Ensenada, Baja California.- El doctor Marco Antonio Pérez Flores, especialista del Centro de Investigación Científica y de Educación Superior de Ensenada (CICESE), ha dedicado 20 años al desarrollo de estudios en el campo de la geofísica aplicada.
En entrevista con la Agencia Informativa Conacyt, el investigador recordó que en su etapa de licenciatura, en la Escuela Superior de Ingeniería y Arquitectura del Instituto Politécnico Nacional (IPN), no contemplaba la posibilidad de convertirse en investigador.
“Cuando yo me metí a la licenciatura me gustaban las matemáticas, de hecho yo quería entrar a física, por alguna razón nunca entré a física y me metí a geofísica, pero nunca me visualicé como investigador”, reconoció el ahora científico.
Relató que al concluir su carrera como ingeniero, se incorporó como trabajador en una empresa y al estar laborando reflexionó que, aunque disfrutaba su trabajo, ya no representaba un reto académico y ahí surgió la idea para cursar una maestría.
En busca de retos
Marco-Antonio-Pérez1710.jpgMarco Antonio Pérez es egresado del IPN, donde estudió desde su etapa de preparatoria para posteriormente ingresar a la Escuela Superior de Ingeniería y Arquitectura, a la carrera de ingeniero geofísico en 1978.
“Al terminar la licenciatura estuve trabajando un tiempo en geotecnia marina en la zona de Campeche, ahí estuve trabajando hasta 1985 en una compañía que se llama Aerofoto, que tiene una parte de fotografía aérea y también hacían inspección en barcos de los ductos que llevan petróleo en el piso marino”, narró.
La inspección de ductos marinos y la gestión de nuevos ductos cuando se presentaba una falla eran sus principales tareas antes de incorporarse al programa de maestría en el CICESE, para después continuar con el doctorado.
“Terminé maestría y doctorado en 1995 y después me fui a hacer un 'posdoc' en la Universidad de Cambridge, en Inglaterra, ahí estuve un año y medio”, refirió Marco Antonio Pérez.
El investigador compartió que durante su estancia en Cambridge, en 1998, se incorporó al Instituto de Geofísica Teórica, trabajo que continuó desarrollando posteriormente como investigador del CICESE.
“Aquí también hemos hecho muchas cosas teóricas que ya estamos llevando a la práctica, pero hubo un tiempo que todo lo que hacíamos era solo de pluma y papel, llegó el momento y ahorita lo estamos aplicando”, destacó.
Consideró que su transición de la investigación teórica a la aplicada le ha demostrado que todo lo que se desarrolla con lápiz y papel termina con su eventual aplicación.
Pérez Flores comentó que durante su estancia en Inglaterra, extrañaba la comida mexicana, especialmente las tortillas, por lo que procuraba su compra a través de Internet y en un par de ocasiones viajó de Cambridge a Londres para comprar tres kilos de tortillas.
“Me costaba en ese entonces como 100 pesos el kilo de tortillas, más el viaje, en total como dos mil pesos me costaban los tres kilos de tortillas, pero valía la pena”, mencionó.
Geofísica para encontrar explicaciones
En 1997, recibió una propuesta de trabajo para integrarse al CICESE como investigador y desde entonces forma parte del Departamento de Geofísica Aplicada, en el que fungió como director de 2012 a 2015.
Actualmente trabaja en proyectos para el desarrollo de técnicas de métodos electromagnéticos, gravimetría y magnetometría, áreas en las que incursionó desde sus estudios de maestría y doctorado.
“Por ejemplo, ahora en Tijuana hay muchos movimientos de laderas, casas que se están cayendo o problemas que están en el subsuelo, agua que se está moviendo, entonces muchos de esos métodos eléctricos, electromagnéticos, los estamos aplicando en Tijuana y de alguna manera estamos viendo qué es lo que está pasando”, apuntó.
Aclaró que el trabajo como geofísico implica determinar los motivos que están ocasionando un problema, mientras que los ingenieros civiles son los profesionistas a cargo de diseñar las alternativas a los problemas.
Proyectos pequeños con grandes contribuciones
Sobre los proyectos de investigación que más ha disfrutado, Marco Antonio Pérez estimó que muchos de ellos son estudios pequeños pero que logran grandes contribuciones, tal es el caso del proyecto para determinar la geometría de la bahía de Ensenada.
“Lo hicimos por medio de campos gravitacionales y magnéticos, ya ahorita la gente sabe cómo es la cuenca de la bahía de Ensenada y sus profundidades y eso no estaba hecho antes, es algo que estamos dejando a la comunidad, otros trabajos se pueden montar sobre eso, por ejemplo, movimiento sísmico, es como un andamiaje, tú dejas eso y los demás empiezan a construir cosas sobre eso”, explicó.
Indicó que actualmente trabaja también en el desarrollo de una aplicación para móvil en colaboración con un estudiante del área de computación, con la que se busca simular la respuesta eléctrica de un medio estratificado.
“De hecho, hay que resolver cuatro integrales muy grandes, por eso es que se hace en computadoras grandes y a nosotros se nos ocurrió hacerlo en un celular y ya está corriendo el programa en un celular”, afirmó el investigador.
Refirió que la aplicación será útil para científicos que van al campo en busca de agua, pues los equipos toman los datos y al capturarlos en el celular, automáticamente se genera el modelo sin necesidad de usar una computadora.
Investigación competitiva
Como su proyecto vigente más importante, el doctor Marco Antonio Pérez coordina una investigación que se desarrolla en Cerro Prieto y forma parte de los proyectos del Centro Mexicano de Innovación en Energía Geotérmica (Cemie-Geo).
Estimó que a través del Cemie-Geo, ha logrado hacer investigación a un nivel similar al de los países de primer mundo.
“Los cerebros en todo el mundo son los mismos, el tamaño de los proyectos es diferente, ahorita nos movemos muy cómodos porque estamos trabajando en un proyecto muy grande que es el Cemie-Geo, entonces es como si estuviéramos trabajando en Europa, es la cantidad de dinero que ellos mueven en un proyecto”, finalizó.
Conacyt