Dulce Miranda/ Agencia Informativa Conacyt/ Ciudad de México.- Desde su inauguración, celebrada el 5 de noviembre de 1993, Papalote Museo del Niño se convirtió en un referente de los museos interactivos a nivel nacional. Tras 25 años de servicio, la institución se ha transformado junto con su público, niños y adultos, que acude al recinto para aprender —o recordar— jugando.
La creación de un museo en México donde los niños obtuvieran conocimientos a través de contenidos atractivos y actividades lúdicas fue una iniciativa propuesta en 1990 por Cecilia Occelli González, quien era primera dama del país.
Para asegurar la continuidad del proyecto, Papalote Museo del Niño se fundó como una asociación civil sin fines de lucro, en la que participan el gobierno federal, la iniciativa privada y la sociedad civil.
El terreno donde se edificó el museo, conocido como Rancho del Castillo y Lomas de Santa Ana, ubicado en la segunda sección del Bosque de Chapultepec en la Ciudad de México, fue donado por el gobierno del entonces Distrito Federal, entidad que lo obtuvo tras el cierre de la Fábrica Nacional de Vidrio, que operaba desde ese sitio.
Por otro lado, el proyecto arquitectónico estuvo a cargo del despacho de arquitectos Legorreta, quienes propusieron una construcción basada en formas geométricas familiares para un niño. La elección del distintivo color azul del edificio busca generar alegría y curiosidad entre los visitantes, además de evocar la cultura mexicana.
Evolución: característica de Papalote Museo del Niño
Papalote Museo del Niño abrió sus puertas con 290 exhibiciones, mismas que aumentaron hasta llegar a ser cerca de 320; la suma de nuevos contenidos ha implicado renovaciones en el discurso museográfico y el espacio físico.
La primera gran transformación fue en 1999, cuando asesores de la institución recomendaron convertir el recinto museístico en uno de cuarta generación, es decir, un espacio donde los visitantes determinaran qué hacer durante su recorrido y se convirtieran en el elemento central del museo.
Sin embargo, la renovación más profunda de la institución, hasta el momento, se gestó en el año 2014; remodelación de los espacios, nuevos contenidos y la aplicación de medidas sostenibles en el funcionamiento del museo fueron los ejes principales de este proyecto. Tras dos años de trabajo, se inauguraron las seis áreas del renovado Papalote Museo del Niño.
“Nos interesaba vivir el espacio de otra manera, integrando las áreas verdes. Estamos en el Bosque de Chapultepec y alrededor del museo hay siete mil metros de jardines que no se utilizaban, eso fue uno de los mandatos de la renovación y los visitantes lo gozan enormemente”, comentó para la Agencia Informativa Conacyt Dolores Béistegui Rohan Chabot, directora de Papalote Museo del Niño.
Otro de los objetivos de la renovación fue integrar la “experiencia Papalote” en todos los asistentes, por lo que la mayoría de las actividades se planearon para lograr la convivencia intergeneracional entre padres e hijos, público recurrente en el museo.
La familia Papalote crece
Para festejar los 25 años del museo, una serie de actividades, como talleres y cuentacuentos, además de la proyección de la película para planetarios Arqueoastronomía mexica: entre el espacio y el tiempo, producción que contó con fondos otorgados por el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt), han sido planeadas para este verano.
A estas labores se agregan la apertura de Papalote Monterrey, el próximo 14 de julio, la celebración del décimo aniversario de Papalote Cuernavaca y la próxima apertura de Papalote Iztapalapa.
“Podemos decir que somos el museo más visitado en Cuernavaca, estamos sumando para beneficiar a nuestro público meta, los niños. Para festejar, vamos a inaugurar una exposición temporal sobre lucha libre, el segundo deporte más seguido en nuestro país”, compartió Héctor Tapia, director de Papalote Cuernavaca.
Asimismo, Marcia Larios, quien fungirá como directora de Papalote Iztapalapa, señaló que el recinto albergará alrededor de 97 exhibiciones permanentes y que la inauguración de esta sede se prevé para abril de 2019.
Por otro lado, Dolores Béistegui apuntó que Papalote Museo del Niño se convirtió en un “lugar querido y reconocido” en el ámbito educativo y entre las familias mexicanas, gracias a la suma de distintos actores comprometidos desde el inicio del proyecto.
“Cumplir 25 años es hablar de una segunda generación, ya nos visitan aquellos que vinieron de niños cuando abrimos las puertas, pero ahora vienen con sus hijos para compartir ese recuerdo (…) A la generación que creció con Papalote le diría que se siga acercando, porque si bien ya no son los usuarios directos, pueden tomar posturas sobre temas de la infancia, que no se alejen de la agenda de la infancia, algo que debemos construir y proteger todos”, concluyó.