Armando Bonilla/ Ciudad de México/Agencia Informativa Conacyt.- De acuerdo con la Organización Mundial de Salud (OMS), el cáncer sigue siendo una de las primeras causas de muerte a nivel mundial, lo cual convierte esa enfermedad en un problema de salud pública.

La OMS estima también que los casos anuales de ese padecimiento aumenten de los 14 millones registrados en 2012 a 22 millones en las próximas dos décadas. Para el caso de México, no se cuenta con un registro del número de casos exactos; no obstante, en 2015 el Sistema Nacional de Vigilancia Epidemiológica reportó que en 2012 el número de defunciones por esa enfermedad ascendió a 78 mil 719.

A través de su Boletín Epidemiológico, el sistema, que depende directamente de la Secretaría de Salud, publicó que la tasa de incidencia de la enfermedad en la población general durante el 2012 fue de 127.4 casos por cada mil habitantes.

Dra Lena Ruiz Azuara2En ese contexto, la doctora Lena Ruiz Azuara, profesora investigadora titular C en el Departamento de Química Inorgánica y Nuclear de la Facultad de Química de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), trabaja en una línea de investigación encaminada al desarrollo de metalofármacos contra el cáncer.

En entrevista exclusiva para Radio con Ciencia de la Agencia Informativa Conacyt, la investigadora explicó en qué consiste su trabajo, cuáles son las etapas que ya ha avanzado y los resultados más relevantes al momento.

Agencia Informativa Conacyt (AIC): ¿Cómo es que incursiona en esa línea de investigación?

Lena Ruiz Azuara (LRA): En la época que terminé mi carrera había muy pocas opciones para estudiar química inorgánica, había muy poca gente que se dedicaba a ello, pero a mí me invitaron a participar en un grupo de química de coordinación y me gustó tanto esa área que me seguí formando en ese campo a través de un doctorado.

Al regresar con mi doctorado en química inorgánica tuve que arrancar en la Facultad de Química el departamento y grupo de investigación en química inorgánica. Posteriormente me fui inclinando hacia la química bioinorgánica, lo cual me convirtió en la pionera de la disciplina en México.

AIC: ¿Cómo es que ese proceso la llevó al estudio y desarrollo de metalofármacos contra el cáncer?

LRA: Lo primero es precisar que la química bioinorgánica estudia las funciones de los metales en los sistemas vivos, tanto vegetales como animales, es así que surge a finales de los años 70 el fármaco del cisplatino para cáncer y en ese entonces ya se utilizaban también el óxido de zinc y el mercurocromo como bactericida.

A raíz de esta visión de cómo emplear compuestos que contengan metales para diferentes enfermedades, es que inicio un proyecto donde en lugar de utilizar platino (metal que no es esencial), utilizo metales esenciales —aquellos que contenemos de manera natural en el organismo— para la creación de metalofármacos, cuyo objetivo fundamental es reducir la toxicidad.

Esa fue la gran innovación que realicé en México y a nivel internacional, porque aun cuando hoy en día hay mucha gente trabajando en eso, fui la primera en hacerlo. Lo digo con orgullo porque presenté el trabajo a finales de los años 80 en Italia y en ese momento hubo un investigador griego que se burló mucho de mí. Me dijo que cómo se me ocurría presentar compuestos de cobre, que eso no iba a funcionar jamás.

A la fecha, contamos ya con un compuesto que está por iniciar la fase uno de las pruebas clínicas en humanos. Lo que quiere decir que nuestra hipótesis no era tan mala cuando presenté las bases de este trabajo en los años 80.

AIC: ¿De cuánto tiempo de investigación estamos hablando?

LRA: El desarrollo de fármacos puede tomar hasta 15 o 20 años, si uno cuenta con financiamientos de muchos millones de dólares o euros, cosa que nosotros no tenemos, así que desarrollar una serie de fármacos y que uno ya esté en la fase clínica, es consecuencia de mucho esfuerzo, mucho trabajo y del apoyo de muchos estudiantes, a quienes les agradezco todo el trabajo realizado. También es fundamental colaborar con colegas de diversas especialidades, de tal manera que el desarrollo de fármacos es un proyecto multidisciplinario.

cancer 2Retomando, el punto al que hemos llegado (fase clínica de un fármaco), nos sentimos positivos, tenemos un buen pronóstico y también hemos desarrollado una nueva gama de antiparasitarios para cubrir las necesidades que requieren los países como el nuestro.

AIC: ¿A qué tipo de pruebas se someterá el metalofármaco desarrollado durante la fase clínica?

LRA: Básicamente se trata de las pruebas de efectividad en humanos, donde la fase uno implica probar dosis bajas e irlas subiendo para identificar efectos secundarios y realizar la farmacocinética, es decir, desde que se aplica hasta que se elimina el fármaco se toman muestras de sangre, se monitorea fuera del paciente la eliminación del fármaco para definir los esquemas de tratamiento.

En la cuestión oncológica, la quimioterapia, porque esto es una quimioterapia, las aplicaciones son cada dos o tres semanas en promedio para que los niveles se recuperen.

AIC: ¿Qué pruebas debió superar el fármaco para llegar a esta etapa clínica?

