Santiago de Querétaro, Querétaro.- El plástico es un material que está presente en la vida cotidiana de todos los sectores de la población, a través de empresas que lo utilizan como materia prima para la fabricación de numerosos artículos de consumo tanto social como industrial.
Con el surgimiento de más industrias en la región, surgió la necesidad de generar una proveeduría local, personal más especializado en sus procesos y compartir buenas prácticas. Es por eso que un grupo de empresarios e instituciones educativas, con el apoyo del gobierno del estado, decidió conformar el Clúster de Plásticos de Querétaro.
En entrevista con la Agencia Informativa Conacyt, el director del Clúster de Plásticos de Querétaro, Miguel Ángel Aguirre Hernández, destacó los avances de esta industria en el estado, las estrategias para generar mayor personal especializado para las diferentes empresas y promover el reciclaje de plásticos en este sector.
Agencia Informativa Conacyt (AIC): ¿Cómo surge este clúster?
Miguel Ángel Aguirre Hernández (MAAH): Hace aproximadamente cinco años, la industria de Querétaro empezó a ver las necesidades y las carencias en lo que se refiere a asociaciones. Había cámaras. Al surgir los clústeres automotriz y aeronáutico comenzamos a fortalecer el sector de plásticos de una manera transversal. En conversaciones con el entonces presidente de la Cámara Nacional de la Industria de la Transformación (Canacintra), Jesús Calderón; el vicepresidente de la empresa Samsung, Venancio Pérez, el gobierno del estado y empresas dedicadas a la extrusión, inyección, termoformado, arneses, termofijos, elastómeros, decidimos establecer el clúster.
A la par del clúster, se creó el Instituto Queretano de Herramentales (IQH), un centro de ingeniería, desarrollo e investigación tecnológica para las áreas de plásticos, moldes y troqueles. Nuestros principales objetivos en el clúster son compartir experiencias, fomentar la profesionalización, generar negocios entre las empresas locales, mejorar la calidad en los productos y, sobre todo, hacer una cadena de proveeduría para herramientas, moldes, máquinas de inyección y su mantenimiento, que son pilares de nuestra industria.
AIC: ¿Qué instituciones educativas están integradas al clúster?
MAAH: Nosotros buscamos consolidar la especialidad en plásticos. Actualmente la estamos impartiendo aquí en el Instituto Queretano de Herramentales, pero trabajamos también con el Centro de Bachillerato Tecnológico Industrial y de Servicios (CBTis) 118, el Colegio Nacional de Educación Profesional Técnica (Conalep) y la Universidad Tecnológica de Querétaro (Uteq). Existe una necesidad de especialidades en plásticos porque nuestra generación se rompió. Tenemos en promedio 50 años y no hay entre la gente de 20 a 50 que sepa de plásticos.
Mucha gente estudió ingeniería mecánica, industrial o técnico en electromecánica porque su expectativa era trabajar en la industria sin una especialidad. El plástico es una industria muy especial, porque hay que conocer de química, polímeros, pigmentaciones y diseños metalmecánicos; es una especialidad muy extraña que se había manejado mucho por gente grande.
Nuestros siguientes socios comerciales serán los institutos tecnológicos nacionales, el de Querétaro, Comitán, del Istmo, Juchitán y Salina Cruz.
AIC: ¿Cómo fomentan la innovación en el clúster?
MAAH: Uno de los sectores que más ha evolucionado en la industria es el de los plásticos. Actualmente trabajamos en la innovación a través de materiales para sustituir aceros en piezas que ahora son más ligeras, pero con la misma durabilidad. Somos una industria creciente, transversal, que influye en todas las demás. Además, el plástico es más fácil de reciclar.
En ese sentido, tenemos una vinculación importante con el Centro de Investigación y Desarrollo Tecnológico en Electroquímica (Cideteq) y acabamos de firmar acuerdos con la Asociación Española de Fabricantes de Maquinaria para Plástico y Caucho ubicada en Cataluña, España, para compartir buenas experiencias y desarrollar nuestras propias tecnologías.
AIC: ¿Qué estrategias llevan a cabo para promover el reciclaje en la industria?
MAAH: Los plásticos tienen muchísimas vidas, una silla que se rompe puede molerse y convertirse en un envase o una pieza para un vehículo. Por ejemplo, el tereftalato de polietileno (PET, por sus siglas en inglés) que puede transformarse en textiles o, mediante un proceso de termoformado, convertirse en un empaque y hasta en una suela de zapato.
