Ricardo Capilla Vilchis/ Agencia Informativa Conacyt/Ciudad de México.- El Instituto Potosino de Investigación Científica y Tecnológica (Ipicyt) se encuentra coordinando un clúster dedicado a la investigación y desarrollo de bioturbosina para su uso en la industria de la aviación. Esto, en el marco de la convocatoria Sener-Conacyt sobre Bioenergéticos y apoyado por el Fondo Sectorial de Sustentabilidad Energética.
Además del Ipicyt, el clúster cuenta con la participación de siete centros de investigación del Sistema Conacyt y del Instituto Mexicano del Petróleo (IMP), además de dos centros de investigación extranjeros y dos empresas. Adicionalmente, el proyecto ha resultado de interés para Boeing, Aeroméxico, Aeropuertos y Servicios Auxiliares (ASA), Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (Sagarpa), Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), la Comisión Reguladora de Energía (CRE), entre otras dependencias gubernamentales.
La bioturbosina es un combustible para aeronaves que, a diferencia del combustible tradicional para aviones obtenido del petróleo, es producido a partir de recursos naturales como plantas.
Este clúster cuenta con cuatro ejes de acción: la identificación de la biomasa adecuada, identificación del tipo de transformación más apropiado para la biomasa, el análisis del ciclo de vida y sustentabilidad, y la comercialización del combustible.
Materia prima
Para la obtención de la bioturbosina no se puede recurrir a plantas que estén destinadas al consumo humano. Por lo tanto, la materia prima debe ser un tipo de planta que no sirva como alimento, además de ser cultivada en lugares diferentes a los destinados para cultivos de consumo humano, con el fin de no competir con la tierra.
“Hay regulaciones internacionales que aceptan que la bioturbosina sea obtenida solo por cierto tipo de procesos y no por otros, porque en el mundo de la química hay una gran variedad de opciones, pero internacionalmente solo se aceptan algunas de ellas para llevar el aceite de la biomasa a bioturbosina”, señaló en entrevista con la Agencia Informativa Conacyt el doctor David Ríos Jara, responsable técnico del proyecto de bioturbosina en el Ipicyt.
Además, se tiene que comprobar que todo el proceso que se sigue para obtener la bioturbosina es sustentable. En otras palabras, se debe generar más energía de la que se consume en el proceso de producción.
Actualmente se están considerando dos procesos para la obtención de la bioturbosina. El primero es la transformación de aceites producidos por plantas; en el segundo, se utiliza la masa de la planta para convertirla en azúcares, estos azúcares transformarlos en alcoholes, y después transformarlos a bioturbosina.
Una vez finalizado el periodo inicial de cuatro años de estudios, se construirán dos plantas piloto con la capacidad de producir 16 mil litros diarios de bioturbosina que servirán para probar que los procesos funcionan y, una vez obtenidos los resultados, se buscará el apoyo de inversionistas privados para llegar a la comercialización del combustible.
Ventajas
“La ventaja que tiene es que reduce de manera importante las emisiones de CO2, considerando el proceso total, desde la obtención de la bioturbosina hasta la quema en las turbinas de los aviones. El balance total es una reducción importante de gases de efecto invernadero”, afirmó el miembro nivel III del Sistema Nacional de Investigadores (SNI).
La Organización de Aviación Civil Internacional (OACI) tiene el compromiso de no incrementar las emisiones de CO2 para el año 2020, así como reducir a la mitad las emisiones para el año 2050, por lo que la industria de la aviación civil está considerando utilizar una mezcla de bioturbosina con turbosina fósil y, de esta forma, reducir sus emisiones contaminantes.
El investigador destacó que no existe inconveniente alguno al mezclar el combustible fósil con el biocombustible, ya que ambos son básicamente lo mismo, por lo cual, no es necesario cambiar piezas en los aviones para que puedan operar con normalidad.
Xalapa, Ver.- Las comidas rápidas son causa de uno de los mayores problemas de trastornos alimenticios en México, ya que contienen altos niveles de calorías, carbohidratos, grasas saturadas, azucares, sodio y el consumirlos sin moderación, pueden ser dañinos para la salud, además de que condicionan enfermedades como diabetes mellitus e hipertensión arterial.
Asegurarse que el platillo contenga un alimento del grupo de las verduras, ya que provocará una sensación de saciedad rápidamente, y de esta forma se consume mayor cantidad de fibra dietética y las calorías ingeridas no serán perjudiciales, explicó el nutriólogo clínico del Hospital General de Zona No. 11 del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), Miguel Ángel Pedraza Zárate.
Evitar acompañar los alimentos con pan o tortilla, si en ellos es este ya hay pasta, arroz, papas o cualquier otro alimento del grupo de los cereales; pues de esta manera, se disminuye la cantidad ingerida de carbohidratos y por consecuente más calorías de las requeridas por el organismo.
