Rocío Rivera Méndez/Veracruz, Ver.- Lo que parecía una manifestación más de trabajadores del SAS dejó en evidencia a la misma lideresa Angélica Navarrete cuando un grupo reducido de hombres se lanzaron hacia la puerta de acceso al Palacio Municipal de Veracruz, desprendiéndola de un lado, para subir a la planta alta.
Esta acción fue el inicio para que cada vez más trabajadores hicieran desmanes en protesta porque el Sistema de Agua y Saneamiento ha sido declarado extinto por insolvencia financiera.
Minutos antes, en entrevista, la dirigente Angélica Navarrete declaraba que se hacían a un lado al quedar despedidos. Aún más, agregaría que no aceptarían los cheques de liquidación y demandarían por despido injustificado.
Esa misma tesis destacaría en su discurso al hacer uso del micrófono, frente a sus agremiados en el Zócalo de la Ciudad.
Pero mientras ella hablaba de lo que considera un golpe al trabajador, un grupo de éstos empujó el portón de madera que da hacia el zócalo mientras otros gritaban que no lo hicieran y mas aun, que se bajaran cuando ya vieron que los primeros habían alcanzado a subir a la planta alta. Fueron escasos minutos que estuvieron arriba, mientras la puerta que da hacia el privado de la Presidencia Municipal se mantenía cerrada, ignorándose si se encontraba el alcalde, aunque sí había empleados trabajando en esa área.
Gritando insultos y consignas hacia las autoridades municipales, los trabajadores mostraban su enojo y la dirigente seguía en su discurso señalando que muchas familias se estaban quedando sin empleo, a pesar de que existe la oferta de recontratación, cuando se observa desde la parte alta del zócalo, el movimiento de varias personas que se acercaban al Palacio municipal con bolsas donde traían huevos, iniciando con ello la andanada de “huevazos” hacia el histórico edificio.
Claras y yemas con cascarones se esparcían en las paredes, ventanales, escalera y pasillos del emblemático inmueble, mientras a gritos insultaban a las autoridades.
El mismo reducido grupo se trasladó al otro acceso, el que da hacia la Fototeca Juan Malpica Mimendi para intentar entrar, pero no lo lograron, y no fue porque hubiera vigilancia policiaca, toda vez que aquí fallaron las autoridades de Gobernación al no prever una situación así, sino que fue un hombre del mismo sindicato el que se encargó de disuadir a los enardecidos trabajadores de no incurrir en la violencia, procediendo a retirarse para ir hacia el otro acceso, el que da a Zaragoza, aunque ya estaban llegando dos patrullas de la Policía Estatal.
En estos dos últimos accesos los manifestantes lanzaron insultos a la autoridad municipal.
Mientras tanto, el discurso de Angélica Navarrete seguía, y en una parte de éste dirigió su mensaje al alcalde de Veracruz expresando “Vamos a ver si en verdad está a prueba de balas, podrá estar a prueba de balas pero no de ustedes ...hoy fueron huevos, después serán papas podridas, chayotes... no tendrá paz”, diría en su discurso.
Durante esta manifestación también hubo agresión verbal hacia los periodistas ahí presentes, y fue precisamente cuando capturábamos las imágenes de los daños ocasionados a la puerta y al edificio, lo que motivó los gritos de algunos trabajadores : “Eso sí lo van a decir, vendidos, prensa vendida”, gritaban. Posteriormente Angélica Navarrete en su mensaje daría su agradecimiento a los medios de comunicación que han dado seguimiento al caso SAS pero enfatizando que hubo algunos “que al parecer no fueron a la Universidad o no cursaron la materia de Etica” porque llegaron a tergiversar todas sus declaraciones”, diría en altavoz para luego anunciar que a partir de ese momento ya no daría declaraciones a la prensa y seguiría todo el proceso por la via legal.
Finalmente la polémica dirigente invitó a los medios de comunicación a trasladarse a la Planta de El Tejar, porque, señalaría, “está la Fuerza Civil ahí presente” .
Partiendo desde el zócalo, unos en motos, otros en taxis, otros más en camiones Díaz Mirón, los trabajadores desalojaron el zócalo, mientras unos más se quedaban en el camino pues resignados, dirían que “necesitamos un aditivo pues total, ya nos despidieron”, poniéndose de acuerdo a qué bar irían.
Ya en El Tejar, se vería la presencia de familiares de trabajadores que con palos en mano dijeron que no permitirían el acceso de otros empleados a operar la Planta que suministra a más del 75 por ciento de la población de Medellin, Veracruz y Boca del Río, lo que dejará sin agua a miles de habitantes.