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Hora cero

Morena y su relevo generacional en Veracruz

Luis Alberto Romero

Desde 2017, mucho antes de la elección presidencial que ganó López Obrador, el predominio político de Morena en el país ha sido evidente, con muy pocas excepciones estatales, como la reciente de Coahuila, donde en condiciones de división se desplomó el abanderado de la 4T al gobierno local, Armando Guadiana.

En Veracruz, prácticamente todas las encuestas, todas las mediciones de las preferencias ciudadanas sobre política, levantadas después de la sucesión en el gobierno estatal, han dejado claro que la población se inclina más por las opciones presentadas por Morena. Por ello, este partido ganó más curules en la Legislatura local que cualquier otro partido tanto en 2018 como en la intermedia de 2021.

Además, en la competencia por los ayuntamientos veracruzanos, la 4T se llevó casi todo lo que estaba en juego: la capital, Coatzacoalcos, Minatitlán, Córdoba, Poza Rica, Papantla, Tuxpan, Martínez de la Torre y, en términos generales, los municipios más importantes, con las excepciones de Veracruz, que fue para el PAN; Orizaba, Cosoleacaque y Altotonga, feudos priistas.

Hoy, la mayoría de los municipios veracruzanos están en manos de Morena o de algún partido aliado; y lo mismo ocurre en el Congreso local.

Ese predominio político de la 4T en Veracruz se explica en parte por la popularidad presidencial, y por la ventaja competitiva que representa el manejo de los programas sociales, pero también por el hecho de que Morena hace hoy lo que la oposición ha olvidado: promover con brigadas al movimiento y hacer campaña permanente.

Ese trabajo no se ha detenido y por ello el mapa político tanto de Veracruz como de casi todo México se ha pintado con los colores de Morena, que en unos meses gobernará dos tercios de los estados del país.

En esas condiciones, en la entidad Morena se prepara para encarar la sucesión en la gubernatura. De sobra se han manejado en espacios periodísticos los nombres de los aspirantes de la 4T al gobierno estatal: Rocío Nahle, Zenyazen Escobar, Manuel Huerta, Eric Cisneros, Sergio Gutiérrez y Gómez Cazarín; sin embargo, también hay personajes que sin hacer mucho ruido, sin tener en la mira la silla que actualmente ocupa Cuitláhuac García, van avanzando con un trabajo que busca fortalecer a la 4T.

Son los jóvenes de Morena, el relevo generacional que es natural en toda organización política.

Si bien los personajes mencionados líneas arriba no tienen edad para la jubilación y llegarían sin mayores problemas a las elecciones de 2030, es normal que vaya ganando espacio la presencia y la participación de personajes como la secretaria del Trabajo del Gobierno del Estado, Dorheny Cayetano; del dirigente estatal del partido, Esteban Ramírez Zepeta; del coordinador de Comunicación, Iván Joseph Luna; y de cuadros importantes como el de Yair Ademar Domínguez, todos ellos jóvenes y muy cercanos al proyecto del actual gobernador.

Todos los nombres en esa lista serán protagonistas desde diferentes espacios de las elecciones de 2024 en Veracruz. @luisromero85

Prosa aprisa
Valiente jueza se enfrenta al Poder y nos enseña el camino a seguir

Arturo Reyes Isidoro

Entre tantos elementos que contiene el caso de la ya célebre jueza Angélica Sánchez Hernández, destaco y pongo por delante su valentía.

Es digna de admiración en grado superlativo –y debe ser ejemplo a seguir– porque no ha tenido miedo a enfrentarse al gobierno más represor que ha habido en la historia del estado ni a decir la verdad, lo que ha desnudado y descarnado en toda su crudeza la putrefacción en la que han caído los órganos procuradores e impartidores de justicia en Veracruz: la Fiscalía General del Estado, brazo ejecutor del Poder Ejecutivo (aunque supuestamente es autónoma), y el Tribunal Superior de Justicia (TSJ) (por fortuna hace ya un buen tiempo que le quitaron la H. de Honorables que le antecedía al nombre), o sea el Poder Judicial.

Apenas el primer día de este mes, en la columna “La amistad, por encima de la división de Poderes”, publiqué una fotografía en la que se ven muy sonrientes, bajo una carpa durante el festejo por el cumpleaños de una magistrada, el gobernador Cuitláhuac García Jiménez y la presidenta del TSJ, Lizbeth Aurelia Jiménez Aguirre, Aurelia Jiménez. La imagen refleja una cercana amistad (incluso, si se quiere, una subordinación de ella a él), totalmente ajena a una sana cuanto prudente distancia, obligada y necesaria para evitar cualquier conflicto de interés entre los titulares de dos de los tres Poderes del Estado.

