Ciudad de México .- Más del 40% de las especies que se venden en pescaderías y restaurantes de Guadalajara, Mérida, Ensenada y Tijuana son sustituidas por otras especies que en muchas ocasiones son de menor precio, calidad y valor nutricional, de acuerdo con la segunda edición del estudio #GatoXLiebre que realiza Oceana.
La sustitución más común ocurre con especies como el Huachinango, que a menudo es suplantado por la Basa, un pescado de mucho menor precio y con características nutricionales inferiores.
Los resultados revelan que el Marlín, el Huachinango y la Curvina son los productos marinos “maestros del disfraz”, pues son sustituidos al 100, 88 y 53 por ciento, respectivamente, en las ciudades de la muestra: Ensenada, Guadalajara y Mérida.
“#GatoXLiebre nos provee una radiografía del panorama y las afectaciones que se producen con la práctica de la sustitución en la cadena de valor del pescado en México; siendo los consumidores uno de los más perjudicados, ya que tienen que pagar por especies que no son las que están consumiendo. En Oceana apoyamos con este estudio para proponer soluciones que impliquen la participación de la industria pesquera y las autoridades del sector”, afirmó Renata Terrazas, Directora Ejecutiva de Oceana.
Un kilo de Robalo o Huachinango puede llegar a los 490 o 412 pesos, respectivamente, cuando en realidad se obtiene Tilapia, cuyo precio de venta original es de 68 pesos por kilo. Lo mismo pasa con la Cabrilla cuyo costo por kilo es de 495 pesos y se sustituye para su venta por Basa con un precio de 80 pesos por kilo.
Para los pescadores la suplantación de especies les genera afectaciones económicas graves, debido a que se vende pescado de origen asiático como, el Basa y la Tilapia, como si fuera producto nacional. Es difícil competir en el mercado con productos importados, ya que sus costos de producción son considerablemente menores.
Además, la pesca artesanal en México ofrece una gran variedad de pescado de buena calidad, precios accesibles y valor nutricional, que pueden cubrir la demanda y entrar al mercado de manera competitiva.
“Esta práctica perjudica gravemente nuestros bolsillos, ya que, de acuerdo con el estudio de Oceana, en ocasiones la diferencia de precio entre la especie sustituida y la sustituta llega a ser de 700%. Como consumidores tenemos derecho a recibir el producto por el que pagamos”, acusó Mariana Aziz, Directora de Campaña de Transparencia.
Este engaño a los consumidores también afecta la salud de los mares y se contrapone con los esfuerzos de conservación de algunas especies. Por ejemplo, el Marlín o Cabrilla que se vende en algunos lugares es en realidad tiburón Mako, una especie en peligro de extinción, de acuerdo con la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN).
Oceana, la mayor organización internacional dedicada exclusivamente a la protección de los océanos, propone una política de trazabilidad de los productos pesqueros, con la que podríamos rastrear el camino que recorre un pescado para llegar a las mesas de los consumidores, también conocido como cadena de valor.
“Esta política nos permitirá tener información clara en cada etapa e identificar en qué parte de la cadena de valor se está haciendo más común la práctica de la sustitución y poner manos a la obra.
Hoy en día, hay muchas personas y pasos que forman parte de la cadena de valor. Una buena trazabilidad nos ayudará a tener la certeza de que estamos consumiendo el pescado que nos vendieron y que el producto es resultado de la pesca legal”, afirmó Aziz.
Actualmente Oceana trabaja con Conapesca para que el rastreo de las especies pesqueras sea una realidad, al ser parte de un Grupo de Trabajo Técnico en el cual se elabora un Proyecto Normativo que está en una etapa temprana del proceso de aprobación de la Norma Oficial Mexicana (NOM) de trazabilidad.
Metodología
Para llevar a cabo el estudio #GatoXLiebre, se recolectaron 174 muestras que pudieron ser identificadas genéticamente de pescaderías y restaurantes en cuatro ciudades de México, de las cuales 57 muestras provenían de Tijuana-Ensenada (muestreo conjunto), 62 de Guadalajara y 55 de Mérida.
Se muestrearon pescados vendidos con los siguientes 10 nombres comerciales: Marlín, Mero, Dorado, Robalo, Sierra, Huachinango, Atún, Mojarra, Lenguado y Curvina. Adicionalmente, se tomaron muestras de algunos nombres comerciales típicos de cada localidad ya que en Ensenada-Tijuana se incluyó el Jurel y en Mérida el Esmedregal y el Chac-chi.
Para más información sobre el estudio te invitamos a visitar: www.gatoxliebre.org