Ciudad de México.- La jornada electoral de 2018 será la más cara en la historia de México, pues los partidos gastarán dos mil 138.3 millones de pesos sólo en campañas, cuando en 2012 costaron mil 680.5 millones de pesos, de acuerdo con cálculos hechos por este diario con base en datos del Instituto Nacional Electoral (INE).
Sobre los montos para el próximo año, el presidente de la Comisión Temporal de Presupuesto 2018 del INE, Ciro Murayama, dijo que será en agosto cuando tengan cifras más exactas.
Sin embargo, al aplicarse la fórmula que indica la ley electoral, las campañas para las elecciones federales serán 27% más caras (458 millones de pesos) en comparación con 2012, debido, principalmente, a que el padrón electoral pasó de 84.4 millones a 87.1 millones de ciudadanos.
En otro rubro, si el INE gastara 22 mil pesos por casilla, como ocurrió en 2017, tendría que destinar en 2018 cerca de tres mil 410 millones de pesos para instalarlas.
Se van a pedir recursos “tratando que sea el monto más bajo posible, pero que permita renovar el poder político de manera pacífica, legal e institucional”, expuso el consejero.
Encarecen el 2018
Más de diez millones de ciudadanos serán invitados a ser funcionarios de casilla durante los comicios.
A poco menos de un año de la jornada electoral del 1 de julio, las elecciones de 2018 se vislumbran como las más costosas de la historia electoral del país, por las 30 elecciones locales y las tres federales que se llevarán a cabo ese día.
La bolsa que recibirán los partidos políticos para campañas federales en 2018 crecerá en alrededor de 27% con respecto a 2012, toda vez que el padrón electoral pasó de 84.4 millones en 2012, a 87.1 millones de ciudadanos inscritos, lo que otorgará 457.8 millones de pesos más a los partidos para sus campañas.
Es decir, si en 2012 recibieron para campañas mil 680.5 millones de pesos, en 2018 la cantidad sería de 2 mil 138.3 millones.
Según cálculo de Excélsior, con datos del INE, los más de dos mil millones de pesos que se espera den a partidos para campañas sale del número de ciudadanos que hay en el padrón electoral por 65% de la Unidad de Medida y Actualización (UMA) entre dos.
El corte del padrón al 23 de junio era de 87 millones 159 mil 497 multiplicado por 65% de la UMA, que actualmente es de 75.49 pesos diarios entre dos.
Es decir, 87 millones 159 mil por 49.0685 entre dos, que es igual a 2 mil 138 millones de pesos.
Además, se tendrá que localizar a más de diez millones de ciudadanos en todo el país para invitarlos a ser funcionarios de casilla, esto es 30% más de lo que se habría tenido que calcular antes de la Reforma Electoral que elevó de 10 a 13 el porcentaje del padrón electoral que tendrá que visitarse.
El consejero presidente de la Comisión Temporal de Presupuesto 2018, Ciro Murayama, dijo que el INE va a pedir los recursos al Congreso “tratando que sea el monto más bajo posible, pero al mismo tiempo una cantidad que permita que la renovación del poder se haga de una forma pacífica, legal e institucional, es decir a través de las elecciones”.
A decir del expresidente del IFE, Luis Carlos Ugalde, el costo presupuestario de la elección será el más alto de la historia, pero “el segundo tema es el costo real de las campañas, que incluye no sólo el costo presupuestario, financiamiento público para campañas y recursos para organismos electorales, sino también todo el fondo ilegal que comúnmente viene en efectivo, que se utiliza para financiar a las campañas”.
El también fundador de Integralia, agregó que, por lo visto en las pasadas elecciones del 4 de junio, se puede inferir que “las elecciones del próximo año estarán caracterizadas por un intenso clientelismo electoral, por un gasto de campaña por encima de la ley, y eso las hará enormemente caras.”
Tanto Murayama como Ugalde coincidieron en que no son comparables los recursos que utilizará el INE para la organización de los comicios por las modificaciones que surgieron de la reforma electoral 2014, en la que nació la casilla única y la facultad del Instituto para coordinar la instalación de casillas también en las elecciones locales, actividad que en 2012 no le tocó desplegar, entre otras cosas.
El presidente de la Comisión Temporal de Presupuesto 2018, Ciro Murayama, explicó que será en agosto cuando tengan cifras más exactas del costo que tendrá el proceso electoral 2018, pero explicó que se está pensando en instalar alrededor de 155 mil casillas, visitar a más de 10 millones de ciudadanos, lo que significará contratar a 45 mil capacitadores y supervisores.
En adición, tan sólo el INE tendrá que mandar a imprimir 300 millones de boletas electorales, para las elecciones federales, mientras las 30 entidades con elecciones serán responsables de mandar imprimir sus papeletas.
Para las elecciones locales de 2017, el INE solicitó 769.9 millones de pesos para instalar poco más de 34 mil casillas, lo que arroja un promedio de 22 mil pesos por mesa de votación.
La operación para 2018 arrojaría tres mil 410 millones de pesos, (sólo para casillas) pero, debido justamente a las inconsistencias y fallas que se presentaron en algunos de los procedimientos, están en evaluación nuevos criterios y ampliación de procedimientos, que podrían encarecer aún más esta estimación.