El especialista informó que los refrescos contienen grandes cantidades de carbohidratos simples que al consumir diariamente, podrían desencadenar enfermedades como obesidad y diabetes mellitus; acompañar los alimentos con agua natural o agua de frutas, ayudará a mantener el control para una nutrición adecuada.
Las bebidas alcohólicas contienen calorías que combinadas con refrescos, causarían aumento de peso en grado considerable; por otra parte, realizar actividad física o practicar algún deporte en forma regular, impacta de forma positiva en el bienestar de la persona.
Por último, de seguirse las recomendaciones mencionadas por el nutriólogo Pedraza Zárate, se puede conseguir un balance para una correcta alimentación.
Aguascalientes, Aguascalientes.- Néstor Miguel Cid García, investigador del Centro de Investigación en Geografía y Geomática (Centrogeo) en Aguascalientes, elabora un programa de planificación agrícola de precisión, mismo que se divide en tres fases: zonificación, selección del cultivo y riego.
En entrevista con la Agencia Informativa Conacyt, el especialista adscrito al programa Cátedras Conacyt comentó que emprendió este proyecto hace más de seis años porque proviene de una zona con mucha actividad agrícola y pecuaria, por ello se le ocurrió la idea de ofrecer a los trabajadores del campo una herramienta que les brinde mejores opciones para seleccionar cultivos, darles el seguimiento a lo largo del ciclo y mejorar sus rendimientos de producción.
“Hay muchas técnicas, muchas herramientas, se pudiera echar mano de ellas para mejorar procesos como la selección de cultivos y después lo del riego, que eso incluía la parte de zonificación. Esta parte de zonificación es muy importante, porque a partir de cómo está compuesta la parcela decides de una manera óptima, que es mucho mejor a como lo hacen los agricultores, que se van solamente a la experiencia”, indicó.
El modelo inicia cuando los productores preparan las tierras para la siembra, entonces seleccionan muestras para hacer un estudio del suelo, para ello, se utiliza un dispositivo GPS que marca las coordenadas de los puntos exactos donde se obtuvieron. El rango de las muestras depende del capital de inversión del productor, las pruebas piloto se han hecho con un rango de entre 30 y 40 por hectárea, entre mayor sea el número aumenta el costo, pero también la información que se obtiene.
“Se está estudiando cuál sería el nivel ideal de muestras, cada cuánta distancia, porque hay parcelas que casi siempre dan un rendimiento homogéneo, entonces en esas ya muestreas un poco más separado, pero si ves que hay mucha variabilidad cuando se cosecha, entonces se debe muestrear un poco más para hacer un estudio más a fondo y ver qué es lo que está pasando”, dijo Néstor Cid.
Parcelas y modelos matemáticos
En el laboratorio, se analizan 25 propiedades a partir de las muestras, principalmente calcio, fósforo, nitrógeno y potasio, pues tiene una mayor relación con el proceso de fertilización. Con los resultados del estudio se selecciona una propiedad física o química para segmentar la parcela, se introduce en un modelo matemático que arroja una configuración con la parcela dividida en regiones cuadradas o rectangulares.
“Teniendo particionada la parcela, seleccionamos lo que es el cultivo, se consideran todos los cultivos que ha trabajado el productor, se le sugieren nuevos cultivos. Él decide sí o no, y a partir de ahí se introduce toda la información a otro modelo matemático, ahí entra todo el rendimiento potencial que te da, cuánto es lo que requieres para regarlo en todo el ciclo, un estimado de cuánto se gasta en fertilizante y pesticida”, subrayó.
Una vez seleccionado el cultivo, la planificación agrícola de precisión ayudará a optimizar el uso de fertilizantes, pesticidas y recursos hídricos, pues cada región de la parcela requiere de diferentes cantidades, acorde con las propiedades del suelo. La intención es que al final de la cosecha, los vegetales sean homogéneos en cuanto a calidad y tamaño.
“La parte de riego y fertilizantes ya se trabajó en un rancho en Zacatecas; se instalaron sensores que miden el nivel de humedad de la parcela, el tiempo de riego se estuvo calculando con base en estos niveles. Se hizo una parcela demostrativa y una a método tradicional, y sí se vio la diferencia; en la demostrativa, el cultivo de chile iba todo parejito, en la otra había pedazos donde ni siquiera había crecido la planta, y eso que se regaban con más agua”, apuntó.
Para concluir, el investigador del Centrogeo mencionó que a futuro se buscará hacer una aplicación web a la que productores de cualquier región del país tendrán acceso para enviar sus datos, información que se procesará para ofrecerles una guía de planificación.
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