Pero si ese ya de por sí es un cóctel muy tóxico y peligroso para la salud del Estado de derecho en Veracruz, habría que agregarle un ingrediente más que lo hace altamente amenazante para la seguridad y la integridad de todos los veracruzanos que no ejercen el poder: la subordinación de la fiscal general del estado, Verónica Hernández Giadáns, lo mismo al gobernador, quien cada vez que puede la sustituye y asume su papel, que al secretario de Gobierno, Eric Cisneros Burgos, quien la utiliza para reprimir a cualquier ciudadano u opositor político que les estorba o resulta incómodo para sus intereses personales.

La historia es ya muy conocida porque ha estado en los medios, primero locales, luego del estado, enseguida del país hasta escalar a la prensa extranjera y en las redes sociales, que es decir en todo el mundo. La resumo para quien no tiene muy claro el contexto: acatando un amparo, esto es, conforme a Derecho, la jueza, con 25 años dentro de la judicatura, liberó a un hombre acusado de dos asesinatos. Esto motivó que –se supone que por órdenes del gobernador, por todo lo que ha dicho– la presidenta del TSJ ordenara su aprehensión –que realizaron policías al estilo de la delincuencia organizada– y su encarcelamiento, tendiéndole una trampa, poniéndole un “cuatro”, para decirlo en lenguaje popular.

Ahí empezó la valentía de la jueza Sánchez Hernández, si bien con el decidido apoyo de su familia, de sus hermanos de religión, no católicos, de muchos de sus compañeros de la judicatura, de la prensa independiente y, al final de la cadena, de la opinión pública. En lugar de agachar la cabeza, de mostrarse sumisa y temerosa a todo el poder del Estado, de quedarse callada, como buena jueza que seguramente es, inició su propia defensa denunciando todos los atropellos y abusos de los que fue objeto para que se inculpara o la trataran de inculpar. No se dobló en ningún momento, aunque, como es fácil entender, hizo público su temor a que atentaran contra su integridad física.

Esta vez los del gobierno no solo pisaron un callo sino también un vidrio, grueso, puntiagudo, filoso, como el de una botella de licor que tiene que guardar y proteger su contenido en la oscuridad. Y se les clavó en el pie, hasta lo más hondo, que los ha dejado sangrantes al grado que el caso ya llegó a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), a la que asociaciones de juezas, jueces, magistrados, el Instituto Federal de Defensoría Pública y la Asociación Internacional de Mujeres juezas solicitaron que dicte medidas cautelares en forma urgente a favor de la jueza veracruzana.

Reconfirma: torturan, siembran pruebas, fabrican delitos…

Lo que ha revelado la jueza, mujer de leyes, impartidora de justicia, es como para ponerle los pelos de punta a cualquiera, porque lo que ha estado viviendo ella lo podemos vivir, sufrir, todos.

Aurelia Jiménez, la presidenta del Tribunal, la citó a su oficina. Apenas estaba saliendo de su casa en Xalapa cuando, en forma hamponesca y al estilo de la delincuencia organizada, policías le atravesaron sus patrullas y la bajaron a jalones, con violencia. Como no tenían orden de aprehensión intentaron simular que la habían detenido en flagrancia agrediéndolos, y entonces procedieron a fabricarle pruebas en su contra. Ya en el cuartel San José la obligaron a que disparara una pistola, que luego pusieron en su bolsa junto con sobres con polvo blanco, presumiblemente cocaína. En su celda intentaron hacerle la prueba del rodizonato de sodio para probar que tenía pólvora en las manos y les había disparado. Sufrió tortura física y psicológica, así como violencia moral.

Pero dijo más, de mucha gravedad. Como la carpeta de investigación del caso por el que la acusaron, que realizó la Fiscalía General del Estado, estaba plagada de irregularidades y procedía la liberación del acusado, la presidenta del Tribunal, Aurelia Jiménez, la amenazó para que fabricara pruebas, a lo que se negó. Su alegato de defensa fue que a los cuerpos de las personas a las que presuntamente había asesinado el detenido no se les había practicado la cirugía de ley que revelaría la causa de la muerte. “En un asunto de homicidio, si no hay necropsia no hay homicidio”. Tan sencillo como eso.

Mencionó que jueces del estado constantemente son amedrentados para resolver casos en perjuicio o beneficio de los imputados a conveniencia del gobierno cuitlahuista y que los amenazan con despedirlos si no acatan las indicaciones.
El testimonio de la jueza reconfirma lo que prácticamente todos los veracruzanos saben: que hay muchos inocentes en la cárcel, a los que torturaron física o psicológicamente y les fabricaron pruebas para inculparlos, pero a los que no les ha podido probar ningún delito, y pese a que los ha amparado la justicia federal no los liberan porque les fabrican nuevos delitos.

