Santiago de Querétaro, Querétaro.- Desde hace 25 años, el ingeniero mexicano Alfonso Feria Kaiser colabora en el Laboratorio de Propulsión a Chorro (JPL, por sus siglas en inglés) del Instituto de Tecnología de California (Caltech), que es el centro para la exploración robótica del sistema solar de la Administración Nacional de Aeronáutica y del Espacio (NASA, por sus siglas en inglés).
Feria Kaiser visitó recientemente Querétaro para compartir sus experiencias en el marco del ciclo de conferencias Generando Sinergias en el Estado de Querétaro, “Hacia una Sociedad del Conocimiento”, organizado por el Centro de Ingeniería y Desarrollo Industrial (Cidesi), la Universidad Autónoma de Querétaro (UAQ) y el Consejo de Ciencia y Tecnología del Estado de Querétaro (Concyteq).
Con la presencia de investigadores, académicos y estudiantes de instituciones de educación superior y centros de investigación de la entidad, Feria Kaiser destacó que el primer proyecto en el que participó en el JPL fue en el diseño de las antenas de la Red del Espacio Profundo de la NASA, que se encargan de rastrear las naves que se envían al espacio.
“Estuve involucrado en una de estas antenas como uno de los diseñadores principales, haciendo análisis de elementos finitos para determinar su estructura. Para poder comunicarnos con estas naves, rastrearlas o resolver problemas que se detecten en ellas, se requieren esas estaciones que tenemos ubicadas alrededor del mundo, una está en California, Estados Unidos, con antenas de 70 y 34 metros de diámetro, otra en Madrid, España, y una más en Camberra, Australia; a 120 grados cada una de ellas para que, conforme va girando la Tierra, se siga manteniendo el contacto con las diferentes naves”, explicó.
A 21 mil millones de kilómetros
El investigador del Caltech resaltó que, a pesar de su tamaño, las antenas de 70 metros de la Red del Espacio Profundo tienen una gran exactitud, al grado de que siguen rastreando las naves Voyager I y II que fueron lanzadas en 1977 para estudiar y tomar fotografías de los planetas. La Voyager I, incluso, ya se encuentra fuera del sistema solar, a una distancia aproximada de 21 mil millones de kilómetros de la Tierra, equivalentes a poco más de 38 horas-luz.
Alfonso Feria Kaiser detalló que otro de los proyectos en los que ha participado en su trayectoria profesional fue el Gran Telescopio Milimétrico (GTM) Alfonso Serrano, auspiciado por el Instituto Nacional de Astrofísica, Óptica y Electrónica (INAOE) y la Universidad de Massachusetts, que forma parte de los laboratorios nacionales del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt) y donde el JPL colaboró como consultor.
"En la construcción del GTM hubo varios retos, el primero fue la altura, que es cuatro mil 600 metros sobre el nivel del mar, por lo que hacer el colado del concreto y el trabajo de soldadura fue muy complicado por la temperatura y la falta de oxígeno en la zona. Incluso, los trabajadores solo podían laborar cuatro horas al día y después se les mandaba a unas habitaciones con oxígeno para que pudieran recuperarse. Para mí como mexicano, haber sido parte de este proyecto fue un gran orgullo", aseguró.
Feria Kaiser detalló que una de las líneas de investigación más importantes del JPL se enfoca en el desarrollo de instrumentos, como la Misión Espacial Interferométrica (SIM, por sus siglas en inglés), un telescopio donde el investigador mexicano realizó el análisis de sus diferentes estructuras.
“Varias de mis publicaciones han sido sobre el espejo M1, que tuvo muchos defectos durante su fabricación. Haciendo estudios y los modelos de análisis de elementos finitos pude determinar que el problema había sido en cómo el espejo estaba montado en el momento en que se le dio la forma. La gravedad hizo que las deformaciones fueran algo impredecible, por lo que se propusieron las correcciones necesarias”, recordó.
Misión a Marte
En la misión a Marte de la NASA, el investigador mexicano destacó su participación en el vehículo Rover, llamado Mars Science Laboratory (MSL) o Curiosity, que actualmente explora ese planeta.
“El Curiosity tiene un instrumento que se llama Chemistry & Mineralogy X-Ray Diffraction (CheMin), una rueda donde se colocan muestras de la tierra marciana que se obtienen a través de un brazo robótico y que con rayos X se puede determinar su composición química. Mi trabajo se enfocó en la fuente del generador de rayos X. Se hicieron varios modelos para determinar el análisis estático, nodal y de vibraciones previas a su lanzamiento”, afirmó.
El investigador anunció que en el proyecto Juno, una nave que actualmente está orbitando el planeta Júpiter, fue el encargado de la supervisión de estructuras.
“Una de las características de Juno es que fue la primera nave que se mandó a Júpiter con paneles solares que tienen el tamaño de un tráiler. Lo que se busca es determinar si Júpiter tiene un núcleo sólido o si se trata únicamente de una gaseosa”, explicó.
Conacyt