Verónica Arriola/La Perla, Ver., 12 de diciembre de 2022. El Obispo de la Diócesis de Orizaba, Eduardo Cervantes Merino en el marco de la festividad en honor a la Virgen Santa María de Guadalupe, criticó que México se haya convertido en "expulsor" de mano de obra hacia otros países debido a las faltas de oportunidades laborales, no obstante que son hombres de bien que buscan mejorar su calidad de vida abandonando sus tierras para trabajar en otras.

"Muchos jóvenes han tenido que emigrar, que vergüenza que haya un país que expulsa a su mejor potencial de transformación porque no hay oportunidades, oramos por ellos porque hay muchos jóvenes que buscan el bien. Oramos también por muchos campesinos, por muchos hermanos que a través del follaje y el trabajo sencillo de cada día confía en María".

De la misma forma elevó una oración por los enfermos y aunque son muchos, algunos por la devoción acudieron hasta la parroquia y otros siguen depositando su fe en la patrona de los mexicanos desde su hogar.

"Oramos también por los enfermos hoy tenemos dos signo de la gratitud y de la confianza incluso en los momentos más complicados pero sin lugar a dudas, también tenemos más en casa que están en el barrio y nos dan testimonio.

Dijo que es necesario evitar las descalificaciones y dejar de verse loa demás como enemigos o adversarios porque hay gente que cultiva esto en el corazón de muchos mexicanos es por ello que la virgen les recuerda que todos son sus hijos y a todos los quiere, con una vida digna y los anima para descubrir los que lo que son: hijos de Dios.

Es importante destacar que tras dos años de pandemia por Covid-19 en la que las restricciones impidieron que hubiera concentraciones masivas, nuevamente se logró observar a los padres de familia que con alegría llevaron a sus "Juan Dieguitos y Marías" a la iglesia para dar gracias a Dios por los favores y presentarlos para que los cuiden en este escenario que se vive en la que la necesidad y la inseguridad siguen prevaleciendo y se busca un momento de consuelo y esperanza para que sus respectivas familias sean protegidas por su manto.

Los niños acudieron vestidos tradicionalmente con sus huarachitos, sombreritos y sus bigotes, portando la imagen de la Virgen de Guadalupe, generándose así también una reactivación económica para los comerciantes de este giro.