CIUDAD DE MEXICO.- Durante los últimos 50 años se han formado mil 697 ciclones tropicales, 34 en promedio por año, de los cuales 867 se originaron en la cuenca del Pacífico Nororiental y 830 en la del Atlántico. De estos, 270 —es decir 15.9%— impactaron en algún punto de las costas mexicanas, 170 por el Pacífico y 100 por el Atlántico.
Del total de ciclones tropicales originados en los últimos 50 años, 17% impactaron en Baja California Sur (46); 13.3% en Veracruz (36); 12.2% tanto en Sinaloa (33) como en Quintana Roo (33); 8.9% en Tamaulipas (24), y 6.7% en Sonora (18).
Esta alta incidencia de impactos de ciclones tropicales se debe a que México se ubica en el área de influencia de cuatro importantes áreas generadoras de dichos fenómenos: el Golfo de Tehuantepec, la Sonda de Campeche, el oriente del Mar Caribe y el Atlántico.
Además, los ciclones tropicales con trayectorias que inician en la región de las islas Cabo Verde, ubicadas al noroeste de África, pueden atravesar el Océano Atlántico y el Mar Caribe hasta impactar las costas orientales mexicanas.
Dentro de estos 50 años de intensa actividad ciclónica, sumando los sistemas del Pacífico Nororiental y el Atlántico, 2020 es el año en el que más ciclones tropicales se han formado, con 52, seguido por 2005, con 47, y 1978, con 42 sistemas.
De acuerdo con las cifras de 1971 a 2020, en los meses de septiembre se han formado 99 sistemas, es decir, 36.7%. Le siguen los octubres, con 69, que representan 25.6%.
En septiembre y octubre se da la transición de verano a otoño, y se presentan frentes fríos y masas de aire frío provenientes de Estados Unidos y Canadá. Al chocar con un ciclón tropical, provocan que las trayectorias de estos se vuelvan erráticas, e incluso se estacionen por varios días, provocando daños severos a las poblaciones. En tanto, al chocar con las montañas de la Sierra Madre Oriental, los ciclones ocasionan fuertes escurrimientos, incremento de caudales en los ríos e inundaciones.
En la etapa final de la temporada de ciclones tropicales, el suelo está saturado y susceptible para deslaves, muy comunes en las zonas montañosas del oriente, sur y sureste del país, por lo que se exhorta a la población a mantenerse informada sobre las condiciones meteorológicas y atender cualquier llamado de las autoridades de Protección Civil.