Xalapa, Ver.- Con una inversión de 4.64 millones de pesos el Gobierno del Estado de Veracruz, a través de la Secretaría de Infraestructura y Obras Públicas (SIOP), se reconstruye el camino Acayucan-Soteapan.
El titular de la SIOP, Julen Rementería del Puerto precisó que son 1.15 kilómetros los que se intervienen, tramo que una vez concluido beneficiará a 58 mil 757 habitantes.
Los municipios favorecidos directamente son Acayucan, Soteapan y Soconusco; Chinameca, Mecayapan, Sayula de Alemán y Oluta resultan beneficiados indirectamente.
Indicó que con estos trabajos se alentará al transporte regional, el desarrollo comercial, agrícola, cultural y turístico de la región al disminuir el tiempo de traslado.
Rementería del Puerto expuso que se está atendiendo el tramo más crítico donde las unidades del servicio público y particulares, circulan esquivando baches.
Desde hace 14 años que fue construido e inaugurado este camino, no se le brindó mantenimiento por parte de las autoridades en su momento, cuando es prioridad atender la demanda de los usuarios que ya la veían como intransitable.
Saltillo, Coahuila.- Investigadores de la Unidad Profesional Interdisciplinaria de Ingeniería, campus Guanajuato del Instituto Politécnico Nacional (IPN), evalúan diversos efectos sobre nanopartículas de oro (AuNP) preparadas, de forma sustentable, con extracto de limón (Citrus limon).
Este proyecto es coordinado por los doctores Juan Carlos Martínez Espinosa y Raúl Carrera Cerritos, profesores investigadores de la Unidad Profesional Interdisciplinaria de Ingeniería, campus Guanajuato del IPN.
El objetivo de la investigación fue evaluar el efecto de la temperatura sobre la dispersión y la morfología de las nanopartículas de oro preparadas a partir de extracto de Citrus limon, mediante procesos biosintéticos.
En los procesos biosintéticos para la producción de nanopartículas metálicas, el extracto vegetal es empleado para la síntesis de nanopartículas de forma sustentable sin utilizar ingredientes químicos. En este caso, a través del uso de extractos que contienen ácido cítrico para facilitar la reducción de sales metálicas y facilitar la síntesis de las nanopartículas.
“Al tratarse de un método verde no se tiene muy bien establecido el mecanismo por el que las plantas reducen las sales y lo convierten en nanopartículas. Lo que estamos buscando es establecer a qué temperatura en que se lleva a cabo la reacción puede generar nanopartículas de diámetros pequeños y con morfología esférica, ya que existen diversos factores que pueden afectar el tamaño, la dispersión, la morfología, entre otras propiedades”, comentó Jacqueline Torres Ramírez, colaboradora del proyecto y estudiante de ingeniería biotecnológica de la Unidad Profesional Interdisciplinaria de Ingeniería, campus Guanajuato del IPN.
La síntesis de nanopartículas de oro se realizó agregando cinco mililitros (ml) de jugo de limón como solución reductora. La reacción de la síntesis se desarrolló a diferentes temperaturas: 85, 90 y 95 grados Celsius (°C). Además fueron evaluados aspectos como la reducción, morfología y tamaño de las nanopartículas.
Resultados de oro
Los resultados de la investigación arrojaron que, de acuerdo con el aumento de temperatura, incrementó la dispersión de nanopartículas de oro y presentaron una morfología irregular. El estudio determinó que el diámetro promedio de las AuNP fue de 12.12, 11.71 y 12.92 nanómetros (nm) a 85, 90 y 95 grados Celsius, respectivamente. También se observó que las temperaturas más altas llevan a mayores velocidades de reacción.
Estos estudios permitirán optimizar la producción de nanopartículas de forma sustentable y contemplar un mayor escalamiento a nivel industrial para diversas aplicaciones.
“Las nanopartículas tienen diversas aplicaciones, debido a su tamaño se usan para múltiples aplicaciones en áreas como la medicina y la agricultura mediante este método controlando variables, y la idea es buscar llevarlo a una escala mayor de producción industrial de nanopartículas puesto que es un método amigable con el medio ambiente”, añadió Ana Pamela Andrade Pérez, colaboradora del proyecto y estudiante de ingeniería biotecnológica de la Unidad Profesional Interdisciplinaria de Ingeniería, campus Guanajuato del IPN.
De acuerdo con los investigadores, el extracto de limón cítrico resultó eficaz para la síntesis de nanopartículas de oro. Mediante espectrometría UV-Vis y análisis TEM se confirmó que el tamaño, la dispersión y la forma de las AuNP podrían modificarse aumentando la reacción de síntesis de temperatura.
“Realmente la temperatura tiene una injerencia en la morfología y el tamaño de las nanopartículas, así como la dispersión. Lo que sigue en el proyecto es establecer qué otras variables como pH (potencial hidrógeno), tiempo de reacción, entre otras, pueden afectar el proceso”, señaló la colaboradora Torres Ramírez.
