Patricia Aguilar Pardo/Veracruz, Ver. 14 de enero del 2018.- El cierre de algunos centros de reunión de Alcohólicos Anónimos, AA, en la ciudad no deriva por la falta de recursos económicos para su funcionamiento, sino por la incapacidad de los integrantes de reconocer que padecen una enfermedad y que está en sus manos controlarla.
Las recaídas entre sus miembros son frecuentes al inicio, pero es la falta de voluntad lo que permitirá que salga delante de esta enfermedad que no conoce nivel social o sexo y que cada vez permea más entre los jóvenes y en algunos casos niños.
Y es que dinero que se gastaban anteriormente en el consumo de alcohol ahora lo destinan para pagar la renta y luz del inmueble en donde sesionan.

"El dinero que anteriormente utilizábamos para comprar alcohol o droga es mínima en mantener un grupo, un grupo se mantiene con poco, por eso no se cierran los grupos, los grupos se cierran por desconocimiento o falta de aceptación de la enfermedad o a veces se abren otros grupos por resentimiento, porque no están de acuerdo en cómo se lleva y por eso ese nuevo grupo fracasa".
Los gastos de operación de un centro de Alcohólicos Anónimos oscilan entre los tres mil y cinco mil pesos mensuales, los cuales son absorbidos en su mayoría por los integrantes de mayo antigüedad, también llamados de Conciencia.
"En nuestro grupos somos seis de Conciencia y gastamos cada uno 500 pesos al mes y es una vida maravillosa porque me los gano en un día o dos con mi trabajo de albañil, antes posiblemente ganaba yo más pero me lo gastaba en el alcohol".
Este día se cumplen 20 años de la organización "Nacido Nuevo" por tal motivo realizarán una serie de festejos durante el presente año.