rendición de protesta de Hipólito y ayer lo invitó a un recorrido por el Centro de Alta Especialidad (CEM) de Xalapa, lo que se vio como un acto de civilidad política, y aunque el reparto de comisiones que favoreció a Morena se sustentó en la Ley Orgánica del Municipio Libre, esto último no dejó de verse como un desquite o acto de venganza ante lo que tanto el PAN como el PRD le hicieron al grupo legislativo de Morena en el Congreso local.
Esta acción ha dejado ya la percepción de que si Morena gana no sólo la Presidencia sino también la gubernatura, entonces hará un ajuste de cuentas con el yunismo azul, y se toma también como un adelanto de que la autoridad municipal actuará sin ningún temor y con plena autonomía no permitiendo para nada que el gobernador intente entrometerse en el manejo de la administración de Hipólito Rodríguez.
Indirectamente, el nuevo Ayuntamiento estaría a punto de asestarle un severo golpe mediático a la administración estatal panista si cumple la disposición del alcalde de quitar las compensaciones a los ediles empezando por él y transparentando el sueldo real que gane cada uno, publicándolos en el portal de transparencia, una medida similar que ofreció el panismo azul en campaña y que no cumplió.
Con una más: Hipólito no llega maltratando ni despidiendo a trabajadores del Ayuntamiento por el hecho de que sirvieron en la administración anterior, como hizo en cambio el yunismo con la burocracia estatal. Anunció sí que analizará la permanencia de los 470 empleados de confianza que le heredó el gobierno de Américo, adelantando que retendrá a los servidores públicos de carrera. Cuánta diferencia.
El resultado que tenga el ejercicio de un municipio verdaderamente libre dará la medida de lo que pudo haber ocurrido en el Congreso si el yunismo hubiera respetado el acuerdo que otorgaba la presidencia de la Junta de Coordinación Política al grupo legislativo de Morena.
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