Ciudad de México.-Lego vende bloques de construcción fabricados en México a Estados Unidos. Y pese a las señales procedentes de la Casa Blanca, el máximo responsable del fabricante de juguetes más lucrativo del mundo dice que no hay razones para esperar una crisis en las relaciones comerciales, porque no se sabe si el presidente estadounidense, Donald Trump, cumplirá realmente con sus amenazas.
"No vemos señales de que tengamos que hacerlo en este momento", dijo a Bloomberg el máximo responsable de Lego, Bali Padda.
Trump ha dicho que impondría un “impuesto de ajuste en la frontera" como una manera de alentar a las empresas a mantener la producción en Estados Unidos. Pero no está claro si se trata de un aumento de los aranceles, o un impuesto a las empresas que reubican su producción fuera de Estados Unidos.
No es el único que trata la retórica de Trump con cierto grado de aprehensión. El gobierno del país natal de Lego, Dinamarca, ha expresado una opinión similar. El ministro de Relaciones Exteriores de Dinamarca, Anders Samuelsen, dijo que los exabruptos de Trump en Twitter no pueden considerarse un sustituto de cualquier proceso legislativo que debería tener lugar para que ocurran cambios reales.
Samuelsen ha dicho que la diplomacia entre bambalinas indica que el orden mundial no se verá tan radicalmente alterado como podrían sugerirlo los pronunciamientos de Trump.
Padda, que tomó el lugar de Jorgen Vig Knudstorp como máximo responsable en enero, dice que temer lo peor se basa sólo en "la especulación del momento. Preferimos esperar a ver qué pasa”.
Aun sin una guerra comercial, Lego ya está enfrentando desafíos en Estados Unidos, su mayor mercado. En medio de la creciente competencia, los ingresos del fabricante de juguetes se estancaron en 2016, marcando la primera vez "en muchos años" que Lego no registró crecimiento en EU, dijo Padda.
En 2015, las ventas estadounidenses de la compañía crecieron en términos de un porcentaje de "dos dígitos". Lego, una empresa de capital cerrado, no publica un desglose exacto.
Los dos mayores rivales globales de Lego: Hasbro y Mattel, son ambos estadounidenses. Para seguir siendo competitiva en EU, la empresa danesa en 2015 dio a conocer planes para ampliar su fábrica de Monterrey, en México -su única unidad de producción en el continente americano— agregando allí 3 mil puestos de trabajo.
Mantener los costos de producción bajos es fundamental si Lego pretende seguir siendo una empresa competitiva.
Nuestra ambición es crecer más allá de la industria del juguete
Este objetivo incluye una presencia significativa en la segunda economía más grande del mundo, que Trump ha criticado por mantener barata su moneda.
"Nos estamos centrando mucho en China y seguiremos haciéndolo", dijo Padda. "Crecimos desde el punto de vista de las ventas al consumidor entre un 25 y un 30 por ciento en China el año pasado".
Para Lego, una cuestión más urgente que una posible guerra comercial es cómo responder a la revolución en el comportamiento del consumidor. Las compras online son el futuro y los minoristas que no se preparan enfrentan un futuro sombrío.
"Con el comportamiento cambiante de los compradores, nos hemos centrado bastante en el comercio electrónico", dijo Padda. Lego está "trabajando con nuevos socios en esa área".
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