LRA: Nosotros ya implementamos un modelo equivalente en ratas, el cual fue el antecedente a esta etapa y dados los resultados exitosos, el tratamiento avanzó a la fase clínica donde se aplicará en pacientes humanos cada 21 días.

Después de esto avanzaríamos a la fase dos que consiste en determinar el esquema y la dosis de tratamiento, mientras que en la fase tres se compararán los resultados con otros fármacos comerciales.

Es importante explicar que desde la fase dos se requiere del apoyo de una farmacéutica por el costo que representa dicha etapa de la investigación. Por último, en la etapa final, la de comercialización, denominada farmacovigilancia, es en la cual se observan efectos secundarios tardíos.

Veracruz, Ver.- En apoyo al desarrollo de actividades saludables que a su vez fomentan la integración familiar, el gobierno municipal que encabeza Ramón Poo Gil participó en la Segunda Gran Carrera "Corriendo con Papá", la cual fue organizada por el Centro de Estudios "María de la Luz Serradel", con motivo del Día del Padre.

carrera papa 2En esta actividad que tuvo lugar la mañana de este sábado en el bulevar Manuel Ávila Camacho, participó personal directivo, docente, madres y padres de familia así como alumnos desde preescolar hasta licenciatura, en un ambiente de sana convivencia familiar.

 

carrera papa3En esta Segunda Gran Carrera "Corriendo con Papá", se contó con la participación de colaboradores de la regiduría cuarta que encabeza la regidora Laura del Carmen Gálvez Mantilla, con la comisión de Educación y Fomento Deportivo, así como de la Dirección municipal del Deporte a cargo de Francisco Bravo Bravo y la Maestra, María Eugenia González Díaz Mirón, Directora General del Centro de Estudios "María de la Luz Serradel".

Armando Bonilla/ Ciudad de México/Agencia Informativa Conacyt.- La doctora Alejandra González Duarte Briseño, investigadora del Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición Salvador Zubirán (INCMNSZ) ha dedicado 10 años de su vida a investigar sobre la amiloidosis hereditaria, la cual es una afección que genera la formación de depósitos anormales de proteína (amiloide) en casi todos los tejidos del cuerpo, afectando principalmente el corazón, los nervios periféricos y el sistema gastrointestinal, según la enciclopedia médica MedlinePlus.

Al tratarse de una enfermedad rara, en México los casos son realmente pocos si se compara la cifra con la de otros padecimientos. De acuerdo con el sitio de Internet Amiloidosis en México, existen diversos tipos de amiloidosis hereditaria, entre ellas la asociada al TTR (transtiretina), apolipoproteínas (AI, AII, AIV), gelsolina, lisozima, fibrinógeno, cistatina C y otras un poco más raras. En el caso de México, el portal señala que la más frecuente es la generada por mutaciones en el gen TTR que se encuentra en el cromosoma 18.

En busca de una rara enfermedad en la población mexicana

Agencia Informativa Conacyt (AIC): ¿En qué consiste su línea de investigación?

higado 2Alejandra González Duarte Briseño (AGDB): El primer paso de esta línea de investigación consistió en detectar la presencia de la amiloidosis hereditaria en México. Se trata de una enfermedad muy rara, así que comenzamos con estudios genéticos en pacientes sospechosos para esta enfermedad.

Son sospechosas aquellas personas que llegan a desarrollar una polineuropatía progresiva, además de otros síntomas como diarrea incontrolable, pérdida de peso involuntaria, alteraciones autonómicas con disminución de la presión arterial y disfunción eréctil, entre otros síntomas.

Estos pacientes que tenían otros familiares con los mismos síntomas fueron convocados, se les solicitó a través de un consentimiento informado su permiso para incluirlos en un estudio cuyo objetivo fue detectar alguna mutación relacionada con la amiloidosis hereditaria.

De dicho estudio se desprendió que en México existen tres mutaciones distintas del gen TTR y, a la par, hemos logrado documentar al menos 140 casos que entran dentro de esas tres mutaciones.

AIC: ¿Cuáles han sido las etapas que atravesó la investigación hasta llegar a esos resultados?

AGDB: Todo empezó con la sospecha de que existía en nuestro país, así que nos dimos a la tarea de escribir un proyecto encaminado a obtener el financiamiento de las pruebas genéticas, mismas que actualmente no se realizan en México y las tenemos que enviar a Estados Unidos.

A ellos les mandamos el material y nos responden a través de un correo electrónico si existe o si se descarta alguna de las mutaciones detectadas en el gen TTR. En el inicio del proyecto sucedió también que existían dos pacientes más, de otros laboratorios, donde se confirma la misma mutación aun cuando no estaban relacionados entre sí.

En ese momento ampliamos la investigación para ver cuántos de los familiares del paciente podrían presentar la enfermedad. La siguiente etapa consistió en definir de dónde vienen los pacientes y en ella encontramos que la mayoría provienen de curso_we.pngGuerrero y Morelos, particularmente en Puente de Ixtla y sus alrededores.

higado 3Entretanto, la tercera mutación que hemos detectado en el país se encuentra en Guanajuato y aparentemente los pacientes son diferentes clínicamente, tienen manifestaciones diferentes e incluso los apellidos son distintos, lo que nos hace suponer que no hay relación directa entre los pacientes de Guanajuato como la que sí existe en Guerrero y Morelos.

