Francisco Torres/ Agencia Informativa Conacyt/ Monterrey, Nuevo León.- Identificado plenamente con la migración y sus sensaciones por experiencia propia, el doctor Shinji Hirai, director en el noreste del Centro de Investigaciones y Estudios Superiores en Antropología Social (CIESAS), ha optado por desmitificar las subjetividades y explicar la nostalgia como una ciencia.
De origen japonés pero con estudios de posgrado en México, Hirai pertenece al Sistema Nacional de Investigadores (SNI) nivel I, y en 2009 recibió el Premio de la Academia de Ciencias a la mejor tesis doctoral en ciencias sociales. Es miembro fundador del Grupo de Estudios sobre el Noreste de México y Texas (Gente), así como de la Red de Fortalecimiento Humanitario a Migrantes (Refhumi).
“Uno puede escoger el tema de investigación porque vive dentro de ese fenómeno social, por ejemplo la migración, el desastre natural o procesos económicos transfronterizos; pero además de interés personal, también puede ser la pertinencia del tema tomando en cuenta el contexto social”, asegura.
Sus líneas de investigación abarcan la migración (principalmente mexicanos a Estados Unidos, así como su retorno), el transnacionalismo y la antropología de las emociones.
Con una inspiración inicial por el personaje de Indiana Jones, su pasión por la investigación comenzó en el campo de la arqueología, por lo que hace 19 años decidió emprender su primer viaje al extranjero “a un país con pirámides”, lo que lo trajo a México.
“Recorrí muchas zonas arqueológicas en México, pero luego me di cuenta de que me interesaba más conocer las diferencias culturales entre Japón y México, hablar con la gente, conocer más de su vida cotidiana”, recuerda el antropólogo.
Una vez, al estudiar su doctorado en ciencias antropológicas en la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), le sorprendió en demasía la presencia de hispanohablantes en Estados Unidos, principalmente mexicanos y centroamericanos. Dicha curiosidad lo llevó a cuestionarse: “¿Por qué tantos?”.
Precisamente el contexto personal similar que vivía lo hizo caer en cuenta de que las subjetividades, las emociones, no habían sido bien trabajadas en el ámbito de la migración internacional. Esto se reflejaba, según comenta, en díceres de la gente: “Sí hay nostalgia, pero no entiendo por qué eso se relaciona con procesos económicos”.
Visión de la nostalgia
Tras detectar un campo de oportunidad dentro de la antropología de las emociones, en 2009 publica la investigación Economía política de la nostalgia: un estudio sobre la transformación del paisaje urbano en la migración transnacional entre México y Estados Unidos (UNAM).
“La nostalgia de los migrantes hacia sus lugares de origen tiene una emoción muy fuerte. Pero cuando se trata de los que retornan, voluntariamente o deportados, la nostalgia es hacia allá, añoran la vida de Estados Unidos, a sus amistades, que es algo que no había visto”.
Esa apreciación lo llevó a investigar de forma inversa la migración, a través del retorno al país, con la publicación en 2013 de Retorno a Aztlán en vacaciones: hacia una nueva conceptualización de la movilidad de regreso de migrantes mexicanos.
Su condición de extranjero le fue útil para investigar desde una perspectiva muy diferente, pues la cultura japonesa y la mexicana distan mucho en cuanto a similitudes.
“Conocer un caso contrastante a tu cultura te permite mantener cierta distancia. Para mí, tomar distancia con la cultura mexicana es fácil porque no soy de aquí, pero inconscientemente la estoy comparando con la japonesa”.
En 2015, escribió el artículo “La vida migratoria de kaigai chuzai in: migración, empresas y comunidades japonesas en Nuevo León”, para el libro El mundo en Monterrey: migraciones y comunidades.
En dicha edición explica el término kaigai chuzai in, que significa expatriado en español, en el contexto japonés, incluyendo las formas de organización y la adaptación al entorno de esta comunidad en Nuevo León.
Shinji Hirai asegura que el estudio científico de las emociones y su impacto social es importante porque detrás de todas las acciones de los seres humanos hay subjetividades que las motivan.
“Por ejemplo, hasta el deseo adquisitivo está muy vinculado con ciertas emociones. ¿Por qué compramos productos de moda? Por un lado, hay deseo de adquirir estatus social elevado y también puede ser basarse en la incertidumbre de ser alguien distinto a quien los está comprando”, explica.
A pesar de que sus primeras aspiraciones de pesquisa eran en búsqueda de parecerse a Indiana Jones, hoy Shinji Hirai tiene nuevos objetivos que busca permear a través de sus trabajos.
“Lo que me gustaría aportar a través de la investigación es generar conocimiento para promover más comunicación y comprensión intercultural. No establezcamos relaciones sociales con base en estereotipos y prejuicios, por eso hay que pensar en cómo podríamos trabajar con personas que tienen otros criterios y otra manera de ver el mundo”.