El Gobernador asume el papel de fiscal

El lunes 5 de junio, luego de la acción policiaca, sus familiares dieron a la juez por desaparecida y por algunas horas no supieron de su paradero hasta que fue el propio gobernador Cuitláhuac García Jiménez, asumiendo el papel de fiscal, confirmó que había sido detenida, pero sin mencionar un delito concreto y menos presentar pruebas que la inculparan de algo.

Habló de “sospechas”, de “indicios”, se atrevió a decir que “la jueza no es alguien que haya cometido delito alguno hasta que se le compruebe lo contrario”, que era “muy importante descubrir estas redes de complicidades que se llegan a dar por presuntos actos de corrupción” y por eso exhortó a Aurelia Jiménez “a que indaguen estas circunstancias que hacen sospechar de una presunta corrupción de la jueza”. Al final, la Fiscalía no pudo acreditar el delito de agresión a la autoridad que le imputaban y la tuvieron que dejar libre. “Me torturaron”, fueron las primeras palabras que pronunció.

El atropello causó indignación entre jueces y magistrados, quienes se solidarizaron con su compañera, pero además porque el día 8 el gobernador dijo en declaraciones que podría haber más detenciones de jueces si se comprueba que han realizado actos de corrupción.

Un día después, el gobernador fue cuestionado nuevamente, ahora sobre las acusaciones de tortura por parte de policías, a lo que respondió que no se hará ninguna investigación. “Nada, no voy a decir nada. Que lo diga el juicio. Investigación no habrá”.

Claroscuros

Marcelo vs Andrés Manuel: régimen y sistema político, democracia ¿David frente a Goliat?

José Luis Ortega Vidal

(1)

La nueva etapa en la lucha interna por obtener la candidatura de MORENA a la presidencia de la República, estuvo signada -desde el pasado lunes hasta ayer- por el protagonismo de Marcelo Ebrard.

El canciller que renuncia al cargo a partir de hoy, doce de junio, presionó y generó la asamblea celebrada la víspera por la dirigencia nacional morenista con el resultado de acuerdos muy específicos sobre las reglas del juego a que se deberán ceñir las corcholatas.

Se debe a Ebrard la instrucción a los seis contendientes para renunciar a sus cargos públicos a más tardar el 17 de junio.

Si bien no habrá debates como lo pidió, Marcelo plegó al presidente López Obrador -nadie lo había logrado durante lo que va del sexenio- para reiterar su separación del proceso de sucesión.

AMLO ha ratificado su respeto al resultado de las encuestas, cuyas características fueron definidas ayer mismo y se acercan -al dar participación directa a los aspirantes en la elección de empresas demoscópicas- al piso parejo exigido por Marcelo Ebrard.

(2)

Esta semana volvió a quedar claro Ebrard no es el "gallo" de AMLO pero sí representa la única -y muy fuerte- figura capaz de colocar a la 4T contra la pared.

Un pequeño incremento en el tono del casi ex canciller, generó durante una semana lo que la oposición política del país ha sido incapaz de conseguir a lo largo de casi cinco años: trepar a su propio ring a don Andrés Manuel López Obrador.

A partir del anuncio de la renuncia a su cargo por parte del secretario de Relaciones Exteriores y la serie de sucesos al más alto nivel de la política nacional -incluida la cena post elección en el Estado de México y Coahuila- se demostró el temor de López Obrador por un resquebrajamiento en MORENA.

Para el presidente la pugna no es sólo por la silla presidencial sino por la continuidad o abandono al plan de un cambio de régimen y de sistema político.

Incluso, si MORENA llegase a ganar la presidencia el año próximo, si no logra obtener la mayoría absoluta en el Congreso, la 4T quedaría coja, y ya sin AMLO al frente prácticamente quedaría muerta al no haber condiciones para las Reformas Constitucionales que un sexenio no alcanzó para concretar; entre ellas la judicial, la electoral, la de seguridad; amén de los ajustes macroeconómicos y las mega obras.

Todos, son temas torales en la transformación del Estado mexicano que AMLO se propuso luego de su triunfo en el 2018.

Cambio de régimen y sistema político son conceptos difíciles de entender y captar desde la perspectiva popular, pues aluden a estructuras de Estado nunca abordadas con un lenguaje directo y digerible por parte del presidente.

El discurso cotidiano presidencial se fundamenta en la chabacanería, en el doble lenguaje, la burla, el albur, a fin de alimentar adeptos a quienes la temática intelectual no les interesa y menos cuando tienen frente a sí la necesidad de atender problemas básicos de sustento que -consideran- el gobierno actual resuelve o ayuda a paliar.

