Ciudad de México.- La vacuna anual contra la influenza, a diferencia de la vacuna contra el COVID-19, se consigue muy fácilmente; tan simple como ir a la farmacia. Pero la vacuna contra el COVID-19 estará menos disponible de lo que normalmente se esperaría. Para empezar, los fabricantes de vacunas solo pueden producir una cantidad determinada de dosis, dependiendo de lo que se requiera en el momento.
Además, las vacunas contra el COVID-19 de Pfizer y Moderna están desarrolladas con tecnología ARNm. Ambas, fueron las primeras en recibir la Autorización de Uso de Emergencia de la Administración de Medicamentos y Alimentos de los Estados Unidos (FDA por sus siglas en inglés).
"La vacuna contra el COVID-19 de Pfizer se debe almacenar a temperaturas ultra bajas de congelación; cerca de -73 grados centígrados. Esto está muy por debajo de lo que un congelador estándar puede alcanzar", explica el Dr. John Cooke, director médico del Programa de Terapias de ARN del Hospital Houston Methodist. "De hecho, el tipo de congeladores necesarios para almacenar esta vacuna a largo plazo, no se encuentran ni en consultorios médicos, farmacias, e incluso tampoco en la mayoría de los hospitales. La vacuna de Moderna también debe mantenerse en congelación para preservar su estabilidad a largo plazo, aunque tiene la ventaja de que puede mantenerse estable por unas pocas semanas si se almacena en un refrigerador estándar, como los que suele haber en una clínica".
El Dr. Cooke nos ayudará a entender por qué las primeras vacunas contra el COVID-19 deben mantenerse tan frías, y como esto tiene que ver con su disponibilidad.
¿Por qué es necesario mantener tan frías las vacunas contra el COVID-19?
Dr. Cooke: Las vacunas de ARNm contra el COVID-19 de Pfizer y Moderna deben mantenerse muy frías, por el ARNm que contienen.
Aprovechar la tecnología de ARNm es fundamental para desarrollar una vacuna segura y eficaz en poco tiempo, aunque el ARNm, en sí, es realmente frágil; se descompone muy rápido. En el pasado, esta inestabilidad propia del ARNm ha sido el principal desafío en el desarrollo de vacunas utilizando esta teconología. Además, el material biológico utilizado para empaquetar el ARNm, para que pueda administrarse como vacuna, también puede llegar a ser inestable.
Por suerte, se ha trabajado mucho en el desarrollo de métodos y tecnología para que el ARNm sea más estable, siendo ahora una gran oportunidad de usar dichos avances en una vacuna.
Dicho esto, las dos primeras vacunas de ARNm contra el COVID-19 aún requerirán almacenamiento ultra frío para garantizar que su ARNm permanezca estable. Y cuando decimos frío, estamos hablando alrededor de unos -70 grados centígrados para la vacuna de Pfizer, por ejemplo. De otra manera, la vacuna se descompone y no servirá.
Pero no te preocupes, estas temperaturas tan extremas solo se necesitan para el almacenamiento. La vacuna se descongela antes de la inyección.
¿Por qué el almacenamiento en ultra frío afecta la disponibilidad de la vacuna?
Dr. Cooke: Debido a que la vacuna de ARNm contra el COVID-19 de Pfizer requiere un proceso de congelación más frío de lo habitual, es más difícil lograr su distribución a gran escala para el público en general, incluso si se contara con suficientes dosis de manera inmediata.
Esto se debe a que el tipo de congelador necesario para alcanzar estas temperaturas bajo cero no se encuentran en farmacias, consultorios médicos, ni en muchos de los hospitales o clínicas. Afortunadamente, en el Hospital Houston Methodist estamos equipados con refrigeradores de este tipo, capaces de almacenar la vacuna. Por ello, seremos uno de los principales hospitales de Houston en distribuir la vacuna.
Además, hay variables en los lineamientos de temperatura en cuanto al almacenamiento de cada una de estas dos vacunas de ARNm contra el COVID-19, siendo la vacuna de Moderna la que ofrece más ventajas.
La vacuna de Pfizer solo se puede almacenar en un congelador aproximadamente 5 días, antes de que el ARNm comience a degradarse, mientras que la vacuna de Moderna permanece estable durante aproximadamente 30 días en un refrigerador estándar.
Además, ambas vacunas se entregarán en los hospitales en ampolletas multidosis, lo que complicará aún más la logística de distribución, debido a la temperatura de almacenamiento. Las ampolletas deberán descongelarse estratégicamente y las dosis deben administrarse de manera oportuna para reducir la posibilidad de que una ampolleta permanezca en el refrigerador durante demasiado tiempo.
En cambio, la vacuna contra la influenza se puede almacenar durante meses en refrigeradores, y en ampolletas de dosis única, lo que facilita significativamente su distribución.
Finalmente, y aunque no está relacionado con la temperatura, la aplicación de las vacunas contra el COVID-19 es prioritaria para aquellos que tienen mayor exposición al virus, como los trabajadores en la salud.
¿Las futuras vacunas contra el COVID-19 requerirán congelación ultra fría?
Dr. Cooke: Debido a dos razones, es probable que las futuras vacunas no necesiten mantenerse tan frías como las vacunas de ARNm de Pfizer y Moderna:
1- La primera es que no todas las vacunas contra el COVID-19 que se están desarrollando y probando actualmente se basan en la tecnología de ARNm. De hecho, justo después de estas vacunas de ARNm se encuentra la vacuna contra el COVID-19 de AstraZeneca, basada en la tecnología de vector viral; sin duda un tipo de vacuna completamente diferente, que no enfrentará estos desafíos relacionados con la temperatura.
2. Eventualmente habrá una segunda generación de vacunas de ARNm contra el COVID-19, la cual probablemente superará el desafío del almacenamiento frío. Nuestro programa basado en terapias de ARN que ofrecemos en el Hospital Houston Methodist ha desarrollado métodos de preparación que hacen que el ARNm sea mucho más estable. De hecho, nuestro ARNm es estable durante 6 meses en un congelador, e incluso ha tenido éxito enviándolo a temperatura ambiente al extranjero. En última instancia, se espera que la segunda generación de vacunas de ARNm resolverá el problema de la cadena de frío al que se enfrentan Pfizer y Moderna.