Agencia Informativa Conacyt/Ciudad de México.- Pensar en ciencia trae a la mente un físico, biólogo, ingeniero y no exactamente un arquitecto como es el caso de Pablo Lonnie Pacheco Railey, un mexicano que desde hace más de casi 30 años dedica su vida a la divulgación y enseñanza de la astronomía y la ciencia en general logrando inspirar a más de una generación a convertirse en científicos.
En entrevista con la Agencia Informativa Conacyt, Pablo contó la historia de su vida, el inicio de su pasión, proyectos actuales y planes a futuro siendo uno de los divulgadores más respetados en el país.
“Puedo decir que el amor por la astronomía nació cuando en cuarto de primaria abrí por primera vez mi libro de ciencias naturales y vi la foto de los planetas. Ahí estaba Saturno: era una foto muy borrosa pero me pareció fabuloso que un planeta pudiera tener anillos”, comenzó Pacheco Railey.
Este interés por la ciencia nació además de por curiosidad propia, por el apoyo y motivación de su familia para mantener ese espíritu de científico. En la década de 1970, el padre de Pablo coleccionaba revistas de National Geographic a las cuales el pequeño dedicaba horas observando las fotografías y leyendo los artículos de astronomía que se publicaban sobre la Luna, Marte y sondas espaciales que se mandaban a los planetas gaseosos.
Haber vivido en la época del apogeo de la exploración planetaria tuvo una influencia muy positiva en Pablo. Luego, al cumplir 15 años, pidió con insistencia a sus padres que le obsequiaran un telescopio. “La noche que llegó, lo subí a mi azotea y como vivía en Monterrey lo que hice fue apuntarlo al primer punto que encontré en el cielo y que estaba sobre el Cerro de la Silla. Con mucho trabajo logré centrarlo y cuando lo vi, quería morir de la emoción: era Saturno, el mismo planeta que había visto en el libro de la primaria”.
Con el paso del tiempo se interesó más en la instrumentación astronómica, conocimiento que le serviría cuando al incorporarse a la licenciatura en arquitectura en la Universidad Autónoma de Nuevo León (UANL) fue invitado a integrarse en el Club Astronómico Universitario Galileo, con quienes participó de forma externa en el diseño e ilustración de los carteles de eventos que el club realizaba.
Luego el club comenzó a colaborar con el entonces llamado Centro Cultural Alfa y ahora Planetario Alfa, donde él y los demás miembros eran invitados a operar los telescopios del recinto para mostrar y explicar el cielo a los visitantes. “A cambio de esto, el planetario nos ofrecía hamburguesas de su cafetería”, añadió entre risas.
Tiempo después el club cambiaría su nombre a Sociedad Astronómica del Planetario Alfa, a la cual Pablo se integró en 1988 y en donde actualmente es miembro activo y honorario.
Entre edificios y estrellas
Cualquiera que conozca a Pablo podría pensar que es un astrónomo profesional y no arquitecto. Sin embargo, ninguna de esas dos disciplinas fueron su primera opción, “yo quería ser biólogo pero pensé que no encontraría trabajo. Pero la arquitectura también me gustaba porque desde niño jugaba con bloques de madera levantando construcciones, según yo. La astronomía nunca me la imaginé como una carrera profesional porque en mi entorno ni siquiera supe que existía”, agregó.
Graduado de la UANL en 1990, Pablo Lonnie comenzó a desarrollarse en la arquitectura profesional en colaboración con tres constructoras; sin embargo, debido a la crisis económica que se presentó en México durante 1994, perdió su trabajo. “Aunque en esa época ya hacía divulgación en mi tiempo libre, si no hubiera sido por ese hecho tal vez me seguiría dedicando a la arquitectura”, añadió.
Recién casado y sin encontrar un empleo, en 1995 Pacheco Railey decidió monetizar su pasión: la divulgación de la ciencia y la astronomía. A partir de esto es que se dio cuenta de que en materia de concientización y conocimiento científico, el país tiene malos números, poniéndose entonces como meta mejorar este panorama. Es por esta labor que en 2014 fue galardonado con el Premio de Periodismo Científico Nuevo León "Francisco Cerda Muñoz".
Gracias a su importante labor, ha sido recibido de forma cálida por las personas que se interesan en la ciencia o que desean adentrarse en este mundo. Dentro de las actividades en este ámbito que Pablo realiza, se encuentran las veladas astronómicas donde enseña a los asistentes a orientarse por medio de estrellas, les otorga charlas, cursos de reconocimiento de constelaciones y recorridos de ecoturismo, cumpliendo así su sueño de convertirse en astrónomo y biólogo a la vez.
Además, desde 1996 colabora en Radio Nuevo León donde tiene una cápsula semanal de astronomía. También participa en los diferentes medios locales cuando se requiere tocar algún tema relacionado con un evento astronómico, como el paso de un asteroide o un eclipse. Incluso ha sido contactado por medios nacionales para tratar diversos temas, por lo que Pablo asegura se siente orgulloso y al mismo tiempo con una gran responsabilidad de informar a la población con datos certeros.
Aunque la astronomía se volvió su vida, la arquitectura permaneció, pues en el año 2000 diseñó el observatorio del Planetario Alfa, recinto en el cual también fue titular de investigación y desarrollo, diseñando exposiciones y guías para maestros entre 2006 y 2008. También realizó labores de diseño, asesoría y construcción arquitectónica para observatorios del Instituto Nacional de Astrofísica, Óptica y Electrónica en Puebla, el Observatorio Novaterra en Tamaulipas, el Centro Astronómico y Meteorológico de la Marina en Veracruz y el Observatorio Astronómico de Monclova.
Actualmente Pablo es director del Planetario Monterrey desde 2012, director de Astronomos.org, miembro de la Sociedad Astronómica de Quintana Roo, juez en el concurso de astronomía Maratón Messier, expositor en la Semana Nacional de Ciencia y Tecnología desde 2006; fue asesor en temas de divulgación para el Centro de Investigación y de Estudios Avanzados (Cinvestav), Nuevo León, profesor suplente de astronomía en la Universidad de Monterrey, guionista y conductor del canal de YouTube Cielos Despejados, entre muchas otras cosas que este todólogo mexicano ha logrado convertir en su vida y pasión.
Además, Pablo Lonnie divide su tiempo cada semana entre charlas y cursos para lograr que de una forma amigable la gente se logre interesar en estos temas. “Mi intención no es que el público memorice todo lo que les platico sobre el universo, sino despertar la inquietud por la ciencia en las personas. Para mí eso es misión cumplida y una de las satisfacciones más grandes que tengo, saber que el esfuerzo vale la pena”, concluyó el arquitecto Pacheco Railey.