VERONICA ARRIOLA/Orizaba, Ver., 7 de septiembre de 2022. A 10 años de la desaparición de Fernanda Rubí Salcedo Jiménez, integrantes del Colectivo cobijaron a quien desde ese tiempo emprendió una incansable lucha por encontrar a su hija; se realizó a través de una ceremonia de paz que fue encabezada por el presbítero Julián Andrés Verónica Fernández.

Fue alrededor de las 18:15 horas cuando inició esta ceremonia en la que llevó a cabo la lectura del evangelio de San Mateo capítulo 5 y más tarde emitió emotivo mensaje orientado a la esperanza y la fe de todos los asistentes que también están en la búsqueda de un ser querido desaparecido a los cuales los puso como ejemplo de luz, el cual posteriormente fue entregado a través del símbolo del cirio.

"Ustedes nos han obligado a la sociedad a voltear A dónde No queríamos voltear ustedes son luz y no se han podido meter debajo de un cajón y aunque mucho eso han querido, ustedes han seguido siendo luz, ustedes han seguido siendo sal, ustedes han seguido siendo de estos pobres que habla el evangelio que están dispuestos a seguir dando la vida porque como dice: la lucha por un hijo no termina y una madre nunca olvida".

Al hacer uso de la voz Araceli Salcedo Jiménez enmedio del sentimiento del dolor por no saber nada de su hija ausente expresó cómo el paso del tiempo ha sido testigo de este dolor indescriptible que prevalece en su corazón de su familia.

"La vida es diferente desde hace 10 años, el dolor en la familia sigue a flor de piel, las lágrimas siguen frescas a pesar del tiempo, en mi mente guardo tu aroma, en mi corazón tu esencia y en mi lucha tu presencia. Aún recuerdo los primeros instantes de este peregrinar. Los minutos se hicieron horas, contábamos más y más días sin ti y esos días se convirtieron en años. Es como si la tierra te hubiera tragado aquel 7 de septiembre del 2012. Desde el primer día este infierno me empezó a quemar. La incertidumbre arde y después del ardor queda el dolor que va matando poco a poco. Desde ese primer día me pregunto: ¿dónde estás mi niña?, ¿Dónde Estás Rubí?“.

Agregó que la incertidumbre sigue latente porque no saben cuánto más tendrá que esperar para lograr dar con su paradero, "tus hermanos preguntan por ti, tus sobrinos quieren encontrarte y poder conocerte. Desde aquel 7 de septiembre en cada lágrima va una pregunta y cada latido de mi corazón es un paso que doy en esta búsqueda. Tú, Rubí, eres el motivo principal de lo que ahora soy".

Subrayó que esta lucha que inició su "negrita" como cariñosamente la llama y a la que poco a poco se han ido sumando más familias, más corazones con el mismo dolor y con el mismo anhelo: encontrarlos a todos.

"Hija, no he parado de buscarte, mi garganta se desgarra en cada marcha. He sido fuerte de día, pero débil por las noches al ver tu recámara vacía. La ausencia de tu voz es un golpe constante que no deja marca física, pero si una herida en mi alma. Pero sigo siempre de pie, por ti y hasta encontrarte. Rubí, las lágrimas son demasiadas, pero a la vez insuficientes".

Salcedo Jiménez insistió que a pesar de haber transcurrido 10 años de impunidad, dentro del dolor, han hecho frente a la indiferencia de las autoridades, han sido partícipes en la creación de leyes, en ayudar a más personas que viven este infierno y un camino lleno de peligros, de miedos, pero siempre de pie y de frente a lo que venga.

Acotó que con el paso de los años, la espera se convirtió en búsqueda, y en una familia que hoy se puede llamar: Colectivo Familia de Desaparecidos Orizaba-Córdoba, mientras que el dolor sigue, ese no se borra, pero es ese dolor el que la empuja, el que da valor y el que mantiene la esperanza de tenerla de vuelta en casa.

"Diez años de lucha, diez años de exigir, diez años sin ti, y esta frase es por ti, creada con amor y esperanza, es la energia de mi día a día, porque la lucha por un hijo no termina y una madre nunca olvida”.

Al finalizar la ceremonia se llevó a cabo el pase de lista de todas aquellas personas que se encuentran reportadas como desaparecidas y registradas en el Colectivo, así como de aquellas que ya han sido localizadas inhumadas clandestinamente y quienes ya han sido entregadas a sus familiares además de gritar las consignas que realizan en cada marcha "porque vivía se los llevaron, Vivos los queremos".