(3)

Marcelo Ebrard sacudió a López Obrador porque -a diferencia de Claudia Sheinbaum y Adán Augusto López- no sólo es testigo directo de la apuesta a un cambio de régimen y sistema político impulsada por AMLO, sino que maneja su propio andamiaje de poder.

Desde su experiencia política personal -es un auténtico todoterreno- Ebrard maneja su propio concepto de Estado.

Es dueño de un discurso de poder de su autoría y ha establecido durante décadas relaciones dentro y fuera del país con las fuerzas que simpatizan o chocan con su hoy némesis: el hombre que ocupa la silla que él busca.

El presidente está consciente que Marcelo nada solo y por tanto no necesita de sus vejigas; más aún: López Obrador ubica la tendencia de triunfo de Claudia en la lucha por las encuestas como un escenario menor frente a la lucha electoral de amplio espectro que serán los comicios federales del 2024.

Un eventual enfrentamiento de Sheinbaum vs Ebrard, el año próximo, implicará la guerra entre MORENA y todos aquellos partidos y sectores de la sociedad mexicana rivales de AMLO, ajenos a su control, enemigos de su continuidad y/o de sus ideas sobre el futuro de México.

La oposición no cuenta con figura alguna capaz de enfrentar a MORENA durante la lucha sucesoria; su único David para enfrentar a Goliat es Ebrard.

Marcelo es dueño de un cuerpo propio, es capaz de mover a miles que se convertirían de un momento a otro en cientos de miles sólo como consecuencia de su renuncia, del recorrido que hará por el país.

Paralelo al tema de las encuestas, Marcelo Ebrard podrá demostrar durante las próximas semanas que el morenismo no es inalcanzable y el obradorismo tiene fecha de caducidad.

Una muestra de ello se ubica en la suma de votos a favor del PRI en el Edomex y Coahuila el pasado 4 de junio, donde apenas 1.5 % lo separó de los votos alcanzados por MORENA.

(4)

Aún veo el proceso de las encuestas como un mecanismo manipulable y construido a modo de disfraz del dedo presidencial pro Claudia Sheinbaum o Adán López como plan "b"...

En septiembre conoceremos el nombre del candidato (a) morenista.

Si Marcelo Ebrard está participando de este proceso bajo la idea de "perder con dignidad" y negociar un final decoroso de su inteligente carrera política, estaremos ante un capítulo penoso de la histórica democrática en el país; cuando el único David frente al Goliat de Macuspana "se rajó" antes de tocar la piedra...

Por el contrario, si Marcelo Ebrard está participando de este proceso bajo la idea de ganar o perder en buena lid sin negociaciones de por medio más allá de la demostración contundente de un juego limpio y parejo, estaremos ante una muestra de avance en la democracia mexicana.

(5)

¿Hay un tercer escenario?

Sí.

La historia reclama un avance democrático fundamentado en el cambio de régimen y sistema político propuesto por AMLO en el 2018 pero imposible de obtener en un sexenio, por lo cual se requiere de la continuidad durante seis años más.

Ese avance democrático no se puede lograr sin las reglas democráticas.

Por lo tanto, Marcelo Ebrard y Andrés Manuel López Obrador resultan los protagonistas de una condición Sine Qua Non, sin la cual el país no avanzará: un relevo presidencial democrático.

Las encuestas no garantizan la transparencia obligada.

Si Marcelo Ebrard es derrotado vía las encuestas y entierra su futuro político, le habrá fallado a la historia.

Si Marcelo Ebrard es triunfador en las encuestas y resulta candidato de MORENA, AMLO habrá demostrado un rostro hasta hoy totalmente ajeno a su perfil como dueño del poder: ser demócrata.

Si Marcelo es derrotado en las encuestas -por las buenas o por las malas- y toma la determinación de cerrar su carrera política en la lucha desde las urnas, gane o pierda en el 2024 será recordado como el David mexicano del primer cuarto del siglo XXI.

De paso, al encabezar el único frente político capaz de enfrentar al Goliat guinda, provocará un equilibrio entre los poderes: un Congreso sin mayorías absolutas y un Poder Judicial a salvo de reformas funestas.

(6)

Ante un escenario así, gane quien gane el primer domingo de junio del año venidero, la lucha por instaurar un nuevo régimen y sistema político habría de continuar.

De otro modo, el país estaría repitiendo graves errores del pasado.

VARIA

Este domingo se inauguró la coordinación del Movimiento Progresista en Acayucan. La encabeza el diputado Marco Antonio Martínez Amador. Llegaron legisladores, la dirigencia estatal y nacional de la organización y gente la región. Hay músculo pro Marcelo Ebrard en el sur.

Prevencion trata de personas en Veracruz

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