Esa es una etapa, el diagnóstico de la enfermedad, y otra consistió en el estudio de la historia del padecimiento e identificar que los más jóvenes son los más afectados, es decir, la existencia de algo que se llama anticipación.

AIC: ¿Qué otros hallazgos ha arrojado la investigación y cuáles han sido los más relevantes a lo largo de todo el camino?

AGDB: El más importante, tomando como referencia el punto de partida del proyecto, es que sí existe la enfermedad en México, que hay presencia y que cuando aparece lo hace en gente joven, entre los 25 y 30 años de edad.

Lo alarmante de ello es que se trata de una enfermedad muy progresiva y los pacientes van pasando de los pocos síntomas a la incapacidad total y hasta llegar a la muerte dentro de los primeros diez años después de que se diagnosticó el primer síntoma.

También, por alguna razón que no entendemos, descubrimos que los hombres están más afectados que las mujeres, pese a que se trata de una enfermedad que en teoría debería estar equilibrada entre ambos géneros. Entre los hallazgos más relevantes, se encuentra también el desarrollo de tres líneas para el tratamiento.

El tratamiento: de los protocolos médicos a los trasplantes dominó

AIC: ¿Cuáles son esas tres líneas de tratamiento?

AGDB: Hay pacientes que pueden llegar a ser candidatos a un trasplante de hígado y de hecho ya hemos trasplantado a cuatro pacientes y lo hemos hecho a través de trasplantes dominó, es decir, el hígado que reciben los pacientes proviene de un cadáver, pero ellos, a su vez —los pacientes—, le pueden donar el hígado a otras personas que tengan la necesidad. Ello ha significado toda una revolución en el hospital.

Aquellos pacientes que ya no son candidatos al trasplante, les estamos aplicando un tratamiento a través de dos protocolos de medicamentos, uno que yo conseguí al pedirlo como apoyo a la investigación, gracias a lo que actualmente brindamos atención a 30 pacientes.

La tercera opción es un medicamento para pacientes más avanzados en el desarrollo de la enfermedad, se trata de un medicamento de investigación, experimental, que se aplica vía intravenosa y que cuenta con su propio protocolo.

AIC: ¿Cuál es el estatus de estos tratamientos?

AGDB: Aún es pronto para hablar de resultados porque los tres tratamientos se encuentran en una etapa inicial, por ejemplo, el protocolo que se aplica a los 30 pacientes apenas arrancó en noviembre (2016); no obstante, lo que sí puedo precisar es que estamos aplicando tratamientos que se encuentran entre los más altos estándares a nivel mundial.

higado 4En el caso del tratamiento para los 30 pacientes, contamos con un proyecto que nos permitirá suministrar el medicamento por espacio de dos años, que será cuando acabe el proyecto y podamos medir algunos resultados. En el caso del tratamiento con el medicamento de investigación, es ciego y los resultados dependerán de la investigación de la farmacéutica.

Entretanto, en cuanto a los trasplantes dominó, el hígado de los pacientes con amiloidosis cuenta con una mutación genética que hace que ese hígado, de todas las proteínas que desarrolla, una está mutada y, por lo tanto, es potencialmente capaz de producir amiloide; no obstante, se trata de órganos de chicos muy jóvenes, que es el perfil necesario para hacer dominó, donde el resto de las funciones son perfectas.

Entonces, ante la pobre cultura de donación de órganos en México, identificamos pacientes en edad avanzada con un pronóstico muy malo, por ejemplo, pueden morir en tan solo unos meses, se opta por este tipo de terapéutica, es decir, donarles un órgano sano que no desarrollará enfermedad en un lapso menor de 20 años.

Para escoger al candidato ideal, es necesario considerar a candidatos con más de 60 años, porque si llegaran a desarrollar amiloidosis, que sí es una posibilidad, no pase en un lapso menor de 20 años. En consecuencia, vivirán con un hígado sano en el cual no se manifestará la enfermedad antes de que el receptor llegue a los 80 años como mínimo, una expectativa de vida muy buena para un paciente que había sido diagnosticado previamente con tan solo unos meses más de vida.

Esos pacientes que recibieron el hígado proveniente de pacientes con amiloidosis, automáticamente se incorporan a la lista de pacientes que debo vigilar como parte del proyecto, lo que realizo de manera anual para verificar que no inicien los síntomas de la enfermedad.

Este es un tratamiento novedoso, implementado de manera exclusiva para pacientes con amiloidosis hereditaria.

higado 5AIC: ¿De dónde provienen los recursos para esta investigación?

AGDB: Básicamente la investigación se ha realizado a través del hospital y en el caso de las pruebas genéticas para detectar las mutaciones en el gen TTR, se realizaron a través de un convenio con el laboratorio involucrado, cuyo interés es investigar esta rara enfermedad. Ellos, hasta la fecha, nos siguen apoyando con las pruebas genéticas en los pacientes que son candidatos.

 

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