Ciudad de México, 27 octubre, 2020 (IICA).- Para potenciar y ampliar los beneficios del impacto social del sector de la caña de azúcar en Veracruz, es indispensable lograr una mayor articulación sectorial y considerar este sistema producto en un contexto de desarrollo territorial con la formación de clusters y una visión de largo plazo, señaló el Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA).
Al presentar en conferencia de prensa virtual las conclusiones de las mesas de trabajo de la Agroindustria de la Caña de Azúcar para la entidad, José Luis Solleiro, investigador del Instituto de Ciencias Aplicadas y Desarrollo Tecnológico de la UNAM y consultor del IICA expuso las recomendaciones a las que llegaron especialistas, líderes sociales, productores, legisladores y representantes del gobierno, para potenciar la producción en el estado de Veracruz.
Entre ellas, explicó Solleiro, es fundamental lograr una mayor articulación de la cadena de valor para lo cual será necesario contar con nuevas estrategias y homologar criterios, así como buscar esquemas de financiamiento novedosos y flexibles, realizar investigaciones y desarrollar tecnología
También, dijo, es importante considerar este sistema producto en un contexto de desarrollo territorial que incluya la formación de clusters productivos, con visión de largo plazo, así como una política industrial en la que se establezcan incentivos a la inversión privada e instrumentos específicos para propiciar proyectos innovadores.
El proyecto del corredor interoceánico del Istmo de Tehuantepec es una oportunidad para aprovechar la inversión en infraestructura y los incentivos que se establecen para la creación de estos agrupamientos industriales alrededor de la caña de azúcar, señaló.
“No hay que olvidar que el negocio de la caña es de volumen, por lo que un pequeño productor tiene un ingreso marginal. Este problema requiere medidas de compensación para las siguientes zafras e incentivos para la producción”.
Solleiro destacó que el proyecto del corredor interoceánico del Istmo de Tehuantepec es una oportunidad para aprovechar la inversión en infraestructura y los incentivos que se establecen para la creación de estos agrupamientos industriales alrededor de la caña de azúcar
Diego Montenegro, Representante en México del Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA) resaltó que durante los últimos cinco años, el estado de Veracruz ha destacado como principal estado productor y con mayor superficie cultivada de caña de azúcar, seguido por Jalisco, San Luis Potosí, Oaxaca y Tamaulipas.
Esto, ha permitido que la producción total de azúcar en el estado superara las 2.4 millones toneladas para la zafra 2018-2019 lo que contribuyó con un 38.8% del volumen total nacional.
Explicó que en la entidad se produce azúcar refinada, estándar y, en menor cantidad, blanca especial y en lo que corresponde a la de azúcar tipo mascabado 91.6% de la producción nacional es de Veracruz.
El desarrollo de mercados emergentes para producir electricidad o biocombustibles es una alternativa, pero la reconversión de ingenios requiere inversiones importantes: estudios y proyectos, destacó Montenegro.
El Ingeniero Javier Fernández Morales, encargado del Despacho de le Representación de la SADER en Veracruz, resaltó que la cadena de valor de la caña de azúcar involucra desde la proveeduría de insumos, maquinaria, esquipo y servicios profesionales en el cultivo de caña, hasta la producción de azúcar por parte de los ingenios y su posterior comercialización hacia la industria azucarera, alimentos y bebidas, por lo que su beneficio social es muy amplio.
El IICA presentó recientemente al sector agroindustrial de la caña de azúcar de México las conclusiones de las mesas de trabajo para integrar una agenda intersectorial, con un amplio consenso sobre la urgencia de realizar acciones conjuntas de investigación, desarrollo de tecnología, acceso a financiamiento y la creación de nuevos mercados.
Los participantes hicieron un amplio reconocimiento al liderazgo del IICA para la realización de las mesas y la integración de las conclusiones en una agenda que se pueda implementar en beneficio de todos los involucrados en la cadena.