Por eso buscamos a los centros de innovación que trabajan en los procesos de procesamiento y reprocesamiento de plásticos para su reciclaje. La tendencia es que, al ya existir mucho plástico, hay que procesarlo y enriquecerlo con aditamentos para el desarrollo de materiales compuestos aplicables a nuevos productos.
Conacyt
Ciudad de México.- En 2016, mientras Itzelle Medina Perea cursaba su maestría en la Universidad de Sheffield, el Servicio Nacional de Salud en Inglaterra tenía autorización para compartir los datos de los pacientes con las autoridades de migración.
Las autoridades migratorias utilizaban esta información para identificar a personas sospechosas de residir de manera ilegal en el país y tomar acciones contra ellas. Durante ese año, las autoridades migratorias rastrearon a más de cinco mil 854 personas en Inglaterra gracias al flujo de datos personales con las autoridades de salud, un hecho que impactó a Itzelle Medina, quien estudiaba las implicaciones éticas del uso del big data en América Latina.
Hoy, usar la información del sistema de salud pública de esta forma se considera una práctica injusta ya que pone en riesgo el derecho a la privacidad de los individuos, y desde mayo de este año el gobierno de Reino Unido anunció que el sector salud ya no compartirá información con las autoridades migratorias a menos que se trate de la investigación de un crimen severo.
Esta resolución resulta benéfica para los sistemas de salud y para la sociedad, pues compartir sus datos con las autoridades migratorias ocasiona varios problemas. Primero, que las personas dejen de asistir a sus citas por temor a ser detectadas y deportadas, y corran el riesgo de perder el acceso a la salud. Segundo, además de la pérdida individual existe un riesgo social, si las personas con enfermedades infecciosas deciden no atenderse, aumenta el riesgo de contagio en la comunidad y un problema individual se puede transformar en un problema de salud pública, explica Itzelle Medina.
“También se afecta la relación entre profesionales de salud y sus pacientes, porque los profesionales saben que no pueden proteger en un cien por ciento la información de sus pacientes y porque los pacientes pierden, en cierto grado, la confianza en los profesionales de la salud”.
Este caso, de un uso injusto de los datos personales, llevó a Itzelle Medina a comenzar un doctorado en el Departamento de Estudios de la Información, también en la Universidad de Sheffield, y con el apoyo de un beca de posgrado en el extranjero del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt), analizará qué aspectos sociales y culturales obstaculizan o favorecen el flujo de datos dentro de las instituciones de salud en México o entre estas instituciones y terceros.
Estos aspectos van desde la corrupción y la opacidad, que permiten que los datos de los pacientes lleguen a manos de terceros que no buscan un beneficio directo para los individuos, hasta la falta de información de las instituciones de salud o de los médicos sobre los beneficios sociales de compartir los datos entre instituciones —con mecanismos de protección adecuados— para impulsar la investigación médica enfocada en la población mexicana. Las conclusiones del estudio de Itzelle Medina tienen el objetivo de ayudar a crear normas que permitan un equilibrio entre la protección de los datos personales y el avance de la investigación científica.
Datos valiosos
Los datos de los sistemas públicos de salud tienen un alto valor, de hecho, según un estudio realizado por la Asociación Mexicana de Internet A.C. (Amipci) y la Secretaría de Economía, una de las principales bases de datos que se comercializan en mercados ilegales es la del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS).
Las instituciones de salud recaban datos de sus pacientes con un objetivo primario: evaluar su condición de salud y atenderlos con base en esta información. Pero existen otros usos que se pueden dar a estos datos, estos usos no están relacionados con proporcionar un beneficio directo al individuo y se conocen como usos secundarios.
“Puede ser que estos datos se utilicen para evaluar un servicio médico, también para evaluar estadísticas en la población, por ejemplo, cuáles son los principales problemas de salud pública en un país o en una región. También para hacer investigación de alguna condición en particular y proponer algunas alternativas para apoyar a pacientes que tengan esta condición, por ejemplo, cáncer. Además se puede utilizar de otras maneras, como en la industria farmacéutica para desarrollar medicamentos y tratamientos”, explica Itzelle Medina.
La joven investigadora señala que, aunque los datos pueden venderse a la industria farmacéutica, los usos secundarios para investigación o evaluación de los servicios médicos deben privilegiarse.
