Veracruz, Ver., 10 de abril de 2017.- Con un fandango tradicional a ritmo de jarana y tarima, amenizado por el grupo de son Chalchihuecan, el taller de zapateado bajo la tutela del maestro Abel Martínez, fue clausurado en el jardín del Recinto Sede del Instituto Veracruzano de la Cultura (IVEC).
El taller gratuito, que forma parte del programa Selección Cultural que puso en marcha el IVEC en el marco de su 30 aniversario, tuvo como propósito la difusión y promoción del son jarocho, un género musical que cada día los jóvenes revaloran más. Con este tipo de fandangos se busca que la gente conozca los avances del grupo pero además participe de esta fiesta tradicional jarocha.
El grupo estuvo bajo la instrucción del maestro Abel Martínez Valero, originario del municipio de Cosautlán de Carvajal, quien tiene su primer acercamiento a las artes durante los años de 1999 a 2000 a través de la Escuela Municipal de Bellas Artes, donde asiste a clases de dibujo y pintura al óleo.
Con la asesoría y el tutorado del profesor Sergio Prado Jiménez, impulsa su inquietud por la Danza Folklórica, especialmente por el zapateado. Es Técnico Instructor en Actividades Artísticas por la Secretaría de Educación Pública (SEP) además fue responsable independiente del Taller de Danza Folklórica Infantil y Juvenil del Centro Cultural Atarazanas y ha impartido clases de Educación Artística en escuelas primarias.
Para clausurar el taller, los participantes celebraron el fandango en el jardín del Recinto Sede acompañados por la música del conjunto Chalchihuecan, que ha llevado la música jarocha por España, Alemania, Luxemburgo, Francia, Bélgica, Holanda, Suecia, Venezuela y Costa Rica, entre otros lugares, y han participado en festivales culturales en Estados Unidos. Hasta el momento cuentan con cinco grabaciones discográficas.
La base de esta agrupación son los hermanos Marcos y Felipe Ochoa Reyes, originarios del municipio de Tierra Blanca. Otros artistas veracruzanos que han sido parte del grupo son: Cándido García, Miguel Romero, Paco Mora, José Gutiérrez y Pedro Santaman.
Felipe Ochoa Reyes es un arpista con más de 40 años de trayectoria. Autodidacta en la música: “recuerdo haber tocado guitarra con mi papá. El arpa la aprendí a tocar a años más adelante, solo con ver y escuchar”.
Su padre don Felipe Ochoa era el único arpista conocido de la zona y era el dueño del grupo musical que amenizaba todas las fiestas de la región, tocando cumbias, danzones, boleros, rancheras, y por supuesto sones jarochos, en los años 50.
Felipe prueba suerte como artista a los 17 años. Se traslada al Puerto de Veracruz formando parte del conjunto “los Tiburones del Golfo” de Nicolás Sosa.
A los 23 años de edad obtiene su primera arpa. En esa misma etapa forma el trío Chalchihuecan, en compañía de su hermano Marcos. Desde entonces hasta la fecha su arpa sigue tocando en escenarios diversos