Conacyt
Ciudad de México.- En punto de las 13:14 horas del pasado 19 de septiembre, a 120 kilómetros de la ciudad de México, en Axochiapan, Morelos se registró un sismo de 7.1 grados en escala de Richter, derivado del cual fallecieron casi 400 personas, asimismo, tan sólo en la ciudad de México se registró el colapso de 38 edificios.
De acuerdo con el Atlas de riesgo que presentó el gobierno de la ciudad unas semanas después, suman entre 800 y mil inmuebles los que terminaron en código rojo, es decir, en riesgo de colapso. Pese a ello, la dinámica social que se vivió tras la tragedia consistió en volver lo antes posible a la normalidad, señaló la doctora Anne Warren Johnson, catedrática e investigadora de la Universidad Iberoamericana.
En entrevista con la Agencia Informativa Conacyt, la doctora que se desempeña como coordinadora del posgrado en antropología social del Departamento de Ciencias Sociales y Políticas de la Universidad Iberoamericana, partió de un ensayo que publicó recientemente en torno al concepto de duelo social asociado a la violencia, para explicar cómo reaccionó la población ante el dolor generado por el sismo.
“El proceso de dolor social da cuenta de pérdidas colectivas y a veces nos damos a la tarea, después de esos procesos de pérdida colectiva muy fuertes, de regresar a la normalidad lo antes posible, como que tratamos de sentir el dolor y superarlo lo más pronto posible para que todo vuelva a la normalidad y regresemos a nuestra vida como era antes con el objetivo de mostrarnos fuertes”.
Al respecto explicó que hay algo en el proceso de expresión del dolor y el duelo que podría ser más productivo que intentar superarlo rápidamente. “Creo que puede ser muy productivo porque el duelo es una especie de memoria, es decir, el ‘no olvido’ —proceso de querer recordar— puede servir como una forma de reclamo de justicia, de crítica a una serie de procesos”.
—¿Cómo se vivió el proceso de duelo tras el sismo de la Ciudad de México?
Lo que vimos tras el sismo fue un esfuerzo por tapar, esconder las heridas, ocultar las ruinas (materiales), reconstruir lo más rápido posible; eso es un impulso que se entiende perfectamente porque en ocasiones es una forma de decir, aquí no pasó nada.
Por ejemplo, resulta muy interesante ver cómo es que en algunos de los edificios derrumbados inmediatamente se colocaron bardas, se cubrieron los escombros, lo cual tiene su lógica; pero también cómo fue que después la misma gente comenzó a colocar ofrendas, flores y a realizar pintas (grafitis) relacionados con el sismo.
—¿Cómo debería entonces vivirse un duelo de este tipo?
Si se mantiene un poco más visible el hueco, la ruina, sería una manera de decir: ‘sigue reflexionando en torno a lo que está pasando y las que podrían ser las consecuencias a futuro’. En lugar de tapar todo, debemos dejar que la ruina se mantenga visible para la sociedad un poco más de tiempo.
Debemos reconocer que no tan fácil hemos salido de esto, entender que ese discurso de salimos adelante, salimos de pie y de cultura solidaria en general, no significa que aún hay mucho por hacer y que aún cuando mucha gente está bien, hay otra que no lo está.
Al explicar el impacto negativo que deriva de no respetar el duelo social, dijo que el mayor riesgo radica en olvidar, a la par del evento que ocasionó dolor, aquellas medidas que se deben tomar para prevenir un dolor similar en el futuro. “Al cerrar demasiado rápido el proceso, es como decir, las cosas siguen como siempre, pero también la política sigue como siempre y a fin de cuentas no cambia nada”.
En contraste, si el duelo tomara más tiempo, podrían pasar otras cosas, tal vez, lograr una campaña que se mantenga por años y que nos recuerde todo el tiempo que debemos actuar de forma distinta ante un siniestro natural, por ejemplo, y ante la incertidumbre de un temblor, continuando con el ejemplo, encaminar ese trabajo hacia la reducción del impacto negativo.
Sobre a quién le corresponde tomar las acciones necesarias para que el duelo social siga un curso natural y no se intenten esconder las dolorosas huellas de aquello que lo causó, la investigadora dijo que debe ser una tarea conjunta donde a las autoridades corresponde escuchar y actuar considerando sus voces en lugar de imponer un proceso de reconstrucción.
Es un proceso muy complicado, para nada es algo fácil, pero debe haber un esfuerzo conjunto, que sí es posible porque justo en los momentos más cruciales de la crisis ya se ha visto ese actuar conjunto; no obstante, también se vio lo contrario, la sociedad civil reclamando cosas y las autoridades aparentemente haciendo oídos sordos a esas peticiones.
Finalmente, la investigadora detalló que la falta de entendimiento del proceso de duelo social, deriva también de que es un tema que aún falta por ser estudiado. “Ya se está estudiando, cada vez hay más académicos que se están concentrando en el tema, que no es nuevo, pero su entendimiento desde el aspecto colectivo y como una cuestión crítica aún debe profundizarse”.
Conacyt
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