La cultura de la protección de datos
En México, los datos que integran la información del estado de salud de una persona se consideran datos sensibles, porque pueden revelar aspectos íntimos de una persona y dar lugar a discriminación. Por eso, la Ley General de Protección de Datos Personales en Posesión de Sujetos Obligados y la Ley Federal de Protección de Datos Personales en Posesión de los Particulares, que norma el manejo de información como el expediente clínico, establece que estos datos solo se podrán compartir si se tiene el consentimiento del titular de los datos y que el derecho a la protección de los datos personales solamente se limitará por razones de seguridad nacional, en términos de la ley en la materia, disposiciones de orden público, seguridad y salud públicas o para proteger los derechos de terceros.
“La privacidad, aunque es un derecho, no puede ser protegida ante todo, porque si existe un riesgo nacional, por ejemplo, de un ataque terrorista, entonces la seguridad nacional se sobrepone”.
Pero Itzelle Medina sabe que existen agentes que obstaculizan o permiten que las leyes se cumplan y su objetivo es identificar cuáles son esos agentes.
“Aun cuando se tengan reglas, si los médicos de instituciones públicas o privadas no asumen como parte de su cultura institucional la protección a la privacidad, podrían no dimensionar las consecuencias de compartir información con otros. Pero también podría darse el caso contrario, en el que profesionales de la salud tengan temor a compartir información porque creen que tiene consecuencias legales hacerlo. Entonces, aunque la información sea beneficiosa para la sociedad o para algún paciente en particular, deciden no compartir la información por desconocimiento de los procedimientos para hacerlo y de los beneficios que se podrían obtener”.
Entre la seguridad y la privacidad
La investigación de Itzelle Medina es un proyecto en proceso, pero tiene como objetivo aportar información para una mejor implementación del Plan Nacional de Desarrollo 2013-2018, que pretende convertir a México en un país digital.
“No se puede hablar de un México digital sin tomar en cuenta la protección y la seguridad de los datos personales”.
Encontrar qué variables sociales y culturales influyen en el flujo de los datos de los sistemas de salud en México ayudará a la joven investigadora a generar recomendaciones de cómo garantizar un uso justo de los datos personales, respetar la privacidad de los pacientes y evitar que la información caiga en manos inadecuadas; pero al mismo tiempo que se permita que la información recabada por las instituciones de salud genere un beneficio a la sociedad mediante la investigación científica.
Conacyt
Yhadira Paredes / Xalapa, Ver.- El gobernador Miguel Ángel Yunes Linares adelantó que en caso de que el Congreso del Estado apruebe la reforma a la Ley del Instituto de Pensiones del Estado, significaría una situación grave para la economía del Estado de Veracruz.
"Yo soy respetuoso de la autonomía del Congreso, podrá tomar la decisión que considere procedente en este tema, pero me parece muy delicado para las finanzas públicas de Veracruz el que se pueda aprobar una reforma a la Ley del IPE sin que se haga un estudio actuarial, sin hacer un estudio de como importaría al Instituto de Pensiones, a las propias finanzas públicas del Gobierno del Estado".
Además se tiene que hacer una consulta a la Secretaría de Finanzas Públicas del Estado para determinar si la reforma a la Ley que se propone tiene sustentabilidad financiera, ya que se trata de una reforma que plantean algunas modificaciones al régimen pensionario que en los próximos años podrían indicar un deficit mayor al Instituto de Pensiones.
"Yo esperaré a que el Congreso resuelva, ojalá y reflexione sobre este tema (...) no es una reforma que se pueda hacer a la ligera, reitero, respeto la autonomía del Congreso, esperaré a que resuelva y cuando llegue a mi oficina haré un análisis acucioso del tema", dijo, sin querer responder si hará uso "facultad de veto".
En ese sentido, manifestó que de considerar y de manera responsable que la ley afecta a los veracruzanos, pensará que hacer, pues no es posible que estas reformas se hagan sin consultar a la SEFIPLAN si se puede o no darle sustento a la misma.
Yunes Linares recordó que actualmente el Gobierno del estado subsidia al IPE con casi 2 mil 500 millones de pesos anuales y de aprobarse esta reforma tendría un incremento de casi 5 mil millones de pesos al año para poder cumplir con el pago de pensiones y jubilaciones.
A pregunta expresa, dijo, que el problema radica en las modificaciones que se quieren hacer en los tiempos para la jubilación, que tendría un efecto negativo en la parte financiera en los próximos años.
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