PIDEN UN INE MÁS PROACTIVO
Entre los retos que enfrentará el INE en el proceso electoral que inicia en septiembre están el coordinarse adecuadamente con los Oples, la fiscalización de aproximadamente 35 mil candidatos en todo el país, buscar a más de diez millones de ciudadanos para convencerlos de ser funcionarios de 155 mil casillas, y aplicar con oportunidad tarjetas rojas y amarillas en el arbitraje electoral.
El ahora decano de la Escuela de Gobierno del Tec de Monterrey, Arturo Sánchez, opinó que los retos que enfrentarán las autoridades electorales se pueden presentar en tres dimensiones: la relación y colaboración con los Órganos Públicos Locales Electorales, la fiscalización de los recursos de los candidatos, y las amonestaciones y expulsiones durante la contienda electoral.
Despliegue
Para el consejero del INE Ciro Murayama, los retos pasan por la labor de organización de la elección, la fiscalización de las cuentas de alrededor de 35 mil candidatos, el despliegue de más de 45 mil capacitadores para visitar a más de diez millones de ciudadanos y convencerlos de ser funcionarios de casilla, así como generar datos ciertos en tiempos de la postverdad en redes sociales.
“Yo llamo a la gente a abrirse a los capacitadores, a escucharlos a tener la disposición de hacerse cargo de la elección, en un momento de crispación, de desconfianza que se dio en la sociedad mexicana. La mejor manera de garantizar una elección genuina es que los ciudadanos se hagan cargo de ella,” dijo Murayama Rendón.
DIMENSIONES
En entrevista con Excélsior, el exconsejero del INE, Arturo Sánchez, explicó que la primera dimensión de retos, “y es muy importante decirlo, es una lección de la elección pasada, es la vinculación con los Organismos Públicos Locales (Oples), en la precisión de qué y cómo se supervisa la elección porque habrá 30 elecciones locales al mismo tiempo que la federal.”
En este contexto comentó que habrá que poner atención a la casilla única, los PREP coordinados para que salga primero la elección presidencial, y, afinar el reglamento de elecciones.
En la segunda dimensión, lograr que la fiscalización sea real, y no quedarse sólo en la contabilidad de las campañas, desarrollando una habilidad para fiscalizar a todos, pero diferenciando campañas y los recursos que van a ellas.
En la tercera dimensión “déjame ponerlo en términos futbolísticos, lo que ahorita está demandando la ciudadanía es que el INE se vea más proactivo, que como se ha dicho últimamente, se saquen las tarjetas amarillas y rojas oportunamente,” concluyó Sánchez Gutiérrez.
“POLÍTICOS IRRESPONSABLES”, EL RETO
Para el consejero del INE, Ciro Murayama, los partidos deberían respetar el voto de los ciudadanos el día de la jornada electoral del 1 de julio de 2018, y esto pasa por evitar las conductas del “político irresponsable en tres actos”.
El primer acto se desarrolla durante la jornada electoral cuando el candidato acude a la casilla y para el consejero electoral inicia la obra con “es ir a votar y decir vengo a votar feliz porque voy a ganar, sé que voy a ganar. ¡Caray!, la gente está votando y tú (candidato) ya sabes qué van a hacer cientos de miles o millones de personas. Es imposible: primer acto, voy a ganar.”
El segundo acto se representa a las 18 horas, momento en el que cierran las casillas y el consejero Murayama adelanta lo que dirán los candidatos: “Según mis encuestas ya gané. Sí, pero nunca te muestran esas encuestas y tampoco las declara a la fiscalización. Tenemos una de dos, o las encuestas no se hicieron y está mintiendo, o las encuestas se hicieron y no las declaro en materia de fiscalización con lo cual está ocultando.”
Y el tercer acto a representar por los partidos y sus candidatos que no ganaron se da cuando sale el conteo rápido o el PREP y no les favoreció el resultado: “Me robaron la elección, y no prueba tampoco después que en sus actas con sus representantes en las casillas haya obtenido el triunfo.”
Murayama Rendón agrega entonces: “Esa conducta del actor irresponsable es una obra muy socorrida que se representa una y otra vez por políticos de todos los colores. Yo como autoridad electoral creo que esa conducta está faltando el respeto a la ciudadanía y esta envenenando la calidad del debate público en nuestro país.”
Opinó que si alguien se da por ganador antes del conteo rápido “es un irresponsable que puede que se siente en la silla presidencial con lo cual ya es de tener cierto temor, acerca de las cualidades de esa persona para conducir al país, porque ni siquiera tiene la templanza de esperar un par de horas a que salga la autoridad… si un candidato no tiene la templanza de esperar unas horas para conocer el veredicto de la ciudadanía, no es un estadista”.
¿Un sueño?
Para el decano de la Escuela de Gobierno del Tec de Monterrey, Arturo Sánchez, la prueba para los partidos y su reto es “lograr que en este año que falta para la jornada electoral, aprendan que se puede ser dignamente un buen político, un buen candidato, un buen partido, reconociendo la derrota en cuanto se tengan los resultados, o reconociendo con dignidad y sobriedad la victoria, y eso es lo que yo esperaría.”
¿Pero qué pasaría si los resultados son cerrados entre los dos punteros?
El exconsejero del INE apunta que “me gustaría ver a dos candidatos salir juntos a decir, no sabemos quién ganó, esperaremos a los resultados oficiales, porque si no, veremos con toda la pena, lo que pasó el 4 de junio.”
Excélsior