Pachuca de Soto, Hgo.- A través de la conferencia "40 años garabujeando: garabatos, ilustraciones y dibujos", el embajador de la FILIJ, Mauricio Gómez Morín, junto con el presidente de la Feria Universitaria del Libro (FUL), Marco Antonio Alfaro Morales y de la coordinadora Martha Lorena Sánchez, se dio por inaugurada la III IlustraFUL, actividad que promueve el enriquecimiento e intercambio para estudiantes y profesionales de la ilustración, diseño, artes visuales, fotografía, comunicación y todo lo relacionado a las artes gráficas y visuales mediante talleres, conferencias y tareas afines a la cadena del libro.
Al señalar que la FUL, organizada por la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo (UAEH), gracias a su Patronato y al apoyo de la Secretaría de Cultura (antes Conaculta), es el festival cultural más importante de Hidalgo, su presidente Marco Antonio Alfaro Morales, hizo hincapié en la necesidad que ha tenido la FUL durante su desarrollo de profesionalizar todo lo relacionado con la cadena del libro y se congratuló por la presencia del connotado ilustrador Gómez Morín.
"Es un honor que esté con nosotros participando el maestro Gómez Morín. Todo este escenario creado a través del desarrollo de la FUL, es en el que se ha ido sumando todo lo relacionado al ámbito del diseño, de la ilustración, y por eso es gratamente significativo que venga a compartirnos, como una clase más, su gran experiencia. Su presencia es un espaldarazo y es un importante impulso al espacio de la IlustraFUL", agregó Alfaro Morales.
Mauricio Gómez Morín, al presentar su conferencia, comenzó aclarando: "Yo no inventé el nombre de garabujeadores, sino porque hago garabatos y dibujos fue mi hija. Básicamente traigo una presentación de distintos libros y proyectos de ilustración que he realizado a lo largo de estos años para compartirlos con ustedes. Yo quisiera decirles cómo se torció mi vida en el noble acto de ilustrar libros infantiles. Estudié grabado en La Esmeralda, fui mal estudiante, la dejé en tercer año, me dediqué a vagar y a dibujar".
Dijo que tenía ensoñaciones artísticas de grandes triunfos y no pasó nada de eso y "de repente alguien me dijo que hiciera dibujos para libros infantiles", entonces Gómez Morín pensó "que cómo él, un gran talento joven, va a dibujar libros para niños, pero la necesidad era muy grande y, pues ni modo", reveló entre las risas de los jóvenes asistentes.
"Y bueno pues desde hace 40 años para mí ha sido no sólo un modus vivendi, sino un diálogo, aunque es un oficio muy castigado. Yo desde entonces vengo pintando e ilustrando libros y he logrado establecer un diálogo en estos dos ámbitos de mi quehacer", añadió.
Y ese diálogo comenzó cuando alguna vez conversando con el escritor Juan Villoro, "con el que nos conocemos desde preparatorianos. En ese entonces había ido a Europa en un barco mercante mexicano, trabajando para llegar a Europa, iba para oír a un grupo de música que se llamaba Pink Floyd, iba a un concierto y yo andaba también para allá y nos encontramos", contó.
Pues esto viene a cuento porque Juan le dijo una vez que el caso de un pintor es que trabaja en un monólogo, "trabaja sólo, piensa, pinta y se alucina, dramatiza y expresa todas sus vivencias en su obra a solas, sólo cuando expone establece una comunicación con el público. En cambio el trabajo del ilustrador es un trabajo de diálogo, primero dialoga con una historia, luego con la técnica; luego con el libro, con el diseño, luego con el editor, --pero no es diálogo, sino discusiones--, y al final de la línea establece un diálogo con el lector y ahí se cierra el círculo virtuoso de la lectura", comentó para aclarar cómo y por qué se decidió a ser ilustrador.
"Entonces, no existía una carrera de ilustrador, y todavía hoy en día, falta en el ámbito académico que se le dé importancia al talento que hay en México en este renglón. Ahora que he viajado mucho este año, he encontrado muchísimos ilustradores. En México, si levantas una piedra, salen una araña, y muchísimos ilustradores", bromeó.
Dijo que los espacios donde hay ilustración se cubren como materia en las carreras de "diseño trágico", perdón, diseño gráfico, y yo estoy en esta lucha de que se abra esto como una carrera, porque ahora con esto de las tecnologías es una herramienta de las artes visuales.
Gómez Morín comentó que generalmente ha trabajado en libros de literatura, de ficción, que es una parte muy bonita, muy creativa; pero que también trabajó muchos años ilustrando libros de texto, "y este es un ámbito como menospreciado, pero es muy importante, es fundamental profesionalizarlo, porque luego se les llevan a los niños libros muy feos, mal diseñados y que los alejan de la lectura y de los libros".
El embajador de la FILIJ mostró al auditorio portadas e ilustraciones de los libros en que ha participado y agradeció a Francisco Hinojosa, embajador que lo antecedió en el encargo, pues uno de los primeros libros que Gómez Morín ilustró fue de la autoría del también ilustrador y escritor.
Gómez Morín ha sido calificado por las mismas editoriales como uno de los mejores ilustradores que hay en México, pues además ha impartido clases en la Universidad Autónoma Metropolitana, plantel Xochimilco, en las asignaturas de dibujo, serigrafía, ilustración y grabado. Ha sido ilustrador de la revista Letras Libres.
Sus colaboraciones se han publicado en La Jornada, Reforma, Excélsior y en la revista Y; en varias editoriales mexicanas como el Fondo de Cultura Económica y en la colección Los Libros del Rincón de la Secretaría de Educación Pública, de tal modo que su andar como grabador ha llenado de esa estética libros que han llegado a las manos de niños cuyo único acceso a un libro es gracias a los libros de texto.
Así, entre diapositiva y explicación de los porqués narró porqué decidió la técnica para ilustrar y luego generar una obra plástica de caballete (o grabado); el ilustrador se congratuló de que la Feria Universitaria del Libro (FUL) abra espacios para poder establecer ese otro diálogo con las nuevas generaciones para que la cadena del libro prevalezca.